Dreamed Hell

Capítulo 2.

¿Crees que puedes conseguir tus sueños?

ATRÉVETE

Narra Momo:

Momo... ¿Hola? Escuchame! Dijo Mina

Si yo no... Me había quedado completamente embobado mirando a esa chica.

Anda vamos replicó, Aquí no hay nada subamos.

Mina quería pasar por las escaleras negras. Mina quería que me enfrentará a esa preciosidad como si fuese fácil conseguirlo. Acaso quería que me diera un ¿infarto? No podía pasar por ahí Dios mío... Pero claro que iba a hacer.

Vamos nena...

Pasamos por toda la multitud y Mina se dispuso a subir las escaleras. Mis piernas temblaban más por cada escalón que iba subiendo. Intentaba convencerme a mi misma que era una tontería. ¿A mi gustarme una mujer? Pero madre mía que mujer... Para ya! Me intentaba decir a mi propia mente.

¡Momo querida! Verás tengo que pedirte algo que es muy sencillo de hacer.

Era el profesor William, daba cantó. Pero ¿Cómo se había atrevido a bajar? Se lo van a comer entre todos. Era alto y un poco musculoso, era rubio y su pelo no era pelo era gomina con pelo, y gay muy gay a quien quería engañar.

Verás tu eres muy buena en baile y yo estoy cansado de esto sabes. Probablemente la gente te pida ayuda sabes. Ahora eso sí tu aprovecharé pide ayuda tu también eh.

Pero, ¿Qué quiere decir exactamente? Le digo extrañada.

Que ayudes a los de cantó cariño. Les hace falta ayudita y para eso están los compañeros, para ayudarse.

Pero yo no...

Mina tesoro! Si estás ahí! Tu también eres, muy buena ayuda tu también ¿si?

Pero profesor yo no tengo tiempo...

PROFESOR! Se escucha de una voz fuerte de atrás mía.

Ahí dios... exclama William. Nayeon preciosa, que tal tus notas eh.

Pues muy bien a pesar de su mediocre, menospreciado y puerco seis. A parte de eso bien, gracias.

Entonces perfecto dice William con serenidad, ganas de llorar no le faltaban.

Nayeon querida yo... dijo William con miedo.

Profesor me haría falta ayuda, lo se. Me cuesta siempre tanto admitirlo. Si me ayudan no estaría nada mal.

Esa chica agarró a Mina del brazo y le sonrío de una forma de todo menos inocente.

Era muy guapa, y morena, tenía unos ojos bonitos y una sonrisa que deslumbraba. Creo que esa chica hacia que la gente dijera si muy fácil.

Pues claro que si! Muy bien Nayeon ese es el primer paso eh admitir las cositas. Venga eh os dejo.

El profesor salió corriendo como si de su vida se tratase. Se metió entre el barullo de gente y tuvo que intervenir más profesores para que ese pobre hombre llegará vivo a la salida. Después de eso se hizo el silencio nadie sabía que hacer ni que decir, me atreví a mirar a mis espalda y allí estába ella apoyada a la pared y con cara de circunstancias. Creo que me quede con la boca abierta. Que vergüenza dios...

Y bueno ¿Dónde ensayamos?

Narra Jeongyeon.

Iba caminando con Nayeon por los pasillos interminables de la escuela hasta que Nayeon decidió decir alguna palabra...

¿Por qué tíenes que ser así? Dice Nayeon.

¿Así como? Digo.

Así, tan tu.

Bueno gracias Nayeon. Se nota que me aprecias.

Pero es que enserio que te costaba decir ¡SI! Grita Nayeon enfadada.

Que quieres que acepte de esas personas Nayeon.

Que tiene que ver su modalidad con todo esto.

Yo nunca dije nada de modalidades te lo estás inventando.

Tu eres la que inventa dice Nayeon.

A ti lo que te molesta es que la morena no te haya echo ni caso, pero ¿sabes que? No es mi culpa Nayeon, no es mi culpa. Digo enfadada.

Eres insoportable Jeong...

Te quiero le digo.

Y yo... dice Nayeon triste.

Nos paramos enfrente de una cristalera y nos dejamos caer, esos pasillos cada vez son más interminables...

Tengo miedo dice Nayeon.

¿De qué?

De no ser buena...

Tu eres increíble y lo das todo con todo tu alma. Venga va animate.

Se empieza  escuchar una música atrás de nosotras. Nos miramos y volvimos nuestros rostros a las cristaleras al unísono. Estaban la chica rubia y la morena preparando una coreografía. Cuando comienza el ensayo pudimos ver sus movimientos. La morena era refinada y elegante sin embargo la rubia tenía alma, carisma era bruta pero sus pasos estaban bien pensados. Tocaba el cuerpo de la morena con total comodidad y sensualidad, la otra chica no se quedaba atrás. Eran perfectas juntas. Daba miedo ver lo hermosas que eran juntas.

Creo que sentí celos por la chica delicada. Pero, ¿por qué iba a estar celosa?

Cuando me volví para hablarle a Nayeon ella ya no estaba. Volví mi mirada y ahí estaban las tres observandome esperando a que entrará y diera una respuesta.