Capítulo Bonus: Solo quedan tres tronos.

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VIRA

No queda una sola columna en pie, la hierba congelada había encontrado la forma de levantarse a través del suelo de mármol negro. Lo que alguna vez fue un gran e imponente castillo ahora es un montón ruinas. La nieve lo cubre todo, en el fondo del salón todavía queda una sola cosa en pie, tres tronos. Me acerco a ellos, tan cerca había estado de la victoria... lo tenía todo. Y esa estúpida mocosa lo arruinó. La furia me recorre mientras siento que alguien se frota en mi pierna.

-Tranquilo,querido, mamá solo está un poco molesta -murmuro acariciándole el morro -pero ya tendré mi venganza.  

-No sé qué es más patético, ver todo tu castillo en ruinas o que quieras venganza -Ewan se aparece dejando una estela de vapor sobre la nieve. Ni me molesto en devolverle la mirada-. De verdad que no puedo creerlo ¡La tristeza vencida por una mortal! Creo que bajaste más puestos que Pitch...

Mi mascota se lanza sobre él con un gruñido, de pronto el chico esta en el suelo con una zarta de oso en el cuello. Lo miro por sobre mi hombro, una sonrisa se forma en mis labios.

- ¿Decías, querido?

- ¡Sácame esta porquería de encima! - chilla. Con un gesto mi mascota se aparta, hacía tiempo que ese Tristwch en particular se había vuelto mi favorito. Ewan se incorpora insultando y sacudiéndose la nieve de la ropa. Sigo sin entender cómo él fue elegido por las parcas, sigue siendo mocoso... de solo pensarlo me da hasta náuseas.

- ¿Y tú, qué es lo que tienes contra aquel pequeño italiano? -sonrío mientras lo observo de reojo, todos tenemos nuestros propios vicios. 

-¿Fixer? No tengo nada contra él, solamente creo que debería dejar de mentirse a sí mismo -se encoge de hombros como si no fuese la gran cosa- Creo que en realidad le estoy haciendo un favor. 

- No hacemos favores, Ewan. Especialmente tu.

-Los hago cuando me es conveniente. Fixer es tan frágil como una rama seca, si lo quebramos, no lo soportará y traicionará a su amigos- La sonrisa de satisfacción en su rostro me hace pensar que quizá no sea un completo inútil, después de todo, el destino había vuelto a ponerme cerca de Pitch, cualquier compañía sería mejor que él- Vámonos, no estoy aquí para ver ruinas, ya es tarde.

Su figura desaparece en otra estela de vapor, sus huellas quedan en la nieve como único indicio de su irritante presencia. Con un gesto de la mano las sombras me envuelven, lo último que veo de mi castillo son los tronos, mi venganza llegaría y sería terrible.

Cuando vuelvo a materializarme estoy frente a una acomodada casa londinense de mediados del siglo XIX, atravieso el pequeño patio delantero con mi mascota a mis pies y apenas me acerco a la puerta esta se abre sola. Miro alrededor, nadie está prestando atención, así que entro y la puerta vuelve a cerrarse detrás de mi. Se escucha el sonido de un viejo megáfono mezclado con voces familiares y remotas, al llegar al salón descubro que ya todos llegaron.

- Vira, que bueno que puedas acompañarnos -sentado en un sillón de un solo cuerpo esta Vladimir. Su rostro anciano y lleno de manchas sigue tenso, sus ojos negros como el abismo y y su ferocidad resulta casi aplastante. Esta de traje, con un porte recto, elegante y serio. Sonrío para mi misma, él sí es alguien de mi calibre, el mismísimo señor del Caos, el Recon personificado- ¡Ustedes! ¡Traigan algo para ella!

Unas pequeñas criaturas salen corriendo esquivando mis pies, por un momento me tienta la idea de pisar una. 

-Interesantes sirvientes -comenté al pasar.

-Son trasgos, punks y gorras rojas... el flokore inglés tiene una gran variedad de pequeños demonios -responde con elegancia.  

Los duendecillos regresan cargando un sillón igual de grande que el primero y lo dejan justo al lado de Vladimir. Él me hace un gesto y con un leve asentimiento me siento donde me indica, los demás espíritus deambulan por la sala.

¿Vuelas conmigo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora