Capítulo V. Raro

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Traidor.

Para Sehun Jongin era un verdadero traidor, ¿cómo se le ocurre abandonarlo cuando estaba enfermo solo para ir a ver al mudito de la floristeria. No tenía lógica, no tenía sentido el enamoramiento de Jongin por ese bicho, Sehun intentaba buscar algún sentido de la razón del estado de su amigo, pero le era imposible encontrar algo que ni siquiera él conocía.

Jongin no fue haberle el día anterior.

Jongin ni siquiera lo llamó después de su conversación por teléfono.

Sin darse cuenta Jongin le entristecía y, dejaba dolor en su pequeño corazón sin que él se diera cuenta. Un daño mínimo que con el tiempo podría ir creciendo poco a poco, para después transformarse en un delirio para el joven Oh. Es que los sentimientos eran algo tan difícil de detener, como el florecer de las flores en las mañanas, como la lluvia caer, como el despertar del sol cada día, eran hechos imposibles de evitar y mucho menos cuando el corazón está al frente dirigiendo una misión a ciegas.

Podría ser problemático.

Admitir sus sentimientos, sería peligroso.

Tan peligroso como una señal en rojo.

Pero, Sehun ya estaba perdido, perdido en los recuerdos de su amigo, en el deseo de permanecer a su lado. Y ahora en aquella época su ideas habían sidos aplatadas por el ser de la tienda que sin saberlo robó el corazón de su amigo con tan solo un pestañar de sus ojos. Pues, injusto sería la palabra para describir su situación en esos tiempos, él llego sin avisar llevándose lo que anhelo por tanto esfuerzo.

Duele mucho, duele darse cuenta que te esforzarte tanto y aún no fue suficiente.

¿Qué más quería Jongin de él?

¿Había sido un buen amigo? ¿No?

Entonces, ¿por qué fue abandonado?



****





-Perdóname, ¿si? -dijo Jongin mientras acomodaba su mochila-. Hoy no podre ir a visitarte, he quedado con verme con Baekhyun.

<<Así que Baekhyun, ¿eh? Ese es su nombre. >>

-Debo ir a penas salga de clases con él, porque sino perderé el autobus.

-Está bien -forjó una inútil sonrisa falsa al mover el petillo en su bebida, Sehun mantenía su vista en ella para no cruzar su mirada con su amigo. Sehun no quería llorar, no quería dejar escapar lágrimas innecesarias, ¿de qué servirían?

¿Ellas obligarían a Jongin quedarse?

-Prometo mañana ir a verte.

-Te esperaré entonces, pero temprano porque necesito limpiar mi habitación. Es un desastre -habló agregando falsas palabras a la conversación solo para mantener la normalidad aunque por dentro no deseaba soltar ni un hola.

-Sabes que no me preocupan tus desórdenes, realmente no importa.

-Bien.

Había pasado tres semanas desde que Jongin conocío al mudo, bastaron solo tres semanas para arrebatarselo en poco tiempo. Sehun caminaba solo de vuelta a casa, en las tardes estudiaba solo y las noches de videojuegos dejaron de existir, Sehun lloró de rabia cuando aquel sábado Jongin nunca llegó, porque salió de compras con Baekhyun, ese día Sehun hizo pedazos el Praystation al lanzarlo por la ventana, igualmente nunca lo volvería a usar con su amigo ¿Para qué mantenerlo?

Mantenía su estado a un lado mientras Jongin hablaba del estúpido, conteniendo su rabia garabateaba dibujos de este para solo romperlos en mil pedazos e intentar calmar la ira en su ser. Sin embargo, no era suficiente para olvidarlo, él maldecía, insultaba y criticaba en sus adentros al chico de la tienda deseándole lo peor por haber llegado a la vida de Jongin.

Fotografía [KaiBaek/KaiHun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora