Dulces sueños entrenador: Parte 2

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Lina y Nando la llevaron al centro pokémon donde descansaron y se tranquilizaron un poco pero Don no, realmente tenia un raro dolor en el pecho con sentimientos de ira, impotencia y tristeza y que solo quería recuperar sus medallas de gimnasio, aquellas que le costaron demasiado para convertirse en la mejor de Unova. Después de descansar los chicos decidieron buscar por la ciudad a los tipo pero obviamente no obtuvieron resultados. -Los encontraremos Don- menciono Nando. -No nos iremos hasta encontrar tus medallas de gimnasio.

Don no escuchaba, realmente odiaba esta situación, ella no podía hacer nada así que decidió sacar a todos sus pokémon: un Oshawott, un Tranquill, un Scolipede,un Palpitoad, un Scraggy y un Pikachu,que la acompaño desde la región de Sinnoh, prácticamente eran grandes amigos. Don les ordeno separarse y buscar a los tipos que los atacaron, pero ya no era necesario. La banda se hizo presente, una banda conformada por 3 chicos de la misma edad de Don.

-¡Hey niña!, se mas discreta al invocar demonios, todos en esta ciudad saben que estás buscando a los tipos que te quitaron tus medallitas, que lastima, estás provocando a los tipos menos indicados. Perdona la falta de educación, yo soy ED, él es Brando y él grandullón es Clark. Tú y tus amigos desearán nunca haber llegado a esta ciudad.

Don se enojó y decidió atacar con sus pokémon, pero fue tarde, pues los chicos se separaron y atacaron a Nando y Lina; Nando pudo pelar puño a puño con Brando, Clark atacó y golpeó a Lina, y Ed sostenía las medallas de Don mientras sacaba a su Volcarona que atacó con un lanzallamas a Don, pero Oshawott contraatacó. Don decidía que las cosas no se quedarían así, corrió con todo su dolor de la situación hacia Ed. Él estaba fuera de sí y el dolor de su pecho aumentaba, esto jamás le había pasado y era injusto que no pudiera defenderse con sus pokémon, esos chicos jugaban sucio, ¿por qué atacaron a Don?, ¿acaso sabían lo que ella buscaba?

-No juegues sucio

Don quiso golpear a ED pero esquivo sus golpes, hasta que Don en completa confusión causada por la ira, como si ella no hubiera controlado su cuerpo, tomo el brazo de Ed, le quito las medallas y pudo romperlo de un solo movimiento veloz. Ed cayo al piso y se quejo del dolor, mientras que sus camaradas detuvieron sus ataques para correr con su líder y defenderlo. Don se quedo atónita,metió a sus pokémon en sus pokeball, levanto a Lina junto con Nando y se fueron corriendo de ahí, no podían creer lo que acabo de pasar, en especial Don, que lastimo por el nombre de sus medallas y amigos, pero fue raro, no sentía dolor o remordimiento, en cambio sentía una gran fuerza al lastimar a los demás.

-Bien hecho

Cuando los chicos legaron al centro pokémon para recuperarse, Don se separo de sus amigos y pensó en lo sucedió.

-Te sentiste bien al hacerlo ¿no?-

Bien parece que Don escucho una voz que le hablo cuando ella recordaba sus movimientos y acciones, fue aterrador ese suceso pero esa voz era la única que le recordaba que lo que había hecho fue lo correcto, lastima que sus amigos no pensaran igual. Don tuvo una pelea con Nando por lo sucedido y por el estado de Lina, quien afortunadamente se encontraba bien. Cuando Don no pudo decir algo mas, maldijo a sus amigos y en un estado de ira se fue del centro pokémon para no ver a esos chicos, todo por no valorar los intentos de protegerlos.

Don se dispuso a entrenar con su pokémon, pero este entrenamiento fue dolorosos y duro, sus pokémon querían parar cuando llegaron a su limite pero Don les ordenó con voz fúrica continuar hasta desfallecer, y así, sus pokémon cayeron heridos. Pikachu se acerco a Don cuando fue el último en caer y ella solo respondió:

-No puedo, ¡necesitamos ser más fuertes, necesitamos vencer a esos idiotas que nos lastimaron, necesitamos demostrar que somos invencibles!

Sus pokémon no creían que su entrenadora se encontrara de esa manera, ella nunca se habia visto así, tal vez era la impotencia al no poder defender a sus amigos y porque le querían quitar sus medallas, los pokémon solo presentían que algo no iba a salir bien. Don no estaba bien, ella sentía que tenia que ser la mejor y lo que ella hacia era lo correcto. Regreso al centro pokémon exhausta y no hablo ni comió.

-Solo me duele el pecho y mi cabeza, debe ser la presión por lo sucedido. Lina y Nando, lamento mi actitud de torpe -dijo Don al ver a sus amigos descansar en el centro pokémon.

-Te queremos Don y no pienses que no te lo agradecemos, pero queremos que estés sana -contestó Lina.

-Gracias querida, bueno, que tengan dulces sueños

Y así Don se marchó a su cuarto sabiendo que estaba enojada con todos, inclusos con su amigos y sus pokémon y que esas palabras que menciono antes de irse no eran ciertas. Todos se encontraban durmiendo, Don tubo pesadillas, pesadillas acerca de esa ciudad, de esos chicos, de esa voz y del dolor que sentía.

En la pesadilla ella estaba sola en la ciudad, rodeada solo de sus pokémon que estaban asustados, de repente del suelo salio una sombra rara de Don:

-No te asustes. -Le comentó la sombra.

-No te haremos daño, eres valiosa, ¿lo sabías? Te pasaran cosas terribles ahora pero todo con el fin de tener todo lo que deseas, ser la mejor, lo único.

Entonces la sombra empezó a crecer y devoró a Don junto con sus pokémon.

Don despertó agitada, sola en medio de la noche, sintiendo un dolor de cabeza terrible y sin poder dormir, solo se recostó y pensó en la pesadilla, después pudo dormir solo por 3 horas.

-No te asustes, te acostumbrarás a no dormir, a partir de ahora-

La mañana era pesada, Lina seguía herida pero estaba recuperándose y Nando se aseguro de que sus amigos estuvieran en buenas condiciones. Cuando se preparaban para ir al gimnasio Pokémon, Don ya se había marchado.

-Revisé en su cama y no había nada, no pude escucharla cuando salió del cuarto -comentó Lina.

-Debe de estar en el Gimnasio, deberíamos ir para asegurarnos de que este bien -contestó Nando.

-¿Crees que ella... Esté bien?, lo digo porque...

-Solo está cansada y preocupada, es malo que este por la ciudad sola, no dudo en que alguien la haya visto lastimar a una persona, nosotros estábamos ahí, así que ahora también vamos a estar en la mira de todos. Vamos por su medalla de gimnasio y larguémonos de esta ciudad -Nando y Lina salieron rápidamente del centro pokémon, antes sin ser alertados por las enfermeras, pues ellas son conscientes del peligro que se vive en esa ciudad y del peligro que ellos corrían ahora, pues se enfrentaron a delincuentes, algo prohibido en ese lugar. Lamentablemente, no sabían que su amiga, Don, estaba cambiando negativamente.

Don caminaba entre las personas que murmuran a su espaldas y todo lo que comentaban era sobre el daño que ocasiono a Ed, un vándalo, alguien peligroso que no dudaría en regresar, Don corrió con suerte de escapar antes de que esa banda usara a sus pokémon.

Don no escuchaba lo que esas personas decían, solo caminaba y pensaba, esa noche fue estresante para ella ¿que era eso que le hablaba?, ¿cuál era el significado de esas pesadillas y de ese dolor en su pecho?, ¿por qué no tenía miedo de los chicos, sino de ella misma? Ahora ella estaba enterada de lo que podía hacer y no iba a dudar a que si esa era la manera de conseguir todo lo que deseaba, lo lograría a toda costa.

-No tengas miedo, serás mi arma única para lograrlo.

Don llegó al Gimnasio Pokémon y con lo único que se encontró fue con la presencia de Lina Y Nando que estaban desesperados por encontrarla, Lina corrió a abrazarla, pero Don solo se molestó por esa acción y por verlos en ese sitio.

-No deberían de estar aquí -les dijo Don, con amargura y cansancio.

-Estábamos preocupados, venimos a apoyarte para tu batalla además, todos es la ciudad hablan de lo sucedió el día de ayer, saben que lastimaste a un chico que...- contesto Nando mientras Lina se alejaba de Don, sabían que ella no estaba bien y que les contestaría groseramente por la mirada que se veía en su rostro.

-A ustedes... No les importa lo que paso ayer... Era la única manera de detenerlos y así impedir que los lastimaran, a mí y a ustedes... Y a los pokémon, ellos son lo más importante para mi ahora. -Fue lo último que dijo Don, mientras el dolor se incrementó y el ruido de su cabeza cesó.

Lina y Nando se alejaron un poco y no pudieron evitar asustarse, porque tres chicos aparecieron detrás de la sombra de Don, los tres chicos que habían enfrentado ayer, los chicos que ahora se encontraban con sus pokémon y atacaron con lanzallamas, pero Don y sus amigos los esquivaron a tiempo. Ed se encontraba vendado y era notable que este trío no se encontraba de buen humor.

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