35. Amigas.

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NOTA:  eugenia8a gracias por estar pendiente. Me hace feliz.

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── ¿Crees que sea una buena idea? ── Michelle se apoyó sobre su propio auto. Mientras la señora Betty nos vigilaba a través del vidrio del piloto.

── ¿Qué cosa? ── Inquirí.

── Todo esto, el viaje todo ── Afirmo ── Ir a la ciudad de Ibagué. Solo digo que es algo repentino.

── No lo sé Michelle ── Dije sinceramente ── Es mas ni siquiera tengo un punto seguro solo que quiero intentarlo. No puedo quedarme esperando a que se agrave aún más. La madre de Juan P me dio unas pocas indicaciones y es con lo único que contamos.

Sabía exactamente a donde quería llegar. Pero no tenía nada más que eso. Cómo actuar ante un posible encuentro forzado. No quiero ser la entrometida.

── Lo se amiga y estoy aquí para apoyarte ── Tomo mi mano suavemente ── Sabes que cuentas con nosotras.

Lina se acercaba con una mini falda, una pequeña mochila y la línea gruesa alrededor de sus ojos. Cantaba algún verso de una música pop del momento.

── Preparadas señoritas ── Abrió la puerta del auto y lanzo su morral ── Creo que esto será una pequeña aventura.

Abecés la tranquilidad de Lina me sacaba de quicio. Pero porque amargarme si tan solo lo que necesitábamos era una buena actitud. Aunque a Lina le sobrase eso.

── Creo que no estas consiente de la situación Lina.

Lina rodo los ojos y se acercó a nuestra posición.

── Claro que si ── Me arregló un poco el cabello ── Solo que quiero hacerlas sonreír. Sobre todo a Gabi. No me privare si encuentro la oportunidad.

── ¿Crees que lo encontraremos? ── Pregunto Lina ── ¿A su padre verdad?

── No lo sé, la verdad si no quieren acompañarme entender...

── No hables mas ── Advirtió Lina con su tono dramático ── Aremos esto juntas como buenas amigas, como hermanas.

Michelle sonrió e ingreso al asiento del copiloto, mientras tanto Lina me abrió de un gesto amable la puerta trasera e ingrese con alguna corazonada. Tal vez lo último que quisiera perder sea la esperanza.

── Buen día señora Betty ── Salude.

── Buen día mastodonte ── Rechino entre dientes Lina.

Solo sonreí y negué las palabras de Lina. Ella tomo mi mano.

Yo no era la enferma, pero a veces pareciera que ante mis amigas lo fuera; tal vez por el aspecto que tenía estos últimos días, ni siquiera sabía si había maquillado lo marchito que estaba mi rostro. Aunque no quería perder mi feminidad. Había cosas más importantes en las que pensar

La señora Betty puso en marcha el auto. Alguien se atravesó y se puso frente a nosotros. Era espectacular admirar la cabellera abundante de Mary pero ¿Qué hacía aquí?

Salí sorprendida del auto y la aborde confundida.

── ¿Qué haces aquí?

── Me entere que aras un viaje ── Dijo con sus sonrisa reluciente ── Decidí acompañarte.

Mi Mayor RegaloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora