Una semana había pasado desde la fiesta, desde que la diversión se convirtió en tragedia. David sobrevivió al igual que algunos de las personas que habían ido a esa fiesta.
Aunque todo el cuerpo le dolía, a pesar de haber estado en reposo durante la última semana, no podía evitar sentirse culpable pues el había sabido lo que pasaría, aún no entendía como pero podría haber avisado, podría evitar que tantos murieran.
Después de el ataque David se negó a hablar, la policía, los psicólogos, sus padres, no pudieron sacarle ni una simple palabra.
La escuela estaba de luto, al menos 20 alumnos murieron. Las clases se suspendieron por un par de días por precaución. Por si algo así volvía a pasar, todos estarían en casa.
Amelia se preparó mentalmente para decir la verdad, para ayudar a David a cumplir con lo que había sido obligado a ser.
Entendía que David estuviera tan callado y distante, sus pensamientos lo dominaban no podría imaginar por lo que estaba pasando.
Al regresar a la escuela, muchos faltaron por miedo, por traumas, por heridas tanto físicas como psicológicas.
Amelia por más que intentará mantener la concentración en las palabras de su maestro, no lo lograba. Seguía pensando en todo lo que pasaría. Los miedos con los que había crecido ahora eran reales.
Quería ayudar, se sentía impotente por tener que esperar la fecha exacta.
El timbre resonó en el aula interrumpiendo la explicación haciendo que todos salieran dejando a Amelia aún sentada intentando acomodar sus cosas en su mochila para salir y encontrarse con sus amigas.
-¿Estás bien?
-No.
Dejo de lado a sus amigas para caminar sola, no estaba de humor para estar con ellas. Por más que las quisiera.
Camino un par de calles sola hasta encontrar un pequeño parque donde solía ir cuando era niña.
Salió por las puertas de su escuela y se encaminó hacia el interior del parque y se sentó en una de las bancas que estaban ahí.
Se quedó mirando los árboles y los juegos infantiles que estaban delante de ella, escuchó como alguien pasaba por detrás de ella aunque no puso atención de la persona hasta que se sentó a su lado.
David, el chico que se sentía culpable por todo esto, estaba sentado junto a la única que entendía lo que estaba pasando.
El silencio era abrumador, ella no podía hablar con él sobre lo que pasaba. Tenía que esperar hasta que fuera el momento exacto, al que se había preparado la mayor parte de su vida, su familia había ayudado a los elegidos durante años y aunque ella no lo sabía, la relación entre ellos nunca había sido buena aunque sus vidas dependieran del otro.
El tiempo pasó y ninguno de los dos pareciera moverse, David parecía no haber notado la presencia a su lado pues su mirada estaba totalmente perdida al igual que su cerebro atormentado por preguntas. Se suponía que debería estar en casa pero ya no podía aguantar más tiempo encerrado en la casa de su tía, su hermano menor hacía todo tipo de preguntas que cualquier otro día estaría fascinado en responder. Pero no hoy.
Dirigió la mirada a su silenciosa acompañante y la dejó ahí por unos momentos. Estar con ella no se sentía incomodo de estar con ella y quería que permaneciera así.
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Science FictionNosotros siempre hemos existido. Noé era uno de nostros, aunque la humanidad tuvo años para hacer algo, decidieron no ayudar construyendo el arca provocando su propia muerte. La Biblia atribuyó a Dios, pero Dios está lejos de saber lo que este don...