Capítulo 5: Albus Dumbledore

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    El Gran Comedor estaba decorado con luces de colores. Una banda de rock fantasma tocaba en el aire y casi todos los estudiantes bailaban en la pista que habían hecho. Era un piso de luces mágicas: cada vez que pisabas bailando un sector específico del piso se encendía con el color del sentimiento que estabas sintiendo. La mayoría eran amarillos ya que representaba la felicidad y la alegría, eso era lo que james sentía en ese momento.

     ― ¿Vamos a bailar? ―preguntó Lucy agarrando la mano de James y señalando la pista con su cabeza.

    ―Hay mucha gente, ¿no? ¿Por qué no esperamos a que se vacíe un poco? Vamos a estar todos apretados ―preguntó James tratando de buscar una excusa convincente para no bailar, ya que no sabía hacerlo.

    ―A veces, hacer el ridículo en la pista es más divertido que no equivocarse. También, el riesgo es más extraordinario e impresionante que la perfección.

    Por primera vez desde que James conocía a Lucy Malfoy, nunca la había visto tan sabia como la estaba viendo en ese momento. Sujetando firmemente la mano de Lucy, James entró a la pista y se puso a bailar saltando y riendo. Después de todo son niños, niños que no les importa que piensen los demás.

    ― ¡Bailas muy bien! ―gritó Lucy. La música no dejaba escuchar muy bien por lo que hay que gritar para comunicarse.

    ― ¡Nunca en mi vida lo había hecho! ¡Es genial! ―respondió James aun saltando.  La música retumbaba en los oídos de todos haciendo que todo el mundo cante y baile al ritmo de la canción.

     ― ¿Con quién vino Dan? ―preguntó Lucy parando de bailar―. ¿Quién es ella?

    James miró rápidamente a Dan que entraba al Gran Comedor junto a una chica rubia. Era muy bonita, sin duda no era de Gryffindor y tal vez era un año más grande. Dan los divisó en la pista y caminó arrastrando a su cita hacia donde estaban sus amigos. La chica rubia no tenía al parecer ganas de juntarse con más niños pequeños.

    James y Lucy se dirigieron a los dos saliendo de la pista. Dan se notaba emocionado por la cita que llevaba con él.

     ―Chicos, ella es Amelia. Es de tercero. James, nuestros amigos del piso de arriba son sus mejores amigos ―informó Dan a sus amigos. Amelia no paraba de ver a James con cara enamorada. Lucy agarró fuertemente la mano de James mirando con odio a la chica. No pasó mucho tiempo hasta que James puso una cara de dolor.

     ―Un gusto conocerte, Amelia ―dijo amablemente James aguantando el dolor que le estaba provocando Lucy. Estaba consciente que, si le seguía apretando de esa manera, pronto se quedaría sin mano.

     Dan arrastró a Amelia a la pista de baile. Cuando ella piso la pista se vio una luz verde, significaba desagrado. Al parecer los chicos de tercero obligaron a su amiga a ir con él para que su nuevo amigo no se sienta solo. La chica apenas se movió en la pista mientras que Dan le ponía sentimiento. James pensó que Lucy tenía razón: hacer el ridículo en la pista de baile es más divertido que no equivocarse. Se notaba desde lejos que Dan lo estaba pasando bien mientras que Amelia seguía con luces verdes bajo los pies.

Fue junto a Lucy a buscar las bebidas riéndose disimuladamente de la cara que tenía la cita de Dan. James se sintió afortunado de ir con una amiga: podía conversar, hablarse tranquilamente sin ponerse nervioso. Decidió compartir esto con Lucy.

     ―Es mucho más fácil hablarte. Imagínate si nos gustáramos, es decir, sería súper incómodo. Me encanta ser tu amigo, eres la mejor del mundo ―dijo sonriéndole. Lucy lo miró con una sonrisa triste. De repente sus mechas se empezaron a tornar a un sutil color azul. James le pasó la bebida y se dio cuenta unos segundos después de las mechas de su amiga―. ¿Estas bien? Lucy ¿Qué te pasa? ―preguntó James dejando la bebida en la mesa y mirando a su amiga.

James Potter y el maleficio anti-amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora