Capítulo 4

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Con Navidad cerca, las calles estaban tapizadas de adornos y luces daban un ambiente de alegría. Aunque la mayoría de las personas seguían de luto por los eventos de las semana pasada, las fiestas alegraban al menos un poco las casas en donde ahora habría una silla de más.

Esa tarde en el parque el frío era notable y un silencio para incómodo había crecido entre las dos personas sentadas rozando sus hombros. Tan diferentes pero algo que no era correcto llamar destino había logrado juntarlos.

Y no me malinterpretes no terminarán enamorados. En serio espero que esta no sea otra de las historias con muchos clichés, no estamos aquí por eso.

Amelia estaba concentrada en la calle así que no se había dado cuenta de que la estaban observando. Aunque su acompañante estaba bastante cómodo solo observando, los pensamientos de ella revoloteaban por su cerebro sin poder detenerlos.

¿Tendría que darle mis condolencias?

Amelia sabía que estaba pasando por un momento muy duro, pues más de uno de sus amigos habían muerto en su fiesta. Además hace más años de los que gustaba recordar y aunque no le gustaba admitirlo cuando eran menores habían sido amigos antes de entrar a la secundaria.

-Lo siento- dijo en un susurro casi inaudible.

Amelia volteó para darse cuenta que había sido observada desde antes.

-¿Ah?

-Lo siento- dijo ahora con un tono más fuerte y fijando su vista en los ojos de su acompañante.

-¿Por qué?

- Por todo, por la fiesta, por tus amigos, por haberme alejado hace años. En serio siento todo lo que estás pasando.

David tardó en procesar las palabras que acababa de escuchar, había esperado que alguien dijera eso desde el viernes. Todos se habían quedado con la parte que el había sido afectado, nadie había dicho nada de sus amigos, sus familias no lo querían ver y su propia familia temía que tuviera una recaída si el tema era discutido.

Ahora que las escuchaba era como si fuese arte de un sueño.

-Esta bien...

El simplemente asintió y se levantó de la banca y empezó a caminar hacia la casa de su tía.

Se detuvo y volteo a la banca donde Amelia seguía sentada.

-Gracias

Amelia lo buscó con la mirada.

-¿Por qué?

-Por preocuparte

Una mirada confundida recorrió los ojos de Amelia.

-Creo que todos han estado bastante preocupados- Expresó con una sonrisa.

David solo asintió, de nuevo, no quería decirle que la mayoría de las familias de sus amigos solo lo culpaban y no estaban muy felices de que el sobreviviera.

-Feliz Navidad David.

-Feliz Navidad Amelia.

Continúo sentada viendo como el tomó su camino y soltó un suspiro, se veía tan roto y deseaba que el don fuera concebido a alguien más que estuviera mejor preparado, pues el perdería una pequeña parte de si mismo cada vez que un nuevo desastre ocurriera.

Y no sabía si ella era lo suficientemente fuerte para recogerlo todo.

Y no sabía si ella era lo suficientemente fuerte para recogerlo todo

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