No importa cuantas vidas arrebate, mientras pueda protegerlos, haré hasta lo imposible, incluso si eso me impide hacer mi deber -pensaba Ana desde lo más profundo de su mente.
(No hay un ship predominante) Una historia de Overwatch relatada desde lo...
Hay cosas que simplemente, no puedes borrar de tu mente, aunque supliques, aunque implores que se marchen, y no vuelvan jamás, es imposible.
Ana había llegado a la base de Talon, Widowmaker la llevó hasta el cuarto en donde se encontraba el hombre encapuchado de la otra vez, al atravesar la puerta de la habitación, el se encontraba sentado en un gran trono echo de madera y algunas piedras brillantes como adorno.
-Traela hacia aquí...
Amelie empujó a la pobre mujer hacia en frente, dejandola cara a cara con aquel ser, quien se quitó la capucha, y le miró fijamente.
-Ana Amari, comandante de Overwatch.
-¿Que es lo que quieres de mi?
-¿Acaso no es obvio? No te queremos a ti, pero necesitamos información proveniente de uno de los miembros más importantes de su estúpida organización.
-Lo supuse...
Aquel hombre, de piel oscura, y bastante robusto, tomó a Ana del brazo y la acercó a el bruscamente.
-Y a parte, te usaremos como carnada para esos inútiles que se hacen llamar “héroes".
Ana le miró con desprecio, ella claramente evitaría a toda costa responder a sus preguntas, con esperanza de que los demás agentes no vinieran en su busqueda, no podrían contra el enemigo, si venían era una muerte segura para ellos.
-¡Tenemos que ir a ayudarla!
-Reinhardt, cálmate, no podemos ir a ayudarla sabiendo que no tenemos su ubicación, Talon tiene muchas bases -decía Mercy para calmar al comandante.
-Tienes razón...
-Irémos por Ana, pero nos prepararemos primero, ella volverá con nosotros sana y salva.
No había de otra, los soldados intentaron rastrear a Ana, fue rápido ya que ella siempre cargaba consigo su comunicador, estaba en la base central de Alemania, todos tomaron sus armas, inclusive los soldados que pertenecian a los cruzados fueron para ayudar.
No fue un viaje muy largo, aunque para algunos, ese poco tiempo fue más que una eternidad.
La base de Talon se ubicaba en medio del desierto, tal vez era menos trabajo que hacer una base subterránea.
-Vaya, vaya... Tenemos compañía- decía una joven de piel morena, rapada de un lado del cabello, y las puntas moradas de este.
-Dejalos que entren, hoy habrá festín para todos...
El calor del sol era insoportable para los agentes, quienes no podian para de sudar.
Después de una larga caminata acompañada de los rayos del sol, lograron adentrarse a la base, de manera sigilosa, llegaron hasta la habitación donde se encontraba Ana, acorralada entre cadenas oxidadas.
-¡Ana! -Reinhardt corrío, pero algo le detuvo.
-Nos vemos otra vez... Wilhelm
Jack apuntó hacia Moira, pero sentió como alguien le tomaba del hombro y le arrebataba el arma.
-Oh no viejo, no lo harás.
Genji desenvainó su espada, pero antes de que pudiera atacar, sintió un fuerte golpe, que terminó estampandolo contra la pared.
-¡Genji! -Mercy corrió hasta el.
-Muy lenta... -Widowmaker lanzó su gancho, el cual atrapó a Angela por la cintura y la jaló hasta ella - parece que se quedaron sin sanador...
Se había desatado una batalla entre los miembros de Talon y los de Overwatch, pero claramente, Talon llevaba ventaja, y más que Widowmaker tenía a Mercy, ni había quien sanara a los heridos agentes.
La lucha fue larga, varios ya habían caido, y por desgracia, la mayoria eran de Overwatch.
Junkrat se encontraba peleando contra el hombre que había encerrado a Ana, de piel oscura, conocido como Doomfist.
-¡Aaaah! -gritó Mei, asustada, Moira le sostenía del cuello y la cintura, con fuerza, causandole un horrible dolor.
-¡Mei! -gritó Junkrat, el cual, aventó uno de sus C4 hacia Doomfist, quien al termino de la explosión causada por el C4, terminó herido en el suelo.
El hombre fue en ayuda de Mei, pero una mujer, de piel morena y acento mexicano, le detuvo.
-No podrás salvar a tu noviesita cielo...
-Te equivocas... -le golpeo, quitandole la consciencia por unos cuantos segundo - ¡Tomen esto! -tomó la rueda que estaba en su espalda y la lanzó.
-¡Eres un imbécil! -gritó Jack desde una de las paredes del lugar - ¡Nos matarás a todos!
-Oh... Rayos -dijo Junkrat, quien ya había soltado la rueda, y esta, a los segundos, explotó.
Se levantó una gran ola de tierra y concreto, la base había quedado destruida.
El polvo, al dispersarce, dejo ver a todos los que se encontraban ahí, la mayoría heridos, Junkrat se encontraba abrazando a Mei, en modo de protección, Reinhardt pritegió a los demás con su escudo, pero, uno de ellos, recibío el golpe directamente, nada le protegio.
-...No... ¡¡¡Gabriel!!! -gritó Mercy, desesperada, al ver a Reyes herido en el suelo.
Corrió hasta el, estaba consciente, pero a duras penas.
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