C u e r n o s Y C u e n c a s |Tordtom One-Shots

「Triste」

- ¿Por qué estás triste Thomas? -

Otra vez.

La misma mierda.

Tord de pié a un lado de él, sujetando una taza de café y un abrigo de más en su brazo derecho; Todo por su culpa, no podía evitarlo. Desde la muerte de su madre, hace más de cinco meses que estaba así. Iba al cementerio a sentarse en una de las bancas cercanas.

Tord, su pareja, nunca se enteró del por qué.

Así que negó con su cabeza, lento e inseguro, secando sus lágrimas sin dejar de mirar el suelo.

El noruego tomó asiento a un lado de él, colocando el abrigo sobre sus hombros para cubrirlo del frío de invierno; Estaba sin sudadera, solo con un camiseta a manga corta.

- Siempre que te pregunto por qué vienes aquí, me respondes con un simple "estaba borracho" y sabes, ya no te creo esa basura Thomas. Dime la verdad, porfavor - pidió, tomando una de sus manos frías sobre la banca de madera oscura.

Las manos de Tord estaban tibias.
Tan suaves y acogedoras.

- Mi madre.. - Susurró con voz rota - mi madre murió hace cinco meses Tord.. Y yo.. Yo no pude hacer nada.. Porque.. P-porque ella me odiaba ¡y yo..! ¡Yo solo quería que te aceptara, que me quisiera o que solo me dijera un "te amo hijo" pero nunca, nunca se dignó a hacerlo! Y ahora lloro por ella..- Cubrió su rostro con sus manos- lloro por su suicidio y su nota diciendo que me odiaba. Que todo era mi culpa. Que gracias a mi, papá se fué y la dejó, que era un inservible o bueno para nada. Que solo me dedicaba a perder el tiempo.. -

El de cuernos sintió un nudo en su garganta al verlo llorar, lo cargó en brazos y lo sentó sobre su regazo, abrazandolo con fuerza bajo la fría y oscura noche de invierno. Acarició su espalda, sintiendo los hipidos del británico y sus manos aferrarse a sus ropas, con miedo, mucho miedo a estar solo.

- Tú no tienes la culpa de nada amor - Habló con voz suave, sujetando sus mejillas para repartir suaves besos sobre su rostro, todo con ternura - Eres alguien perfecto, tu madre te utilizó de excusa, no tenía a nadie más a quien culpar ya que las drogas y el alcohol no eran una persona. - Tom tragó saliva, negando con lentitud, juntando su frente con la del más alto. De paso apretando sus ojos y dejando salir unas cuantas lágrimas - Te amo, y porfavor, te pido que me cuentes las cosas cuando te sientas triste.-

Tom sonrió, acariciando sus cabellos, segundos después acercándose para plantar un suave y delicado beso sobre sus labios.

- Gracias.. - murmuró, secando parte de sus lágrimas.- Te amo demasiado.. - Titubeó, soltando un suspiro.

Aveces, ambos podían actuar como si fueran los seres más contradictorios del mundo entero. Pero otras, podían ser los dos enamorados más grandes que existen.

Nadie los entendía, solo ellos mismos. Pero qué decirte; Así es el amor aveces.

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