Capítulo 16: La Capa Invisible

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James abrió la ventana de su cuarto, observando el jardín, pero, sobre todo, mirando a Lucy, Maya, Keila, su mamá y tía Hermione jugando. La mañana del 25 de diciembre era fría en las afueras de Londres.

Todo el césped del jardín de El Rayo estaba con nieve gruesa. Había nevado toda la noche, dejando rastros en todos los rincones posibles. El papá de James había venido a encender la chimenea del cuarto, si no, ya se hubieran muerto congelados.

Ginny hacía un elfo de nieve junto Keila. Tía Hermione hacía azules con su varita para entretener a Maya, que saltaba tratando de tocar las luces. Lucy estaba sentada en el columpio preferido de James: tiene flores pintadas a mano y se mese solo (obviamente mediante magia).

Lucy leía un libro mientras movía su varita. James estaba seguro de que estaba practicando o inventando hechizos, tal vez para luego enseñárselos a Keila. James pensó en Lucy frustrada por que Keila no entiende y le dio risa. Trató de no reír alto debido a que Dan estaba plácidamente dormido, casi roncando.

-Maya mira esto -escuchó a su tía. James la miró curioso. Tía Hermione puso un pie hacia atrás y cerró los ojos-. ¡Expecto Patronum!

De la varita de tía Hermione salió una pequeña nutria saltando. James pegó su mano de la ventana impresionado siguiendo con los ojos a la pequeña nutria azul brillante. Acariciaba a Maya sonriendo mientras se deslizaba por el aire.

La madre de james paró de hacer su elfo y miró la nutria. James notó como su madre rodaba los ojos y sacaba su varita. El pequeño Potter pegó más la cara esperando ver la nutria de su madre.

Pero cuando su mamá dijo el conjuro, no salió una nutria, si no un caballo. Galopaba por el aire casi rosando la nieve. Maya lo miró sonriente mientras lo seguía con la mirada. James notó a Lucy que había levantado su vista del libro grueso y antiguo para mirar al resplandeciente caballo galopando.

Ambos animales desaparecieron. Keila, Maya y Lucy aplaudieron mientras que las dos mujeres reían y hacían una reverencia. James sonrió, deseando poder hacer tal conjuro. Arrastró la mano por la ventana mirando como empezaba a nevar nuevamente.

El ronquido de Dan lo despertó de sus pensamientos. James rodó los ojos y siguió mirando hacia afuera; su papá había llegado al patio con una bandeja de vasos, que distinguió como chocolate caliente. Cuanto le gustaba el chocolate caliente.

Fue hasta su armario agarrando los pantalones más abrigados que tenía. Se los puso sobre el piyama azul. Agarró su chaqueta e igualmente se la colocó. Enrolló la bufanda de Gryffindor en se cuello y se puso un gorro de lana que le había regalado Luna hace mucho tiempo ya. Bajó corriendo sin importarle que su primo dormía tranquilamente en la cama individual. Su habitación estaba en el tercer piso. Bajó la alta escalera empinada corriendo de dos en dos.

La casa de los Potter tenía tres pisos y medio. El primero, donde estaba la cocina, la sala, el comedor y el recibidor. El segundo, donde estaba el cuarto principal, uno de visitas y unos dos baños. En el tercero estaba el cuarto de James y otro baño. Y el último, que era como el entretecho. Había una habitación que tío Ron constantemente decía que se parecía a su habitación de cuando era niño. Nunca nadie se quedaba en esa habitación, aunque Ginny la tenía muy bien organizada. Tenía un baño propio y una vista increíble hacia Londres. La casa de los Potter era sencilla pero increíble a la vez.

El recibidor tenía un toque rústico y acogedor. Las paredes de la escalera eran un tono muy claro de beige y las ventanas tenían la pintura un poco gastada color celeste. Parecía madera no lijada, lo que le parecía a Harry la mejor parte. El piso era de madera (piso resbaladizo como le decían James y Dan, que jugaban a resbalarse con calcetines cuando eran pequeños) de roble y había plantas coladas en las paredes. Había una pequeña alacena debajo de las escaleras, donde Harry entraba a practicar las clases que haría. Se quedaba encerrado ahí por horas.

James Potter y el maleficio anti-amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora