¡Adiós Madison!

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Al día siguiente la nieve estaba estupenda y perfecta para esquíar, Quinn y Heather esquiaban y Dan y yo hacíamos snowboard, a base, como ya dijo Dan, de caídas y golpes, pero en fin divertido...

-Quinn... Esto es muy alto, ¿No sería mejor tomar algo en uno de los restaurantes del hotel? -dijo Heather asustada en la aerosilla.

-Heather, en serio, no es para tanto, estamos a unos... diez metros... bueno sí procúpate... -le respondió Quinn mrando para abajo.

-Emm disculpa, tienes una estupidez crónica por... ¡Oh, al parecer está en todo tu cuerpo! -dijo una voz conocida.

-No, no puede ser posibe... ¡No aquí! -dijo Dan.

-Hola chicos, ¿como están? No es que me importe claro, oh mira, tu pelo se está virilizando otra vez.... -dijo Madison.

-¡Nooo! -gimoteó de nuevo Dan.

-¿Qué pasa? ¿Te diste cuenta de que eres muy horrible para estar cerca mío? Si  no es por eso, yo te lo aclaro: Cariño, eres más feo que el calentamiento global y un hipopótamo juntos...

-Hola, ¿estás sola? -dije yo refiriéndome a si sus padres estaban ahí para ver si podía empujarla por la montaña, con suerte se congelaría y nadia la extrañaría, pero Madison entendió mal y dijo:

-Lo lamento querido, no estoy desesperada, prefiero ser soltera a lesbiana...

Y la empujé por la montaña...

-Díganle adiós -dijo Dan saludándola con la mano.

-¡Adiós! -dijimos Quinn, Heather y yo.

-Malditooooooooo

¡PUM!

Y Madison se estampó una máquina de nieve en la cara...

-Auch, eso le dejará feos hematomas... -comentó Heather.

Y nos tiramos otra vez por la ladera de la montaña, riéndonos de la presumida Madison.

La "intersante" vida de AustinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora