I.

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 —Quiero que vengas esta noche.


Dice Katsuki Bakugo a su compañero, enemigo, amigo de la infancia, causa de su estrés, razón por la que está con el ceño fruncido todo el día, y otro adjetivo que diría, pero francamente su orgullo no le dejará reconocerlo nunca, por ahora, al menos.

Sí, a Izuku Midoriya, que estaba frente a él, con la mirada embobada, intentando captar qué fue lo que había escuchado, si no era algún tipo de broma, si no era Himiko Toga tendiéndole una trampa de la liga de villanos, algo.


No podía creer que esos ojos le estaban aclamando tal cosa.

—¿Y-yo?— le responde luego de recobrar la consciencia, bastante perdido por cierto.

—No, bastardo la vieja de la esquina— replica Bakugo mirándolo con molestia —Obvio que a ti te lo estoy diciendo, y más te vale que lo hagas.


Los niveles de sonrojo en las mejillas de Izuku eran simplemente un arte. Asintió en seguida Katsuki le respondió, aceptando la propuesta, vio que Bakugo miró hacia los lados, buscando algo, más bien alguien, pues claro, esto que estaban viviendo entre ellos, era algo absolutamente secreto, un hecho confidencial y que nadie debía sospecharlo.

Hace dos meses que había comenzado todo esto.


Y es que ese beso fue tan deseado, sincero y perenne, en una habitación, que portaría uno de los recuerdos más lindos que tanto Izuku como Katsuki llevarían en sus memorias, pero esa es otra historia, ahora, esas mismas cuatro paredes iban a presenciar otra cosa, para llevar todo a algo más, caliente.


Luego de ese rápido encuentro los dos presentes bajaron por escaleras distintas, llegando en diferentes tiempos a la sala de estar, ya que eran las 20:15 y la hora de la cena había comenzado hace 10 minutos. Dentro de la cocina y el sector de entretenimiento yacían sus compañeros de clase, conversando o bebiendo algo, viendo televisión o simplemente durmiendo, los entrenamientos de ese día habían sido bastante duros.


—Deberían darnos vacaciones— comentó Kirishimia Eijiro sentado junto a Kaminari —A lo único que llego a mi habitación es a dormir.

—Para eso es— le replica Iida sentado en el otro extremo —Si tenemos vacaciones, perderemos valioso tiempo de entrenamiento, no se puede.

— ¿Cuál es tu manía de mover las manos?— preguntó de repente un Todoroki Shoto al costado del sillón —Siempre cuando hablas como que tienen una coreografía.


Los presentes carcajearon, pero el heterocromático al parecer lo estaba preguntando en serio, no se estaba riendo en lo absoluto.

—Está nervioso de tu presencia Todoroki— comento Denki con una sonrisa pícara. 

Ante esto Tenya lo miró molesto — ¡En lo absoluto!

—En lo absoluto que sí dijo— apoyó Eijiro pasando su brazo por el hombro del chico eléctrico —Ya lo sabemos todo, no nos oculten cosas chicos.


Shouto, que estaba en el mismo sillón que él, se asomó hasta llegar al campo visual de Kirishima, con su expresión neutra, seria, de nada, aunque algo confundida, diciendo —No comprendo lo que están hablando— dijo llevando su mirada hacia Iida, que estaba a su lado —¿Me podrías explicar hoy en la noche? Recuerda que ibas a dormir conmig—

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