JACK
Mi cabeza giraba fuera de control... su pelo se volvió naranja, me llamó "Chico helado"... No. Tenía que calmarme. Tragué con fuerza y sacudí la cabeza intentando deshacer el nudo en mi garganta. Era una coincidencia, una estúpida y maldita coincidencia. Miré el cielo, justo sobre mí se veía la Luna.
—¿Qué es lo que quieres de mí? —pregunté furioso. Por supuesto nadie respondió, pero no me importaba, necesitaba gritarle todo lo que alguna vez me callé— ¡Ella se fue! ¿¡por qué ahora me persigues con esto!?
La nieve se movía a mí alrededor, quería crear una tormenta lo suficientemente grande como para cubrir la Luna y no tener que verla otra vez. Me quedé inmóvil, casi desafiándola, como si esperase que por una vez se sienta culpable de todo lo que me estaba obligando a ver.
Pero entonces, algo parpadeó en el cielo. Un punto negro surgió de la nada y comenzó a hacerse más y más grande... No sé cuánto tiempo estuve mirándolo fijamente, pero para cuando entendí lo que veía estaba prácticamente encima. No tuve tiempo para apartarme y alguien cayó sobre mí, haciendo que una gran nube de nieve se eleve por el impacto. Bufé intentando quitarme el cuerpo de encima, sea quien sea, era bastante pesado. Apreté los labios y acomodé mi clavícula, pude escuchar el "Clack" cuando volvió a su lugar.
-¿Qué diablos...?
Mi voz murió en mi garganta, me quedé inmóvil, con la boca abierta y los ojos como plato. Creo que por un instante ni siquiera me digné a respirar.
Era Sia.
Algo en mi cerebro dejó de funcionar. Como si una explosión nuclear hubiese destruído todo dentro de mi cráneo. Era ella, exactamente como la recordaba... Su rostro, su pelo, sus pecas. Todo exactamente igual a la última vez que la vi con 17 años. Por un instante temí que el golpe la hubiese matado, pero no parecía herida, sino simplemente... dormida.
-Sia... -temí que si decía su nombre se esfumase, como si todo fuese parte de un sueño. Ella se movió, sacudió la cabeza un par de veces y muy lentamente abrió los ojos. Cuando me miró contuve la respiración, no podía ser cierto. Una sonrisa apareció en su rostro.
-Ey, hola, Chico Helado -murmuró.
Tenía que ser un sueño, definitivamente. Quería pellizcarme, golpearme la cabeza, morderme el brazo. Quería despertar y no tener que revivir esos tortuosos recuerdos otra vez. Pero ella estaba allí y aunque mi mente gritaba que nada podía ser real, ella no desaparecía.
-¿Y, no vas a ayudarme? No recordaba que fueses tan poco caballero -bromeó mientras se incorporaba hasta quedar sentada. No podía moverme, estaba demasiado aturdido para decir o hacer cualquier cosa. Ella se puso de pie y solamente fuí capaz de reaccionar cuando sentí su mano en mi mejilla, con los dedos fríos por la nieve. Podía... podía sentirlo, de verdad podía sentirlo. Era ella- Hola, Jack -repitió, una sonrisa cruzaba sus labios.
-Sia - balbuceé como un idiota.
Se lanzó sobre mí, abrazándome y asomando la cabeza por mi hombro. La estreché más fuerte, asegurándome de pegarla a mi cuerpo. Sentí como se escondía en mi cuello, y me dejaba un beso allí. Después se subió y se acercó a mi oído.
-Te extrañé mucho, Jack - murmuró con la voz tomada por la emoción.
La obligué a mirarme y me di cuenta de que estaba llorando, aunque su sonrisa era la más grande que había visto.
-Ey, vamos, no llores, Zanahoria -dije intentando limpiarle la cara. Sus lágrimas se volvían nieve cuando las tocaba. Acomodé mi mano y le acaricié la mejilla, ella se rindió al gesto y cerró los ojos un momento. Una parte de mi seguía en shock, todo era demasiado subreal, pero incluso si era un sueño, si había muerto en ese mismo instante... No quería que eso terminase.
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¿Vuelas conmigo?
FanfictionHace 100 años, los guardianes lograron vencer a una enemiga tan antigua como el tiempo, pero el precio que cierto espíritu tuvo que pagar fue alto. Jack renunció a su felicidad solo para ver feliz a la persona que amaba y eso es algo que incluso tan...