4.2

1.4K 81 8
                                    

El auto se inundaba de las melodías que salían del reproductor de manera aleatoria, estábamos saliendo de la ciudad y no tengo la menor idea de a donde iremos a parar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El auto se inundaba de las melodías que salían del reproductor de manera aleatoria, estábamos saliendo de la ciudad y no tengo la menor idea de a donde iremos a parar. La mirada de KJ está enfocada en la carretera, aunque de vez en cuando lo atrapo mirándome por el rabillo del ojo o simplemente me sonríe. Su mano está en mi rodilla, sus dedos juguetean con mi piel, siento mi cuerpo tensarse ante su tacto. Mientras más vamos avanzando más va subiendo, aprieta mi muslo, me remuevo incómoda en mi asiento.
Después de unas dos horas de camino paramos en un pequeño condado. las casas son viejas y elegantes, nada que ver con las casas y edificios modernos de la ciudad.
KJ va adentrándose en los caminos llenos de tierra, como si conociera muy bien el lugar, pareciera que nos vamos alejando de lo que es el centro, más campo y pocas casas. El camino es recto y fresco puesto que hay una gran cantidad de árboles.
Finalmente, después de otra media hora de camino detiene el auto enfrente de una elegante casa, no tan grande como la de Celeste, pero emana una elegancia y tranquilidad aún mayor.
—¿Qué es este lugar, KJ?- pregunto confundida y sorprendida a la vez. Hay unas sillas en el porche y un hermoso vitral en el punto medio de la puerta. Subo los tres viejos escalones y me recargo en un barandal mientras veo a KJ salir del coche y sacar unas cosas del auto. Solo me dedica una sonrisa y saca una llave debajo de una maceta. Uno pensaría que al entrar se encontraría con telarañas y polvo y un lugar en mal estado, pero no es así, el lugar es impecable. Rodea mi cintura por detrás y besa mi cuello.
—¿Te gusta? Solíamos venir los fines de semana mi familia y yo. Ahora pasaré los fines de semana que pueda aquí contigo.- me doy la vuelta y lo beso, siento que es lo más romántico que han hecho por mi.
—Me encanta, papi.-sonreímos en medio del beso. Mis pies están apoyadas en sus zapatos mientras él se inclina un poco más. 
—Ponte cómoda bebé, tendremos una linda tarde. 
Me quito los zapatos y comienzo a recorrer la casa, un pasillo con fotos colgadas en la pared, KJ de bebé hasta un KJ adolescente. Las habitaciones están bien ordenadas, la luz del sol entra por las ventanas y el cantar de los pájaros se escucha por todos lados.
Me acuesto en una de las camas dejándome llevar por los relajantes sonidos provenientes de afuera.
Cuando abro los ojos KJ se encuentra a lado mío durmiendo también, no sentí el momento en el que se acostó. Paso mi mano por su mejilla, aún es temprano puesto que el sol no está tan bajo.

De un golpe KJ se despierta y comienza a dar vueltas, diciendo que es tarde.
-Te quiero abajo en menos de cinco minutos.-ordena.

...

KJ se encuentra en la entrada con una canasta para picnic, no puedo evitar que es lo más cursi y cliché qué hay, pero sé que él lo hace de corazón y cada vez me enamoro más de él.
Toma mi mano y cierra la puerta detrás de nosotros. Rodeamos la casa , caminamos unos cinco minutos más hacia abajo y damos con un riachuelo. Pone una manta y encima de ella la canasta.
—¿Y? ¿Qué te parece?- Está parado enfrente mío y veo la ilusión en sus ojos. Asiento y me abalanzó a él. Caemos, lo que me hace quedar encima de él. Se me queda mirando y sonríe.- Eres hermosa, nunca dejaré de decírtelo.-me inclino un poco y lo beso. Trato de acelerar las cosas, pero me detiene.- Vamos paso a paso, bebé.- besa mi cuello y nos incorporamos.
Saca un pequeño pastel de la canasta y dos cucharas, saca un libro, "Orgullo y prejuicio" y una botella de vino junto con dos copas.
Comemos de la tarta y bebemos, platicamos sobre nuestras vidas antes de conocernos, me cuenta relatos graciosos y tristes, nos remojamos los pies en el agua y nos besamos con un poco de toqueteo de por medio. 
Se recuesta en mis piernas, y me ve fijamente,
—Quiero que me leas.-me pasa el libro.
—¿Es necesario?
—¿Acaso quieres que papi te castigue?
Resulta tentador pero no tengo ganas de eso.
—Está bien.- tomo el libro y comienzo a leerle.
El sol ha bajado por fin, siendo la primera vez que presencio un atardecer. KJ me besa y ahora las cosas van enserio, su mano viaja por todo mi muslo hasta llegar a mis bragas, acaricia suavemente.
—Papi.-jadeo.
—Creo que es hora de volver a la casa.-se aparta de mí y comienza a recoger las cosas. Comenzamos a caminar de vuelta a casa, me abraza por la cintura mientras susurra a mi oído:
La noche apenas está por comenzar.

Mañana voy a entrar a la escuela y estoy entrando en crisis, ayuda.

be my daddy // kj apaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora