ENCUENTRO

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Estas en la mansión Wayne,  sentado en la isla de la cocina,  con "el murciélago" sentado en frente de ti,  al parecer con noticias.

-Tenemos una nueva misión.
Sonríe mientras lo dice.
-¿Y por qué estás tan alegre por ello? -lo dices descaradamente.

-No es que te vaya a gustar...
Notas que está evitando no reírse.
Resoplas rodando los ojos esperando que siga hablando.

-Tendrás que irte a Gotham Academy durante un largo tiempo...

Esboza una gran sonrisa.

Te pones furioso y le arrebatas el informe que tiene sobre las manos para leerlo.

-Están pasando cosas extrañas allí,  creo que puede ser por algún estudiante,  profesor o algún nuevo enemigo,  pero será mejor que lo sepamos desde el interior del asunto.

Apartas un segundo la mirada del informe para mirarlo desafiante y después volver a mirar los papeles.

-He,  he, he... Losiento mucho Damian... Pero tendrás que hacerlo.

Te levantas sin decir palabra y dejas el informe sobre la mesa.
-¿Cuando empiezo? -te acercas a la salida.

-Mañana por la mañana,  será mejor que prepares tus cosas... es interno. Estarás allí mas o menos casi dos meses.

-Genial... -murmuras con asco mientras te vas a tu habitación.

Al día siguiente a las seis y media de la mañana ya lo tienes todo preparado para irte,  incluyendo tu katana y tu traje de Robin.

Subes al auto negro conducido por Alfred y despides con amargura e indiferencia a tu padre.

Gotham Academy,  una escuela interna en la que se hospedan todo tipo de estudiantes,  sobre todo imbéciles,  un lugar muy antiguo,  frío y algo terrorífico por la noche. 

Bajas del coche y lo sigues con la mirada hasta que lo pierdes de vista.

Habías visto una foto de la escuela en el informe,  pero era aún más impresionante en persona.
"Con gárgolas y todo... "piensas esbozando una sonrisa pícara mientras te das cuenta de que hay una gárgola colocada en cada esquina superior de la academia.

Agarras fuertemente las asas de tu mochila y empiezas a subir las escaleras susurrando una maldición en voz baja.

Estas sentada en tu pupitre de siempre,  junto a la ventana,  en la segunda fila, detrás del niño ese que no para de peinarse con un mini peinecito rojo oscuro.

Estás dibujando en tu libreta,  es tu única salvación para no morirte de aburrimiento en clase.  Dibujas un cuervo.  Siempre se te ha dado bien dibujar. 

"No está mal... "piensas modesta.

Se te entristece la mirada cuando ves al profesor,  un hombre gordo,  calvo y con unas gafas a lo tipo Harry Potter,  entrar por la puerta.
Resoplas por lo que te espera.

Pero de repente te das cuenta de que no está solo,  un chico va detrás suya,  no lo ves bien por que una chica muy alta que se sienta más alante te tapa la vista.

-Niños,  este es nuestro nuevo estudiante,  Damian Wayne...
El profesor alarga un brazo para señalarlo.  La chica alta se agacha para recoger el lápiz que se le acaba de caer y por fin logras verlo,  se te cae el lápiz de la mano de golpe.
Un chico con el pelo negro intenso y los ojos de color verde que parecen salidos de la naturaleza mira indiferente y aburrido a la clase y al profesor.

Te resulta muy familiar.  No puedes evitar ponerte nerviosa por dentro.

Cuando entras por la puerta de la clase detrás del profesor todo lo ves normal.
Una chica muy alta en primera fila que viste un mini vestido rojo que no te quita la vista de encima,  algunos de los populares agrupados en una esquina, unos chicos góticos sentados al fondo,  un chico repeinado y engominado peinandose con un peinecito y ... Se te para la respiración.  La chica que hay detrás del repeinado te es muy familiar...
Tiene el pelo negro como la noche,  la piel pálida y unos extraños y enigmáticos ojos de todas las tonalidades violetas posibles.  Parecen sobrenaturales,  como salidos de un cuento. Lleva una chaqueta negra cerrada encima de la camisa blanca del uniforme,  llendo así entera de negro.

Te das cuenta de que aún la estás mirando y apartas la mirada rápidamente,  intentando concentrarte en el resto de la clase.
Aprietas los puños con fuerza.

El profesor te presenta,  pero lo oyes como sie estuviese muy lejos,  notas que estás ardiendo y por fin el profesor te dice que te sientes en un asiento libre  que hay más o menos al fondo,  justo detrás del grupito de los populares.

Observas que el sitio está bastante alejado de la misteriosa chica y te alivias un poco.

Comienzas a andar hasta el sitio sin desviar la mirada y te sientas,  permitiendo así que la clase comience.

Sin saber por qué abres una pequeña libretilla negra y comienzas a dibujar un cuervo...

Al fin suena el timbre y tardas en recoger a propósito para que todos salgan y quedarte el último,  sobre todo para que se fuese la chica de los ojos violetas.

Te quedas solo en la enorme clase.  Intentando apartar de tus pensamientos a la chica y concentrarte en la misión.

Sales de la clase cuando el pasillo ya está completamente vacío. 

Te vas a tu habitación sin darte cuenta de que te has dejado la libretilla sobre la mesa.




Saliste de clase lo más rápido que pudiste para alejarte del chico nuevo. 
Corriste como dos pasillos y te paraste cuando decidiste que ya estabas lo suficientemente lejos de allí,  te sientas en el suelo del pasillo desierto para volver a respirar con normalidad y volver a tu temperatura corporal común.

De repente te acuerdas abriendo mucho los ojos.

-Mierda... -susurras con enfado.

Te acuerdas de que te has olvidado de tu libreta en la clase. 
Te obligas a levantarte y entras de nuevo en la clase.  Te paras en la entrada y,  efectivamente...  Allí está,  en el sitio que la dejaste,  pero te das cuenta de que otra cosa negra destaca en el otro extremo de la sala.  Otra libreta parecida a la tuya.
Cuando te acercas lo suficiente te das cuenta de que la libreta está en la mesa del chico nuevo.

Susurras una maldición. 
Te acercas con curiosidad y la coges.  La volteas por delante y por detrás.  La libreta sin anillas tiene en su portada,  con letras plateadas,  en el perfil inferior derecho, unas iniciales diminutas.

-D. W... -murmuras pensativa.

Sin saber que hacer,  te guardas la libretilla en la mochila,  coges la tuya de paso y sales corriendo de la clase justo cuando toca el timbre de nuevo.







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