¿Podría ser verdad?

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                JACK

Por un instante, quise echar a todos de allí. El polo era mi pequeño lugar en el mundo... Desde que me había convertido en Guardián, Norte siempre tenía un espacio para mi, incluso tenía un cuarto amueblado y decorado... Y ahora había más personas de las que podía contar. No. No lo aprobaba.  

—¿Esto es broma, verdad? —escuché decir a Conejo mientras que, poniéndose a la par de Norte, se cruzaba de brazos y miraba a todos con desaprobación— ¿No vas a decirme que permitirás que todos estos chicos se queden aquí? —sentí vértigo de solo pensarlo. Por primera vez, apoyaba firmemente a Conejo. 

—Son tiempo difíciles, amigo— le respondió él con seriedad, si apartar la mirada del nuevo grupo que ahora hablaba frente al mundo—, no es momento para ser pretenciosos, necesitamos toda la ayuda posible. 

—¡Ni siquiera sabemos a qué nos enfrentamos! —totalmente cierto— Además, no crees que el hombre de la Luna nos habría avisado si necesitásemos "ayuda" —concuerdo en un cien por ciento.  

—Si Skellington tiene razón en lo que dice, solamente un tonto creería que no necesitamos ayuda.

Su tono fue tajante y estoico, pocas veces había visto a Norte tan preocupado. Algo desagradable se movió dentro de mi... Nuestros enemigos cada vez eran más grandes, más poderosos y los precios que nos veíamos forzados a pagar para ganar cada vez parecían más altos. ¿Qué tanto estarían ellos a sacrificar por el bien de los niños... por el bien de todas las personas a las que juramos proteger?

Dejé a ambos discutiendo cuando noté que Hada se había quedado apartada. Estaba mirando por uno de los ventanales que daban al valle, su mirada se perdía más allá del suelo cubierto de nieve. Me acerqué a ella y puse una mano en su hombro, tratando de hacer una sonrisa. Después de nuestro encuentro con Viria y todo lo que sucedió con Sia, ambos habíamos tomado caminos diferentes, pero ella siempre sería alguien importante para mi, no iba a dejarla sola en un momento así. 

—Te prometo que cuando encontremos al culpable lo dejaré congelado de por vida —dije sentándome frente a ella. 

Ella formó una sonrisa débil; una lágrima corría por su mejilla, con cuidado se la limpié con el dorso de la mano.

—Gracias Jack —musitó regresando la vista al frente— es solo que... bueno, primero Pitch, ahora esto ¿Por qué siempre es mi palacio? 

—Vamos, ¿Quieres que ataquen la madriguera de Conejo? Ese lugar ya es un desastre por sí solo —exclamé sonriendo. Eso al menos la hizo reír. Le rodeé los hombros con el brazo y ella suspiró, Hadita estaba junto a ella mirándola preocupada. 

—Gracias Jack.

Por el reflejo del vidrio podía ver a casi todos los demás, pero prefería concentrarme en Hada y tratar de ser un apoyo para ella, sin embargo una discusión llamó mi atención. 

—¿Qué pasa Conejito? —Thomas miraba a Conejo con diversión y suficiencia... era la misma mirada que yo podía cuando quería molestarlo—  ¿Todavía estás molesto por la tormenta del 2003?

—¿Tormenta? ¡Fue un huracán, maldito infeliz!  

Fruncí el ceño. Era yo quien tenía la obligación de arruinarle las pascuas a Conejo, nadie más. Estaba a punto de levantarme cuando Hada me detuvo y me miró suplicante, supongo que el momento no era propicio para rivalidades.

—¡Oh vamos, no soportas ni dos gotas de agua! Seguramente ni siquiera sabes lo que es un baño —de no ser por Hada, le habría dado con mi callado justo en la mandíbula, para borrarle la sonrisa   

¿Vuelas conmigo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora