Horas antes del partido de Quidditch, Harry se sentía muy nervioso. Él no solía sentirse así, ya que estaba acostumbrado, pero saber que Draco Malfoy iba a estar mirándolo desde las gradas con una mirada diferente (o quizás siempre lo hizo, pero ahora es consciente de aquello), le ponía los pelos de punta.
Nada tenía que salir mal. Él debía agarrar esa Snitch Dorada como nunca antes, de una forma gloriosa, porque quería impresionar a Draco; le gustaba cuando su novio alagaba sus logros.
Una vez que empezó el partido, Harry voló lo suficientemente alto para poder ver todo el campo de juego pero sin irse muy lejos. Su mirada se escapó un par de veces hacia la grada de Slytherin (casi vacía). Su cabellera rubia era inconfundible.
Cuando Draco levantó la cabeza para mirarlo, Harry le sonrió. Draco miró hacia otro lado y su rostro cambió.
Esta vez no caigo, Draco. No hay dementores.
Pero de reojo vio un bulto negro que se acercaba hacia él con mucha velocidad. La bludger iba directamente hacia Harry.
Harry tuvo que dar un giro y quedarse cabeza abajo para que la bludger siga su camino. Sin embargo, la bludger se volvió rápidamente y de nuevo contra Harry.
No ahora, por favor.
Harry empezó a escapar de la bludger, porque nuevamente, alguien la había hechizado, pero esa vez no era Dobby. No importaba en realidad quién era el culpable, sólo quería que alguien interrumpiera el maldito hechizo.
Voló hacia abajo, cerca de los jugadores, para que alguien se diera cuenta que la bludger lo perseguía. Escuchó como su equipo comenzaba a gritar sobre eso.
Maldita Snitch, ¿dónde estás? Por favor, déjame atraparte.
Sin embargo se escuchó un silbato y se pausó el partido (para los demás jugadores, porque desde luego, Harry debía seguir volando). La profesora detuvo la blugder, y Harry bajó con su equipo.
Diez minutos más tarde, el partido volvía a comenzar.
Esa vez no hubo otro impedimento y finalmente, pudo atrapar la Snitch, pero no de la forma en que él quería. Ya que estaba la ocasión, le hubiera gustado atraparla mientras la bludger lo seguía, como cuando jugó contra Slytherin hace un par de años, y la bludger lo seguía.
Mientras estaba en el festejo del equipo y Ginny se acercó a Harry más de lo que a él le parecía cómodo, notó la ausencia de Ron. Le gustó la idea de imaginar que estaba con Hermione, pero...
—Has estado genial, Harry.
—Gracias, tú también.
—Pero no tanto como tú —dijo coquetamente. Harry sonrió incómodo. Ginny solía ser linda con él, pero no de forma seductora.
—Oye, ¿has visto a Ron?
Ginny negó y Harry le dijo que debía buscarlo ya que tenía que hablar con él sobre "algo importante", pero la realidad era que no quería estar en esa situación con la hermana de su mejor amigo.
No quería confundirla.
De lejos, divisó a Ron y Hermione de espaldas, a Malfoy, Crabbe y Goyle. Ron parecía tener una discusión con Draco.
—¿Qué? ¿Por qué lo haría? —le preguntó Draco.
—¿Por qué lo harías, Malfoy? ¿No es muy obvio?
—¿Qué pasa? —preguntó Harry confundido.
—Lo que tú digas de mí, no me importa Weasley —respondió Draco, pasando de Harry —. No tengo ganas de perder tiempo hechizando una maldita bludger para que joda a Potter. ¿No me crees? Me da igual, estúpida comadreja.
—Malfoy... —amenazó Hermione. Draco clavó sus ojos en ella. Harry cerró sus manos en un puño.
De vuelta aquella mirada fría
Draco lanzó una fuerte carcajada, que lejos de parecer fingida, parecía malévola.
—Nunca tendría miedo de una sangre sucia —dijo enmarcando aún más, la arruga en la nariz.
—Cállate, Malfoy —dijo Harry. Draco lo miró y aquella mirada fría pareció cesar sólo un poco.
—¿Es lo único que saber decir?
—¿Quieres saber de lo que soy capaz de decir si sigues metiéndote con mis amigos?
Entonces la mirada de Draco cambió, Harry vio en ella algo de humillación y decepción.
—Me importa una mierda lo que digas, Potter.
—Vamos, Harry, no tiene importancia —habló Hermione, tomando del brazo a su amigo.
—Fueron ustedes lo que vinieron a pelear, no se hagan los víctimas ahora.
—¡Estoy harto de que te metas con nosotros! —bramó Harry —¡Quizás sí fuiste tú quien hechizó la bludger!
—Sigue sin tener importancia para mí.
—Perfecto —dijo Harry sin vacilar —, si a ti te trae sin importancia, a mí tampoco me importa las mierdas que te pasen.
Ron miró confundido a Hermione, aquella pelea parecía un poco personal.
—¿Acaso alguna vez te importó? -preguntó Draco con una voz rara, Hermione notó que se trataba de una incomodidad que no solía ser usual en aquel chico.
—Vayámonos —dijo Harry, dándose la vuelta. Creyó que Draco seguiría insistiendo en la discusión, pero no lo hizo y los dejó marchar.
—¿Qué fue eso, Harry? —preguntó Ron, alarmado.
—No lo sé. ¿Por qué has ido a buscarlo, Ron? Tú no eres así. No tenías que meterte en esto.
—Es que me hartó. Estoy seguro que él hechizó la bludger para humillarte o algo así.
—Ronald, ¿tú has visto a Malfoy?
—Claro que no, Hermione, yo estaba concentrado en el partido.
—¿Y por qué estás tan seguro que fue él? Yo me fijé en la cara de casi todos los que estaban allí. Y te aseguro, no fue Draco. Él... parecía un poco preocupado.
—¿Draco Malfoy preocupado por Harry? ¿En serio, Hermione?
Hermione miró a Harry con una mirada cargada de preguntas.
—Sí. Increíble.
—Vamos, Hermione, Draco no se preocuparía por mí. Quizás estaba sorprendido.
—Como tú digas, Harry.
Hermione soltó una pequeña carcajada y codeó a Harry.
Joder. Ella lo sabe. Estoy seguro que lo sospecha.
Sin embargo, Hermione no volvió a sacar el tema.
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El arte de mentir || Drarry
FanfictionPara Draco Malfoy es difícil aceptar que una persona completamente ajena a su mundo, pueda hacerlo tan feliz. Y que esa persona sea, nada más ni nada menos, que Harry Potter. || Historia corta. || Todos los personajes y la ambientación pertenecen...