Opposite Day
Allí estaba él, sobre el sofá, soltando lágrimas silenciosas mientras observaba las cortadas sobre sus muñecas, se supone que estaba solo en casa, o así lo creía, hasta que sintió esos pequeños pasos recorrer la escalera hasta llegar abajo.
- ¿..Por qué lo haces? - Oyó decir desde un rincón, al levantar la mirada, observó al británico caminar con lentitud hacia él, quedando frente a frente con una expresión curiosa - Nunca le vi sentido - sonrió, adornando sus mejillas rosas y alegres.
Este abrió su boca para intentar decir algo, lo único que salió fueron balbuceos junto uno que otro sollozo o hipido, poco faltó para cubrirse el rostro con sus largas mangas y así, volver a llorar. Tom abrió sus ojos, abrazandolo con fuerza, enrollando sus brazos alrededor de los hombros de este con dulzura.
- Calma.. Todo está bien, no llores Tord, no quiero que llores, no quiero.. - Susurró en su oído, posicionando sus rodillas sobre el sofá para no caerse, terminando así sentado sobre las piernas del comunista.
- T-tu no entiendes.. - Murmuró bajando la intensidad de su ya leve voz. Al observar la posición en la que estaba el británico, no pudo evitar sentir sus mejillas envolverse en un tono rojizo. Tom entendió, pero sólo se acomodó más, terminando por enrollar sus piernas alrededor de la cadera de este, sujetando las mejillas del noruego con sus manos mientras juntaba su nariz con la suya y mimaba con una sonrisa.
- Puede que no entienda, pero no debes hacer eso - Ahora tomó sus muñecas con suavidad, examinandolas con la mirada, luego devolviendo la misma ante los ojos oscuros del noruego - Porque si necesitas algo tú sabes que yo estaré para ti - Habló con suavidad, acariciando las heridas con la yema de sus dedos.
Tord solo se limitó a suspirar, observandolo a los ojos.
- No mientas.. - Mencionó quebrado.
El de cuencas hizo una mueca disgustado, y con un movimiento rápido abrazó su acompañante.
-.. No te estoy mintiendo - sonrió, bajando el tono de su voz para acercarse y así mirarlo con seguridad a los ojos - Porque si lo hiciera solo te diría que eres una pérdida de tiempo y me iría, pero no lo eres, claro que no - Rió leve - Y por mucho menos, no te miraría a los ojos, Tord. Por eso, te quiero pedir que no lo hagas más - Susurró, desviando la mirada con un rubor adornando sus mejillas.
Este paso su mano por sus cabellos, mirando al techo en busca de una respuesta; La única que encontró fué devolverle el abrazo de manera insegura, ocultandose en su cuello.
- Te quiero.. - Murmuró el de cuernos, en un tono bastante bajo mientras se aferraba a su acompañante como si su vida dependiera de ello, Tom sonrió, acomodándose en su lugar.
- Yo también -
