Se esfumó

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-Entonces, ¿Me estás diciendo que Muerte está obsesionado de alguna manera enfermiza con su trabajo?

Vida asintió lentamente, un Playbot se acercó y le ofreció una bebida que Vida no pudo negar, sentía la necesidad de distraer su mente con algo más y el alcohol era perfecto.

-¿Se está volviendo sádico?-Sabiduría ojeó despreocupadamente un libro de los millones que tenía en la Biblioteca de la Iluminación.- ¿Está rompiendo el hilo que une un alma a su cuerpo antes de tiempo? Matando en pocas palabras...

-No... Si no que antes no ponía tanto interés en ello, ahora parece que idolatra a la muerte por encima de todo- el verde tomó otra bebida.

-Vas a dejarme sin mis reservas de alcohol... Como siempre- Sabiduría sonrió y se sentó junto al verde- Escucha, Muerte jamás les hará daño a tus creaciones.

-No me entiendes- Vida volteó a ver al rubio con una mirada fría- No me preocupan mis creaciones, Muerte me preocupa.

-¿Porqué? Es el Dios de la muerte, él mejor que nadie controla su poder y nunca lo usará para el mal.

-¡Exacto, él controla ese poder! ¡Ese es el maldito problema!- Vida colocó el vaso con cierta brutalidad sobre la mesa- ¿Qué pasa si deja de importarle todo y busca una forma de volverse él mismo parte de la muerte?

-Vida, él ya es parte de la muerte.

Sabiduría enfatizó esa parte, volvió a ponerse de pie y husmeó entre las estanterías, buscando algún libro que ojear, el ojiverde estaba pensando en lo último que había dicho Sab, el susodicho notó la agitación de Vida, suspiró y volvió a su lado.

-Escucha, sabías que este día llegaría, sabías que en algún momento ibas a dejar de ser el santo de las oraciones de Muerte- Sabiduría lo señaló de forma poco amable- Nada de lo que me has dicho es malo, es cierto que Muerte se comporta de forma algo extraña, pero lo único que noto en tí es egoísmo.

-¿De qué hablas?- Vida se sonrojó por el enojo.

-Estás celoso de que algo que no eres tú ha llamado la atención de Muerte, entiendo que antes lo rechazaste porque tenías cierta amnesia, pero no tienes justificación para tu obsesión compulsiva con él.

Vida se levantó, estaba dispuesto a romper la cara de Sabiduría, este esperaba el impacto con apariencia pacífica, Vida levantó el puño pero volvió a bajarlo de inmediato.
No podía.
Dió la espalda al rubio y se marchó a pasos largos, cerró la puerta de la Biblioteca tras sí y se sentó en las escaleras refugiando su rostro entre las rodillas, doblándose en forma fetal.

-Oh viejo, eso fue horrible- una voz resonó a su lado- No recuerdo la última vez que vi a Sabiduría tan serio.

Vida levantó la cabeza levemente y volteó a ver quién le estaba hablando, su mirada chocó con unos ojos claros que se refugiaban tras muchas vendas, era Locura.

-¿Vienes a reñirme también?- preguntó Vida con amargura.

-No, sabes, te entiendo en cierto sentido- Locura se recostó a su lado.

-Se supone que Sabiduría es el más listo, si él no pudo entender no veo porqué tú sí lo harías.

-No utilizaste la expresión correcta- susurró Locura.

-¿Qué dijiste?

-Dije que Sabiduría no comprendió porque no usaste la expresión correcta, al parecer, lo que debías decirle era suicidio- Locura suspiró pesadamente.

-¿Qué?- a Vida se le encogió el alma, esa palabra creaba en él reacciones adversas- ¿Porqué lo dices?

-Porque la gran mayoría de las personas que padecen locura terminan cometiendo suicidio- el peliblanco observó las nubes- es una escapatoria para aquellos que no pueden superar, soportar... O simplemente comprender un porqué.

Cuando La Muerte decide morir - AMOLAD (EDITANDO-ACTUALIZANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora