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Deslizo el vaso lleno de whiskey permitiendo que el líquido se colara por sus pálidos labios para así desguatar el embriagante sabor, dio un gran sorbo y posteriormente volvió a dejarlo sobre la mesa con cuidado para evitar provocar un sonido estruendoso. Movía nerviosamente la rodilla de arriba abajo, cada cierto tiempo relamía sus labios y miraba constantemente a la salida del pequeño bar.

-Solo dilo- Sus ojos pasaron de ver la puerta de salida a la chica de cabello rojo sentada frente a él.

- ¿Disculpa? - Pregunto con cautela, Mila lo observo con una sonrisa asomándose por la comisura de sus labios rojizos.

-Te estaba diciendo que estas bebiendo demasiado rápido- Menciono dándole un sorbo a su propia bebida- No contestaste así que te pregunte si estabas nervioso por algo y seguiste sin responder ¿Hace cuánto que dejaste de escuchar? - Mila se veía divertida ante la actitud del doctor más joven, no estaba molesta ni mucho menos. Bas se acomodó en el sillón de cuero negro mientras pensaba en una respuesta.

-Lo siento mucho, es solo que...No estoy acostumbrado a tener un día libre- Mila sonrió enternecida.

-Si lo que te preocupa son tus pacientes... Debes recordar que no eres el único doctor en Dolina Sveta- Volvió a beber-Intenta relajarte, llevas trabajando aquí ya varios meses; Deberías agradecer que te den un fin de semana libre- Bas hizo una mueca, para el no era un día "Libre" para él, era un día perdido, segundos valiosos desperdiciados en actividades banales y poco entretenidas

-Stephan regresara pronto de su viaje- Murmuro mientras volvía a tomar su vaso de Whiskey- Quería aprovechar estas semanas en las que él no estará interrumpiendo mi trabajo para avanzar un poco en el tratamiento de mis pacientes- Mila no dijo nada, ya había hablado muchas veces con Bas y sobre lo idiota que era al querer rehabilitar a los pacientes del área de seguridad, aun así, él se mantenía renuente; Era terco, necio y testarudo, así como también era amable, caballeroso y sumamente ardiente.

Ambos quedaron en un silencio estable, no era incómodo. Se encontraban en un bar bastante pequeño pero lindo, la luz era tenue y daba un aura de tranquilidad, si acaso se escuchaba la tranquila música de una pequeña agrupación que tocaba al otro lado del salón. Los médicos se hallaban sentados en sillones de piel, arrinconados, en un área oscura y lejana de todo lo demás. Mila estaba punto de decir algo, pero vio como Bas estaba incomodo... Nervioso, era extraño ver de esa manera al doctor que la mayoría del tiempo se encontraba jovial y alegre; Ahora se veía estresado, tamborileaba con sus dedos rápidamente como contando los segundos que transcurrían de manera lenta y tortuosa.

Bas estaba ansioso, bebía el licor como si de agua se tratase y lo que menos quería Mila era tener que hacerse cargo de el mientras estaba ebrio. Lo había invitado a beber con ella por simple comodidad.

-Bas- El mencionado detuvo sus dedos y volvió a fijar sus ojos avellanas en los verdes de la mujer- ¿Estas bien? Te vez algo raro y...

-No, no, estoy bien- Contesto rápidamente a lo que Mila solo mordió su labio inferior.

-Bas, somos colegas de trabajo... De vez en cuando nos enrollamos, pero, al fin y al cabo, quiero que recuerdes que soy tu amiga

-La amiga con la que me doy unos buenos polvos- Acoto divertido a lo que Mila soltó una risilla. Maldito Bas, ella quiera ponerse seria y le salía con sus estupideces.

-Si bueno. Si algo te incomoda o te estresa puedes decírmelo...- Estaba punto de seguir, cuando vio como Bas desvió la mirada y ponía una expresión llena de duda, vio el labio inferior de el chico de cabellos negros temblar, como si quisiese decir algo, pero tuviese miedo de decirlo.

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