Sinopsis.

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Vivo en un pequeño poblado, en un pueblo multicultural en el cual el inglés y español están a la orden del día. Aquí hace unos años conocí a quien se volvería mi mejor amigo, mi vecino y quien ha hecho que mi corazón lata de una manera errática cuando me encuentro junto a él. Hemos terminado la secundaria y estamos a minuto de volver a la preparatoria a completar un año más, ambos con diecisiete años y con muchos sueños en la vida.

Salgo de mi casa y camino por el pequeño sendero que hay de cemento para no pisar el pasto de alrededor. Doy vuelta la izquierda y me dirijo a la casa de Nicolás, hemos quedado en que nos iríamos juntos como lo hacemos todos los años. Tocó la puerta espero de pie en el pórtico a que alguien atienda mi llamado. Balanceo mi pierna de adelante hacia atrás hasta que siento la puerta abrir.

-Antonia -Me saluda la mamá de Nicolás.

-Hola -Contesto sonriendo.

-Nicolás todavía está en su habitación, puedes entrar y esperar mientras que yo lo llamo.

-Sí, muchas gracias.

Al entrar susurro un "permiso" y camino lentamente hacia los sillones, siempre la mamá de mi mejor amigo me ha parecido alguien muy agradable, es alta, de cabello castaño, tiene unos hermosos ojos verdes y es muy simpática.

-¡Nico, la Anto acaba de llegar! -Exclama frente a las escaleras, luego se voltea a mirarme y me sonrie -¿Quieres jugo o un vaso de agua?

-No, muchas gracias.

Me deja sentada en el sillón y ella se va a hacer sus labores. Siento pasos que se aproximan a la escalera y luego veo bajar a mi amigo saltando los peldaños de dos en dos.

-Eso es peligroso -lo regaño.

-Estamos atrasados.

Estoy segura de fruncir el ceño cuando el me sonríe, levanta los hombros en forma de disculpa, sabe muy bien que me disgusta llegar tarde.

-Sólo será un minuto -Me mira levantando su dedo índice y luego desaparece a la cocina.

-¡Nico! -Mi tono suena cansado y frustrado.

Vuelvo a sentarme y al estar completamente cómoda él camina de vuelta, toma su bolso y luego mi mano, me jala del sillón y avanza hacia la puerta.

-¡Adiós mamá! -Grita y antes de esperar una respuesta sale de la casa dando un portazo.

Camina rápidamente tomado de mi mano.

-Casi me llevas arrastrando -protestó.

-Perderemos el autobús si vamos al ritmo de tortuga al que andas.

-Sí hubiese estado listo antes, no tendría que correr a tropezones.

-Sólo calla y corre.

Comienzo a reír mientas que el tira de mi mano haciendo que corra aún más rápido a la parada del autobús. 

Su mano en la mía hace crecer ese bienestar interior, ha pasado demasiado tiempo desde que comencé a sentir la cosquillas en mi estomago, pero es algo que he ido superando de a poco.

Al llega me afirmó de mis rodillas y respiro rápidamente.

-No fue para tanto.

-Para ti no lo será, recuerda que yo solo soy reportera del periódico, no animadora de tus juegos.

-Deberías hacer más deportes.

Lo miro con el ceño fruncido, si práctico deporte... bueno, de vez en cuando, ¡A quién engaño! El único deporte que hago en mi vida son las clases de educación física.

-No me mires así.

-Así ¿Cómo? -Contesto con un aire desinteresado.

-Estas enojada.

-No me parece tu comentario, que seas uno de los tantos jugadores de fútbol no te da el derecho de desclasificar a los más desgraciados como yo en el deporte.

-No cualquiera entra al equipo de fútbol, lo sabes ¿Cierto?

-Sólo entran los mejores... felicitaciones.

Antes de que comenté algo más vemos que se acerca el autobús escolar, cuando se estaciona frente a nosotros se abren las puertas y subo los tres peldaños, antes de ir a sentarme saludo a Frank, el conductor.

Camino hacia el fondo y tomo asiento al lado de la ventana. De repente recibo una palmada en el hombro y percibo que Nicolás se sienta a mi lado acaparando un poco de mi asiento.

-¡Hey! -Exclamo.

-No te enojes -me mira fijamente.

-No estoy enojada, sólo molesta porque lo que acabas de decir es verdad, no soy buena en las actividades físicas. 

-Pero eres buena escribiendo -Se forma una pequeña sonrisa en sus labios.

-¿En verdad lo crees? -Siento que la emoción invade mi pequeño ser -¿Has leído algo de mis artículos?

-Siempre que me mandas uno antes de publicar lo leo, aunque no me guste.

-¿El artículo? -Lo miro sorprendida.

-No, la lectura.

Hace que suelte una carcajada, puede que lo mas simple en él desate algo más fuerte en mi, me encanta.

Todo el trayecto me voy mirando por la ventana, me acuerdo exactamente el día en el que nuestra relación cambio completamente, al entrar a la preparatoria descubrieron su increíble habilidad para jugar al fútbol y en ese momento fue cuando nuestra amistad se fue desmoronando.

Cuando lo descubrieron los integrantes del equipo de fútbol y él decidió integrarse, supe que ya nada sería igual, recibía la atención de todas las chicas que animan el equipo y la admiración de todos los chicos quienes desearían ser como él, ya no podían vernos juntos por la imagen que se había construido en el instituto, es imposible que lo vean con alguien como yo, una chica bastante sencilla y sonsa al arreglarme. Antes de llegar a la preparatoria me consideraba alguien feliz, pero ahora... mi mejor amigo, vecino y amor platónico se ha alejado de mi por guardar su apariencia e imagen de chico exitoso; siento que la melancolía me invade y que mis ojos se vuelven vidriosos.

-¿Te sientes bien?

Siento una mano en el hombro y restriego mis ojos bajo las gafas, mis emociones se salieron de control.

-Sí, no dormí bien y ahora me duele la cabeza.

Su mano se dirige a mi frente y siento que mis mejillas toman una coloración roja.

Ay... estas cosas realmente me toman por sorpresa.

-No tienes fiebre.

-¡No! Solo es un tonto dolor de cabeza.

Esquivo su mano y vuelvo a mirar por la ventana. No puedo soportar su tacto sobre mi rostro, no quiero que se vuelva evidente lo que siento por las imperceptibles señales que manda mi cuerpo al estar junto a él, aquello sería la ultima gota que derramaría el vaso para acabar con nuestra amistad y con ella, la cercanía que puedo tener con mi amigo... Eso es algo que realmente no quiero, no podría soportarlo.

Escrito por: Pepa-shy.

Hola pequeños y grandes lectores, estoy bastante emocionada de comenzar una nueva historia de romance juvenil, sé que a ustedes les encanta y bueno... a mi me también. Quería agradecer desde ya su apoyo, estuve bastante tiempo desaparecida, pero me di cuenta de que volví definitivamente a esta plataforma a la cual le tengo demasiado cariño. Muchas gracias por todo, en realidad espero que disfruten y sufran mucho con esta historia, al igual que yo escribiéndola y bueno, espero que apoyen este nuevo empezar de esta Pepa-shy desaparecida, muchas gracias nuevamente y esperen por el primer capítulo.

Pepa se despide, cambio y fuera. #NOALOSLECTORESFANTASMAS. 

¿Sólo una amistad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora