Cassie quita sus manos y comienza a frotar su pequeño coño contra mi erección, no puedo evitar gruñir, pese a las telas que nos separan puedo sentir lo mojada que está, sonrío con satisfacción.
—Tócate.
Sus movimientos paran y me ve sorprendida.
—Tócate para papi.
La aparto de mí, se tira contra la cama, vacilando. Enciendo un cigarrillo y me siento en el pequeño sillón que está en el rincón de su habitación. Me recargo mientras me llevo el cigarro a la boca.
—¿Y? ¿Qué es lo que esperas, Cassandra?-golpeo el cigarro dejando caer las cenizas.-¿Acaso quieres convertir esto en un castigo?
Ella niega con la cabeza.
—Entonces obedéceme.
Asiente y abre sus piernas, sonrío con satisfacción, es hora de la función. Lleva su dedo índice y medio a su boca, los lame.
— Mírame.-ordeno, llevo mi mano a mi erección y aprieto.
Cassie vuelve a lamer sus dedos mientras me mira fijamente, lo cual me prende más.
— ¡Chicos, ya llegué!
Tanto Cassie como yo nos sobresaltamos al oír la voz de Celeste, mi corazón comienza a palpitar de una manera fuerte, los nervios me invaden, no puedo moverme, Cassie me mira con terror, se queda paralizada.
— Oh Dios mío.-se tapa la cara nerviosa.- KJ, ¿que hacemos?-sus ojos comienzan a cristalizarse.
— Tranquila pequeña, no va a pasar nada.- planto un beso en su frente.- Tengo que salir de aquí, métete en la cama y no te vayas a levantar, ¿entendido?-ella asiente.- Y calma, que nada va a pasar.-acaricio con mi pulgar su mejilla, veo sus hermosos ojos y le doy un beso en los labios.
Finalmente salgo con cautela de la habitación.
