ICARO
Mientras la fiesta volvía a su rutina pude ver el rubor en as mejillas de Pic... nunca le era fácil contenerse cuando Mitrie estaba cerca. En pocos segundos volvimos a dispersarnos, buscando un nuevo foco de diversión. Thomas y Nate fueron a buscar algo para comer, después de que Frost había alejado a los gemelos, Nate podía caminar sin miedo a quedar atrapado en una trampa para osos que disparaba pastel de merengue. Pic desapareció en un parpadeo, quizá para revisar si los bocadillos habían cambiado o porque simplemente no resistía la idea de estarse quieta. Al ver a Iris marcharse con Frost otra vez, suspiré irritado... De pronto era como si ella fuese la reina del baile.
—Tranquilo, tigre —Mitrie puso una mano en mi hombro, seguramente mi expresión había sido demasiado elocuente. Quería a Iris como a una hermana menor y, después de verla caer por Tom, la idea de que se junte con chicos problemáticos no era de mi agrado. Mitrie era el único que parecía entenderme en esos caso, pero seguramente porque tenía a Nevi en su vida. Ella estaba sentada en la fuente, hablando con Ally.
—Estoy tranquilo —respondí recargándome en una columna. Mousie salió de mi bolsillo y subió a mi hombro, en su cuello unos pequeños cables hicieron chispas mientras se lamía las patas con entusiasmo... ¿Qué diablos...?
—¡Condenado ratón! —exclamé cuando metí la mano en el pantalón y la saqué pringada de aceite.
Me maldije a mi y a mis inventos. Al ser una máquina, estaba claro que Mousie no podía comer queso como cualquier ratón, así que él prefería una mezcla única de aceite para autos o liquido para carburadores con una o dos gotitas de nata. De todas formas, no estaba muy seguro de que él sea realmente consiente de su estado, varias veces lo había pescado intentando comer comida "normal" y luego tenía que ir parte por parte limpiando sus circuitos. Para dejarlo contento por lo general le preparaba varios paquetitos que él podía disfrutar y así también me aseguraba que no se meta en problemas —¡Eran mis mejores pantalones!
La mancha se extendió por la tela y ahora parecía que en realidad no había logrado llegar al baño. Tanteé mi bolsillo trasero, pero, genial, no tenía un solo pañuelo a mano ¿Algo más?
—¿Porqué tenías aceite en tus pantalones? —preguntó Mitrie. Su rostro no decía nada pero podía escuchar la diversión en su voz.
—¡Era para ese jodido ratón! —exclamé furioso— ¡Ni siquiera sé para qué diablos te traje!
Por supuesto que el rey del drama -Aka, Mousie- comenzó con su típico numerito de víctima. Cubriéndose la cara y haciendo chirridos como si llorara saltó lejos de mí y se ocultó en las manos de Nevi. Ella me miró con reproche y sentí la cara arder, juro que ese ratón me las va a pagar caro; desvié la mirada y traté de pensar en otra cosa, siempre que me topaba con los ojos de Nevi sentía que podía verme por dentro.
—¡Bien, quédate con Nevi! Pero olvídate de que yo vuelva a alimentarte.
Ni siquiera me molesté en esperar una respuesta y me alejé de ellos. Me senté en la fuente a ver si podía limpiar un poco mi pantalón y mi brazo, el aceite se había colado por todo el sistema y si no lo arreglaba tendría problemas más tarde.
—¿Necesitas ayuda? — levanté la mirada para encontrarme con la sonrisa de Ally. Hice una media sonrisa y negué.
—No, está bien. Gracias de todas formas —No quería sonar rudo, aunque estaba totalmente frustrado. No me gustaba que me ayuden con esas cosas... en realidad detestaba que alguien toque mi brazo mecánico.
Lejos de prestarle atención a mi respuesta ella se acercó a unas haditas ayudantes y les pidió algo que no llegué a entender. Bajé la mirada incomodo, odiaba cuando las personas hacían eso. Hay una razón por las que todas las personas que se sienten afines a las máquina no se relacionen con otros... y es porque las máquinas siempre son claras. Puede llevarte un poco de tiempo, pero al final una máquina siempre te dirá dónde está el problema y entonces, puedes repararlo. Las personas no son así e intentar resolverlas es demasiado estresante.
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¿Vuelas conmigo?
FanfictionHace 100 años, los guardianes lograron vencer a una enemiga tan antigua como el tiempo, pero el precio que cierto espíritu tuvo que pagar fue alto. Jack renunció a su felicidad solo para ver feliz a la persona que amaba y eso es algo que incluso tan...