Capítulo 5

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Navidad.

Para muchos está festividad es la más alegre y llena de sorpresas de todo el año ya que después de está una semana después termina el año.

Muchas familias en especial las que vivían en el norte de la ciudad no la celebraron. No encontraban razón para alegrarse en medio del luto.

La que tendría que ser la fiesta más feliz para olvidar todo por un día terminó siendo la más triste y melancólica. Al menos para algunas familias, pues la familia de Amelia pudo celebrarla sin inconvenientes.

Los niños ahora jugando con los regalos que el niño Dios o San Nicolás le había traído eran los únicos que no entendían porque ahora su colonia estaba con ese sentimiento lúgubre ignorando por completo lo que a los adultos atormentaba.

David envidiaba a su hermano menor por su inocencia la misma el había tenido hace años. La cual era simplemente un recuerdo borroso. El no había tenido que soportar haber visto justo lo que iba a pasar y no poder hacer nada.

Aún no entendía que había sido eso, ¿había solo el alcohol en su sistema? ¿Había visto el futuro? Esa y un millón de preguntas se formulaban en su cabeza. El sonido de su celular lo sacó de sus pensamientos, era un mensaje de sus padres diciendo que irían a ver nuevas casas, no tenían intenciones de reconstruir el lugar en el que había crecido.

Siguió viendo a su hermano perdido en su propio mundo de legos y otros tipos de juguetes.

Decidió subir al cuarto donde había estado durmiendo por una semana ahora, se puso a leer un libro que le habían regalado en Navidad, era algo que de hecho le gustaba hacer desde hace tiempo.

Desde la fiesta no había hablado con sus amigos o lo que sobraba de ellos y tampoco quería hablarles. Estaba muy arrepentido de haber hecho la fiesta y más por no haber dicho nada.

El tiempo pasó y él se quedó dormido, alguien tocó su puerta haciendo que se levantará un poco adormilado a abrir a su tía quien tenía una caja en sus manos.

-Estaba en frente de la puerta, tiene tu nombre.

-Gracias- dijo David con un bostezo, tomó la caja y la puso en su cama, buscó algo para poder abrirla. Encontró unas tijeras en el escritorio que se encontraba justo al lado de la ventana.

Al poder abrirla encontró un libro grueso de pasta dura con un sobre pegado.

Al encontrar a aquel que te dió este libro,

Encontrarás un gran amigo.

Cumplirás con lo que ha sido escrito,

Y es mejor que no lo encuentres divertido.

Tu destino está marcado,

Y es mejor que no sea desafiado.

Los Antiguos.

Con otro tipo de letra debajo de esa carta había una corta frase.

Feliz Navidad David.

No entendía lo que pasaba pero podría apostar a que lo que fuese tenía que ver con la fiesta y no pararía hasta encontrar a aquel que le explicaría esta nueva parte de su vida. Solo esperaba poder encontrarlo antes de perder la cabeza, si es que no la había perdido ya.

 Solo esperaba poder encontrarlo antes de perder la cabeza, si es que no la había perdido ya

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