Desde el incidente del incendio, que al final se descubrió que fue provocado por un montón de máquinas para el pelo y un vaso de agua en una habitación de las chicas, Damian y tú coincidisteis muchas veces en varios sitios de la academia.
Una vez coincidisteis en la biblioteca. Lo viste entrar a paso rápido, coger un libro y sentarse a tu derecha. Simplemente os mirasteis unos segundos con una sonrisa en el rostro para sumergiros en un silencio y en las letras de los libros. Cada cuál el suyo.
Otra vez en el patio, de nuevo cada uno en vuestro libro. Y varias veces en la cafetería o en los pasillos.
Desde que te curó no dejaste de darle vueltas a por qué lo hizo. Pero él, que parece ser una persona extremadamente discreta y reservada, se ha ido acercando a tí. Probablemente una de las personas más impopulares e invisibles de la academia. Una don nadie.
-¿Estás despierta?
-Ahora sí... ¿Qué te pasa?
-Nada.
-Nada... ¿no es muy temprano para estar mandando mensajitos con una chica?
-Ya. Solo son las cinco.
-Sigue siendo temprano. Casi despiertas a mi compañera.
-Y volvería a llamar a sus padres.
-Exacto.
-En una hora nos tenemos que ver de nuevo así que...
-Sí. Y estoy desperdiciando una hora de descanso.
-¿En la biblioteca en diez minutos?
Lo escribió tan de imprevisto que incluso soltaste un gemido y tu amiga se revolvió un poco en su cama. Te muerdes el labio para callarte y escribes. Pero dudas si darle a enviar.
-Está bien. Supongo que no puedo preguntar el por qué.
-Aciertas otra vez.
Miras a la esquina del teléfono y el "en línea " desaparece.
En cuanto te sientas en una de las mesas de la biblioteca empiezas a arrepentirte de haberle mandado el primer mensaje. Le pediste su número cuándo una vez se dejó un libro y te costó mucho devolvérselo, y para que no se volviera a repetir la situación, le pediste su número.
Te revuelves en la silla. Nervioso. Sobre todo cuando la ves entrar con su típica ropa negra y su ceño ya fruncido. Un gesto que ya se te ha hecho habitual. Lleva el pelo un tanto alborotado, señal de que efectivamente acaba de despertarse.
-¿Qué rayos quieres? - te suelta claramente molesta sentándose frente a ti.
-Buenos días a ti también, Rachel - sonríes menos nervioso apartando la rojez de tus mejillas.
Solo se limita a rodar los ojos con una disimulada sonrisa.
Apostarias lo que fuera a que piensa que estás mal de la cabeza.
-Los ratos que hemos pasado juntos no hablamos nada. No es que esté diciendo que no me gusten - la chica te mira confusa y sorprendida al mismo tiempo - si no que nunca hemos tenido la oportunidad de-
-Hablar - termina tú frase.
-Yyyy... - sacas las manos de debajo de la mesa con una mirada maliciosa.
-...conocernos... pero, créeme, niño rico - últimamente te había llamado así para fastidiarte - no quieres conocerme.
Si lo hubiese dicho otra persona te habrías puesto a reírte. Como si Grayson se hubiera caído por las escaleras o algo así. Pero por la neutralidad de su voz y su cara fría rodeada de barreras te mantuviste serio. Lo decía de verdad.
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DEFECTO
أدب الهواةUn Robin que aún no conoce a los Teen Titans conoce a una misteriosa persona por la que siente una extraña y fuerte debilidad y a otra a la que odia y quiere al mismo tiempo. Un nuevo enemigo se acerca, los sentimientos se enlazan y distorsionan y...