Penúltimo capítulo: Reconstruyendo la relación.

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Siento que suavemente menean mi cuerpo, me remuevo entre el sueño y calor que me invade, me encojo mientras bostezo y trato de abrir mis ojos.

-¿Te quedaras a cenar?

Escucho entre sueño, me tardo unos segundos en despertar y me doy cuenta de que aún estoy sentada en el sillón contra Nicolas, me aparto un poco.

-¿Qué? -Paso mi manos por mi rostro para despejarlo del cabello.

-Mi mamá pregunta si te quedaras a cenar.

-No, no, yo me tengo que ir a mi casa... además, debes tener que hablar cosas con tu mamá.

Me levanto mientras estiro mi cuerpo, me acerco hasta el sillón y vuelvo a colocarme el chaleco, Nicolas me acompaña hasta la puerta y antes de irme es imposible no volver a agradecerle.

-Gracias, Nico.

-No hay de qué ¿Cómo te sientes?

-La verdad es que muy descansada -Sonrió.

-Anto, la verdad es que lamento todo lo que paso, pero creo que desde ahora todo ira mejor.

Asiento con la cabeza.

-Vuelvo a agradecerte, me siento un poco más tranquila y los golpes que le diste al desgraciado no se los va a quitar nadie -Rio.

Nos quedamos sin decir nada, pero vuelve a ser un silencio que no es incómodo, sino que tranquilizador. Sin evitarlo lo abrazo unos segundos, su mano acaricia mi cabeza.

-Mañana puedes acercarte a Christian y a Mar, ellos te harán compañía... sin bromear, te adoraron.

Me entra una risa con ganas... no sé cómo terminar esta conversación, me alejo volviendo mi vista a él.

-Muchas gracias.

-No hay de qué.

Cuando escucho a su mamá llamándolo, sonrió, vuelvo a agradecer y camino hasta mi casa en una nube. Por fin logro comer como corresponde, le deseo buenas noches a mi mamá y me voy a dormir, después de tantas noches desvelándome, emocionada puedo mencionar que cumplo mis horas de sueño sin interrupción ni pesadillas.

A la mañana siguiente decido no asistir a clases, espero que mi mamá se vaya al trabajo para pasarme a la casa de Nicolas, al tocar su timbre demora un poco en atender la puerta, pero cuando lo hace sus ojos se abren con sorpresa mientras me queda mirando.

-Hola -Me saluda confuso.

-Hola -mi boca se curva en una pequeña sonrisa- am... quería preguntarte si me podía quedar aquí.

Su ceño se frunce de forma leve.

-Am, sí, sí, pero ¿Y el instituto?

-Puede que falte un día no signifique nada.

Se mueve de la puerta dejándome pasar.

-Te desperté -Me giro para mirarlo.

-La verdad, sí.

Su mano se pasa por su rostro y cabello.

-Vuelve a dormir.

-No te voy a dejar sola -Bosteza.

-Eres muy cabezota, vamos.

Tomo su mano y camino hasta su habitación.

-Ya, acuéstate.

Sin rechistar cae a su colchón y tapa su cuerpo, destapa el otro lado de la cama y palmea.

-Duerme un poco más -Murmura.

¿Sólo una amistad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora