IX.

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Manos recorrían la piel sin jurisdicción ni dirección establecida, entretanto apretaban, movían y acariciaban, uno de los presentes se asesoró de apagar todas las luces de la habitación, dejando la escena carnal sólo acompañada por la luz fría de un poste que se colaba por la tela de las cortinas. La ropa estaba ausente, las sábanas desordenadas, y el calor que se apoderaba de las cuatro paredes, nacía de jadeos y gemidos entrecortados, de los vaivén que provocaban un elíxir de placer. El sudor caía por sus extremidades, se encontraban rodeados por una burbuja de pasión y excitación, olvidando todo lo demás, ignorando la posibilidad que los escucharan, agradeciéndole al altísimo volumen que tenía la música en el salón principal, que los absorbía a todos, menos a ellos.


Abstraídos en la posición que no pudieron llevar a cabo por la ausencia de lubricante y la intervención de Tenya, Bakugo entró con menos precaución que la vez anterior, pero que no fue dañina ya que la dilatación no estaba estrecha. El menor se sumergió en la delicia que sentía al recibir las estocadas del de quirk explosivo, y entremedio, las correspondió empujando su cadera hacia atrás, chocando con el cuerpo de su pareja, generando una pequeña pugna por quién lideraba las embestidas, cosa que entre más de estos choques se generaban, más sincronizado era el movimiento, por lo tanto, el efecto era más enérgico.

Izuku le aclamaba más velocidad, que la intensidad fuera más alta, Katsuki no podía negarse ante tal petitorio, y el pecoso no podía parar de abstraerse por la sensación que el mayor le generaba en su cuerpo, ya se había ido cortado esa noche, eso le daba un poco de sentido a la sensibilidad que tenía al recibir el miembro de su pareja, pero con o sin ese hecho, no quería detenerlo, deseaba que el rubio cenizo experimentara algo similar, lo necesitaba con más lujuria que lo normal.

Tuvo una idea, levantó su torso de la cama y le pidió a Bakugo que se detuviera, cosa que el mayor hizo sin exigencias o preguntas, esperó, curiosamente, lo que Izuku fuera a decir.

—Recuéstate— ordenó el menor, parado y tapándose su parte íntima inconscientemente —Quiero intentar algo nuevo.

—Lo que sea espero que pueda tocarte, porque si no tu plan será una mierda— respondió correspondiendo lo que le habían pedido, el portador del OFA se rio ante la réplica, y llevó a cabo su idea. Al segundo después que Katsuki se recostó, él se subió encima de su cuerpo, sentándose justo en la zona inferior, como las prendas ya no existían, el roce fue inevitable y muy estimulante.

El líquido del lubricante, mezclado con los fluidos del mayor, fueron clave a la hora de ejecutar lo que tenía pensado el pecoso, levantó sus piernas, agarró el miembro de su pareja y la posicionó justo fuera de su entrada. —Quiero v-ver cómo es asi.

—Adelante— respondió el rubio cenizo atento con los movimientos de su compañero —Agárrame todo lo que quieras— los nervios los sintió por toda su piel, ese tipo de respuestas eran las causantes que su cuerpo correspondiera todo con más intensidad, cerró sus párpados y adentró la erección, fue delicado y paciente, hasta que llegó al final de la extensión.

—K-kacchan— decía Izuku, con su cuerpo encima, a Bakugo, quién estaba concentrado en la imagen frente a él, agradeciéndole a la luz tenue que lo ayudaba a observar cómo se veía esa figura encima sin la compañía de lámparas encendidas, su miembro atrapado entremedio de las paredes de Izuku que lo apretaban con necesidad y calentura. —En esta posición s-se siente mucho más.


— ¿Qué se siente más?— preguntó Bakugo pasándole las manos por su abdomen —La verdad es que tu idea me calentó demasiado— levantó su cadera generándole un espasmo al menor sin previo aviso, Midoriya frunció el ceño, y el victimario sonrió —Si deseas que te felicite por tener esta gran idea lo hago con gusto.

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