Capítulo X. Algo más

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-Voy a tener que dejarte algo muy claro, Sehun -anunció levantando su índice, intentando guardar paciencia-. No puedes estar celoso de Baek, ya que tu siempre has sido y serás mi mejor amigo. No tienes razones para preocuparte, Hunnie. Nada de eso va a cambiar.

«Pero yo sí quiero que cambie».

«¿No puedes ver que deseo algo más que una amistad, Jongin?»

Sehun le miró desde la cama, mas no dijo nada ni hizo algún movimiento. Jongin estaba declarándole su fiel amistad, y cualquiera estaría orgulloso y contento de que no existiera la posibilidad de ser remplazado; todos los años que compartieron guardaban su peso, su amigo aseguraba que no había nada de que preocuparse, que todo estaba y estaría bien.

«Mentira».

Jongin siempre era demasiado idiota, o se hacía; Sehun no temía por sus largos años de amistad, no, nadie podría arrancarle los lazos que habían creado a través del paso del tiempo. ¡No se trataba de eso, joder! Ni siquiera el malnacido de Byun Baekhyun otro podría, nadie podría. Después de todo se trataba de algo indestructible. Pero la verdadera cuestión yacía, más bien, en que a Sehun lo atacaban unos celos que distaban de lo amistoso; unos celos que estuvieron escondidos en un rinconcito abandonado de su corazón cada que Jongin hablaba de alguien "bonito" o alguien que podría gustarle. Sehun deseaba ocupar tales puestos, deseaba que que el mayor le mirara con los ojos de enamorado que él le dedicada todos los días de su miserable existencia adolescente. Y vaya que le irritaba que el amor que añoró durante mucho se fuera, revoloteando como un colibrí que se aleja hacia un jardín lejano y ya nunca vuelves a ver. O bueno, quizá no se trataba de un jardín, quizá sería la floristería donde trabajaba Byun y donde Jongin se dejó engatusar como un colibrí ciego e impulsivo.

-Como siempre, no estás entendiendo -setenció.

El mayor frunció el ceño, ¿por qué Sehun debía ser tan necio con el tema? No era ningún idiota y sabía hacia donde quería llevar la conversación su amigo. Respiró profundamente.

-Lo siento..., pero creo que es mejor que hablemos de lo que sea que estés refiriéndote luego. Ya es hora de irme a casa -soltó así como si nada, así como si Sehun no estuviera esforzándose en al fin expresar sus sentimientos. Se levantó, dada por hecha su excusa.

-No, Jongin. Deja de hacerte el loco -le agarró del brazo, apretándolo-. Creo que ya entiendes a lo que me refiero.

-Sehun, ya basta -Jongin no lo miraba a los ojos-. Los dos estamos cansados, mejor duerme.

-¡Que no! -repitió acercándose, estando de verdad cansado, harto, aburrido de ese juego del gato y el ratón donde Jongin siempre ganaba y se escabullía a du conveniencia. Sin una pizca de miedo, acortó la distacia y sostuvo su rostro, obligándolo a mirarlo. Un asombrado Jongin no pudo soltar palabra.

Claramente Sehun continuó mirándolo, y se dio cuenta de que su nariz ya no dolía, su corazón, al cual ya ni sentía dentro de su pecho tal y cual como ya ni escuchaba su alrededor. Aunque, todavía estaba Jongin. No había nada entre ellos, ni las calles, ni la distancia, ni sus amigos, ni la cámara, ni la floristería y mucho menos el molesto de Byun Baekhyun.

Tuvo tantas ganas de darle un beso. Tantas, que acabó por hacerlo. Besó a Jongin con suavidad sobre sus belfos, cerrando sus ojos con fuerza, y en ese instante todas las sensaciones volvieron a su ser, pero con mucha más intensidad.

Jongin no podía creerse que eso en verdad estuviera sucediendo. Sentía los labios de su amigo sobre los suyos, sus manos tomando sus mejillas y un súbito dolor en su pecho. Pensó en Baek, y en cuán egoísta estaba siendo Sehun al quitarle a ambos sus primeros besos sin permiso. Sin embargo, no pudo molestarse con él.

-No, no, Sehun -retrocedió un par de pasos, con el corazón agitado y una expresión confundida. Sehun estaba triste porque no le había devuelto el contacto-. Estás algo acelerado ahora, mejor hablamos luego te dije...

Pero las manos de Sehun volvieron a atraerle, haciéndolos quedar de frente, y asimismo volvió a besarlo. No una sola vez, sino dos, tres, cuatro... Para cuando Jongin se dio cuenta, Sehun ya lo tenía recostado en la cama, sin dejar de besarlo un instante.

«Mierda... ¿Por qué no se detiene?» y por primera vez consideró, que, por más que no quisiera fuese así, Sehun estaba perdidamente enamorado de él. Podía suponerlo con la forma tan dedicada en que lo besaba, en cómo cerraba sus ojos y en cómo sus manos temblaban al repetir el movimiento que ejercía una leve presión sobre su rostro. No pudo evitar echar un suspiro; el aroma de Sehun, quien había sido su amigo desde niños, se colaba por sus fosas nasales y casi le ahogaba. No es que Sehun oliera mal, era que a él la cabeza le daba vueltas y el pecho seguía doliéndole y ¡mierda! Las palabras eran un imposible para él en esos momentos. Sehum bajó a su cuello, susurrándole que lo quería demasiado, y él apretó los labios buscando tomar al otro de los hombros. Tenía que dejarle las cosas claras de una buena vez, no podían hacer ese tipo de cosas.

-Sehun, escúchame por favor... -y ambos volvieron a mirarse las caras. Ahora el más pálido estaba sentado encima suyo, algo sonrojado (aunque en él pasaba lo mismo) y su cara resultaba una especie de poema demasiado extenso. Sí, Sehun era realmente guapo, siempre se lo había parecido, pero todo era tan raro y tan de pronto que...- ¿Qué estás haciendo?

-Quiero hacerlo contigo, Jongin -soltó. A Jongin se le puso el rostro de los mil y un colores. Ya. Hasta allí llegaban.

-Levántate -pidió, abrumado por aquella confesión, pero como internamente se lo había esperado, Sehun no se movió de su sitio. ¿Era tan difícil tenerle un poco de compasión a su estabilidad emocional?

-No quiero. ¿Por qué no podemos haverlo, Jongin? ¡Puedo hacértelo un millón de veces mejor que Baekhyun!

-Shh, baja la voz -le tapó la boca, estando su rostro más que rojo-. Domínate un poco. Tampoco quiero que me lo hagas así como así.

-¿Entonces quieres hacérmelo?

Nunca en su vida Sehun había mostrado tanta determinación como en esos momentos. Obvio, estaba nervioso en demasía porque sabía el significado de sus palabras. Tanto Jongin como él eran vírgenes y hasta entonces, nunca habían tocado una conversación parecida, empero si hacer el amor con Jongin podría demostrarle cuán reales eran sus sentimientos a su compañero, a él no le temblarían las manos como empezaron a hacerlo las de Jongin.

Hubo silencio. Sehun esperó una respuesta que jamás llegó, así que decidió ponerse en marcha. Bajó hasta el rostro ajeno, dejando un breve beso en su mejilla caliente, y se deslizó lentamente por la piel morena hasta llegar de nuevo a sus labios y entrelazarlos con los suyos. Jongin, cerrando los ojos también, le rodeó con sus brazos (con una torpeza digna de él) y le correspondió.

Fotografía [KaiBaek/KaiHun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora