Capítulo VIII. Un sol y una estrella

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Cada día se volvía más roto, más sucio, se transformaba en basura con el transcurso del tiempo, una basura de la sociedad que infectaba a las manzanas en buen estado. Baekhyun veía como cada día llegaba a caer más en el fondo  ¿quién podría quererlo de aquella manera?

¿Quién?

Se sentía desgastado hasta los huesos, cansado de seguir sonriendo por las mañanas, cuando la realidad era otra, por dentro su pecho quemaba en una llamarada ardiente, los recuerdos retorcían su mente en cada segundo, reviviendo el pasado que hace tanto tiempo deseaba olvidar. Baekhyun nunca quiso ser llamado débil, aquellos no eran aptos para caminar por el camino de los demás, ellos serían un estorbo, ellos no podían brillar. Porque solo los fuertes podían llegar a ser una estrella, y no una simple estrella de la noche, no, Baekhyun anhelaba ser más que las luces de la noche, él quería brillar incluso al lado del sol. Ser tan brillante del día como en la noche, y había estado tan cerca de llegar en una época, tan cerca que logró tocar el cielo. Fue tan feliz en ese entonces pero, así como había llegado, él cayó, sobre sus rodillas se quebró y en mil pedazos se destrozó.

Ahora solo vivía para ver sobre alto firmamento a aquel sol que lo hizo creer y decaer al mismo tiempo.

Y tal vez, eso estaba bien.

Estaba bien, perderlo todo porque al final de todo, ese sol brillaba como nadie.

Sus párpados ardían de tanto llorar, su nariz roja, y los ojos perdidos en el camino. Le había dicho a Minseok que necesitar ir a un lugar, y no era un error, Baekhyun había hablado, había cometido otro error a dejar pasar las palabras por sus labios. A pesar de que ese alguien se lo prohibió.

De igual forma estaba cansado.

No lo tomó tanto tiempo llegar, subió las escaleras y se paró junto a la ventana, agobiado dejó caer su frente en el vidrio, este no se rompió y no le causó ningún daño al chico, le dejaba ver a través de el, mostrándole la vida en el. Baekhyun cerró su ojos cuando la brisa tocó su rostro llevándolo al ayer.


-Cuando tenga suficiente edad, iré. Iré, Baek y cantaré para todos ustedes.

-Claro que lo harás, estoy muy muy seguro de ti -el niño le pasó la estrella para que ella la llevará a la cima del árbol.

Sooyoung la tomó entre sus manos, apreciando su belleza sonrió- Cuando sea una artista, seré llamada una estrella, y seré la que esté en la cima -la niña emocionada se subió en la sillita y con los mejillas coloradas pusó la estrella sobre encima de todo. Esta brilló tanto como un pequeño sol, permitiendo a los dos niños adorarla.

-¿Sabes? Llegaré tan lejos que no seré llamada una estrella, eso no, pues cuando me vean seré un sol -ella bajó de la sillita sentándose al lado de su hermano-, y cuando esté allí arriba, firme y destellante, tu, mi Baek, serás mi estrella.

Desde aquél día Baekhyun, un pequeño niño entendió algo, debía llegar a ser esa estrella, debía lograrlo para poder estar al lado de su hermosa hermana mayor.

Sooyoung y Baekhyun eran dos niños criados bajo el seno de una familia muy estricta, no toleraban un mal comportamiento por parte de ellos, ser educado y respetuoso era importantisimo en su día a día. Todos los días debían estudiar, mantener su excelentes calificaciones era obligatorio en cada uno de ellos.

Su hermana despertó en él el apreció por la música, a ocultas cantaba y se hundía en el trazo de las notas musicales de una guitarra. Cuando terminara el colegio se atrevería rogarles a sus padres que le permitieran estudiar música, o asistir a una compañia de musica. Ya que de seguro ellos pensaba para él un trabajo más digno, un trabajo en su firma de abogados. Y siendo sincero él no se imaginaba de aquella manera.

Fotografía [KaiBaek/KaiHun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora