Cuando La Muerte decide morir - AMOLAD (EDITANDO-ACTUALIZANDO)

Adiós

"Y ahora estás tú sin mí, ¿Y qué hago con mi amor? El que era para tí y con toda la ilusión de que un día tu serás solamente para mí."

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¿Alguna vez has perdido a alguien que amabas?
¿Una persona que marcaba tu vida de tal forma que creíste no poder vivir sin ella?
¿Abuelos, bisabuelos, tíos o primos?
¿Un hermano o hermana?
¿Uno de tus progenitores?
¿Un amigo?
¿A tu amor?

¿Conoces ese dolor?
Negarte una y otra vez que esa persona se ha ido, creer que todo es una pesadilla y que cuando despiertes esa persona estará ahí, sonriendo, junto a ti.
Crees en vano que volverá.
La incertidumbre de no saber qué será de esa persona; ¿Está en algún lugar, velando por mí? ¿O simplemente desapareció?
Y lloras de desesperación y dolor.
Porque cada cosa te recuerda a esa persona tan amada.
Algunos tenemos la desdicha de no tener tiempo de decir "adiós" y nuestro último recuerdo fue quizá tan vago... Una conversación sin sentido o una discusión.
Y te preguntas.
¿Podría haber cambiado algo?
Y nos aferramos a la tristeza, cada recuerdo y cada palabra, cada mensaje o cada objeto nos dice en la cara que esa persona se ha ido.
¿Conoces ese dolor?
¿Conoces esa agonía que te ahoga, esa desesperación que te mata?
¿Conoces el pensamiento de "¿Porqué te fuiste?"
No respondes a abrazos y caricias, porque sólo quieres que esa persona esté a tu lado diciéndote que nunca te dejará, diciéndote cuánto te quiere...
... Y tú diciéndole cuánto lo extrañas...

¿Conoces ese dolor?

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Todos dirían en la tierra que era un día totalmente normal, pero incluso las personas en la tierra se sentían... Decaídas sin motivo aparente.
Y es que todos los corazones estaban de luto, porque, en la ironía más grande de la historia, era el funeral del Dios de la muerte.

En esa mañana nuevamente de forma inverosímil los dioses estaban reunidos nuevamente, pero esta vez no estaban en alguna reunión o algo parecido, estaban preparando un funeral.
Vida, mientras, permanecía mirando al vacío, llevaba esos días sin dormir y sin siquiera comer, pero ninguna incomodidad o debilidad le parecía tan dolorosa como la situación por la que estaba pasando.

-Vida... ¿Quieres algo de tomar?- Amor se acercó al verde pasándole una taza con algo humeante dentro.

-No, gracias- Vida volteó el rostro, sus ojos le ardían.

Amor suspiró, temía profundamente que las cosas cambiaran para mal luego de todo esto, ella suspiró profundamente.

-Escucha, Vida, sé que luego de esto de seguro querrás estar solo un tiempo... Pero no debes dejar de hacer tu trabajo por ello.

El verde la miró profundamente y casi enojado, estuvo a punto de hablar pero Amor lo interrumpió antes de que pudiera articular palabra.

-Por el hecho de que yo no tenga ganas de amar no significa que deba privar a otros de esos sentimientos- susurró - Asimismo aunque no tengas ganas de vivir... No dejes de darle vida a la tierra, Vida.

La pequeña morena dió media vuelta y salió de allí, de seguro iba a ir a llorar en solitario nuevamente.
Vida suspiró, Amor tenía razón, pero sentía que ya no podía sonreír cuando la única persona que le daba felicidad ya no estaba.

Se levantó de donde estaba sentado mirando al vacío desde hacía horas, se teletransportó a su morada donde se metió a ducharse y dejó que el agua fría aliviara el dolor de cabeza y el ardor en los ojos que lo tenía incómodo hacía tiempo, además sentía la nariz bastante constipada.
Salió y buscó una ropa de colores apagados qué ponerse, por más triste que suene, era el funeral de un Dios... De su amigo, de quien amaba, lo mínimo que podía hacer era ir presentable, Muerte adoraba verlo en traje... Muerte siempre iba en traje.