Capítulo 6

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—Draco, no me gusta seguir peleando contigo.

Draco y Harry estaban sentados en la hierba, cerca de la cabaña de Hagrid, entre los arboles grandes.

—Pero...

—No me digas nada, lo sé. Tenemos que fingir que todo está igual que antes, pero hay veces que tú te pasas en poquito.

—Para ti es fácil —dijo Draco y luego  de un breve silencio soltó un suspiro —. Todo para ti es fácil. 

—¿Ah sí, realmente crees eso? 

—Es que tu no cargas con nada.

—No, claro, no cargo con la presión de que pronto tendré que acabar con Voldemort. 

—A ti todos te apoyan, o por lo menos, la mayoría. Si fallas, nadie te reprochará nada. 

—Draco, si fallo, nadie me reprochará porque estaré muerto —dijo Harry, levantando el tono de voz. 

—No mientas, sabemos que no morirás porque tienes un ejército detrás. 

—Y dime, Draco, ¿qué tiene que ver esto con nosotros? 

 Draco guardó silencio, pensando en si responder. 

—Nadie nunca me aceptará —dijo finalmente —, si decimos lo que somos, te haré pasar vergüenza. ¿Cómo el gran Harry Potter puede estar con el desagradable y repudiable de Draco Malfoy? Eso dirán todos. Y desde luego, a mí me matarán. 

—¿Por qué te matarían, Draco? 

 Draco sintió que Harry lo trataba de tonto. Entonces pensó que ya era hora de decirle lo que pasaba. Se llevó la mano hacia su brazo izquierdo y lentamente levantó la manga de la túnica, dejando ver la marca tenebrosa. Tan real y tan viva. 

 Harry la observó unos segundos que para Draco fueron una eternidad. 

—Sé honesto —dijo clavando su mirada en los ojos grises de Draco —, ¿por qué estás conmigo? 

—No —murmuró Draco —. No vayas a creer que estoy contigo por oblig...

—¿¡Por qué lo hiciste, entonces!? 

  Ambos se pusieron de pie.

—¡Harry, yo te quiero!

—¡Mierda, Draco! ¿Por qué lo hiciste? ¿por qué? 

 Harry comenzó a llorar, se sentía defraudado. Sentía la humillación muy de cerca. Draco pensó que la mejor idea era abrazarlo, pero no fue así. Harry lo empujó y lo amenazó con la varita. 

—Entiende que...

—¡Lo único que entiendo es que tú estás a favor de matarme! Estás a favor de todas las atrocidades de Voldemort. 

—Por Merlín, Harry, deja de decir idioteces. ¿Te crees que a mí no me duele llevar esta marca? ¿Por qué te piensas que tengo tanto miedo? 

—¿Y por qué lo harías, entonces? 

—No lo entiendes —murmuró.

 —¡Claro que no entiendo como la persona que dice quererme lleva la marca tenebrosa!

 Draco no quería llorar, así que respiró hondo y clavó sus ojos en un punto detrás de Harry. 

—Tengo una familia de mortífagos, no es fácil para mí llevarles la contra. Mis padres son lo más importante que tengo, y desde chico me han hecho arrepentir de todo lo que ellos creen que está mal. Me siento realmente mal cada vez que decepciono a mis padres. Honestamente, no tuve opción. Quizás no lo entiendas, porque tú no tienes unos padres a los que es fácil decepcionarlos.

—Claramente. Porque los mató la mierda a la que tú sigues. 

 —¡Lo sé! —chilló Draco. 

—¿Entonces...?

—No soy tu novio por conveniencia, eres importante para mí. No dudes de cuanto te quiero, por favor. 

—No puedo confiar en ti ahora. 

 Draco sintió como algo dentro suyo se rompía. 

¿Por qué todo lo hago mal? 

—Lo sabía —murmuró Draco —, tenía que seguir ocultándolo. 

—¿Y cuándo planeabas decírmelo? 

—Harry... la marca no me la hice ayer. Me la hice cuando aún no estaba en mis planes estar contigo. De hecho, nunca estuvo en mis planes, pero...

—Cállate mejor. 

—¡Pero no soy de piedra! También siento, pero da igual, ya no importa porque tú crees que soy un asesino. 

—Llevas la marca tenebrosa, ¿qué quieres que crea? ¿Qué no disfrutas de ver morir a gente, según tú y los tuyos, de sangre sucia? 

—¡Cree en mí! No me hubiera arriesgado si lo que siento no es real. 

—Voldemort te mandó la tarea de sacarme información, para saber que planea Dumbledore, o qué sé yo. 

 Draco rió, pero en realidad lo que sentía era un dolor muy fuerte justo en su pecho, y muchas ganas de llorar. 

—El Señor Tenebroso no sabe nada de esto. Él me manda otras cosas, Harry... —la voz de Draco comenzó a sonar temblorosa —él no quiere que te toquemos. Y para sacarte información no me necesita y lo sabes. 

—Lo extraño es que ya no intenta meterse en mi mente, ¿por qué será? —dijo con sarcasmo. 

—Dime una maldita vez en la que haya intentado sacarte algún tipo de dato, porque no lo recuerdo. ¿Cuántas veces evité el tema? 

—Sigue siendo complicado confiar en ti —espetó Potter —. Prefiero dejarlo aquí. 

—No me dejes, por favor —murmuró. 

—Ya no sé quién eres, no voy a estar contigo. 

 Draco asintió. Mientras miraba a Harry entrar al Castillo, sus ojos comenzaron a aguarse. Intentó secarse las lágrimas, pero éstas caían una otras otra. 

—Cálmate —se dijo así mismo —, tú no lloras por nadie. 

 Sin embargo, cuando todos en su cuarto dormían, Draco lloró en silencio. Lloró hasta quedarse dormido y al despertar, sus ojos estaban hinchados y rojos, pero para su suerte, nadie se percató. Esa mañana Draco se sentía más enojado que triste.

 Durante el desayuno, quiso ignorar a Harry, pero éste no le quitaba la mirada de encima. En otra ocasión, Draco le hubiera sonreído. Y pensó que estaba equivocado al sentirse ofendido, pues no era él quien tenía razones, sino Harry, porque a fin de cuentas lo había traicionado. Pero a Draco le molestaba que Harry no creyera en sus sentimientos. 

 Y sintió un odio consigo mismo, mucho más grande que el de antes, porque no tendría que haber hecho todas las cosas que hizo, comenzando por abrirle su corazón, porque a pesar de que no fue sincero con ciertas cosas, él lo quería y solía decírselo. 

Soy un estúpido. ¿Cómo pude pensar que algo tan bueno iba a ser para mí? ¿Cómo pude pensar que íbamos a llegar a algún lado? 

[...]

Harry notó que Draco comenzaba a faltar a clases, que ya no se juntaba con sus amigos; Draco se había aislado. 

¿Y si realmente fue sincero conmigo? 

 Harry tenía miedo, en las dos decisiones que tenía, se podía confundir terriblemente. ¿Y si Draco no mentía y Harry estaba siendo egoísta? Pero si al contrario, ¿Draco sólo estaba fingiendo para que Harry cayera de nuevo y así, seguir con su "trabajo"?

 Harry pensó que la última idea era absurda, pero al fin y al cabo, Draco era un mortífago, ya no podía confiar en él. 

Pero quizás realmente no tuvo opción.

El arte de mentir || DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora