Sospechas

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Durante la reunión mensual de los Dioses, cada uno intentó llegar lo más pronto posible y acabar rápido la actividad ya que las reuniones estaban siempre en un ambiente tenso y ese ambiente siempre rodeaba a cinco dioses: Amor, Vanidad, Médico, Muerte y Vida.

Ese día en especial todo parecía estar tranquilo, todos llegaron y se sentaron sigilosamente en sus respectivos asientos, lugares que ocupaban cada mes durante millones de años.

-Sab, estoy aburrido- Locura recostó su cabeza en el hombro de Sabiduría para luego bostezar.

-Siempre te aburres de las reuniones- Sabiduría acomodó sus lentes y siguió leyendo el libro que traía en las manos.

-Siempre es igual... No sé para qué debo estar aquí si al fin y al cabo mi poder está recluido a manicomios- Locura recostó su cabeza, pero ahora sobre la mesa.

-Tú nunca cambias- el de los lentes miró disimuladamente al peliblanco, sin duda, lo estaba volviendo loco... Pero de amor.

Locura fingió no escuchar lo último que dijo Sabiduría, o quizás en serio no lo escuchó, tal vez hablaba con esas voces... Esas voces que le susurraban desde lo más profundo de su cabeza.
Finalmente estaban casi todos, el Dios de la vida se sentó junto a Médico, esta lo miró con detenimiento y hizo un gesto aprobatorio.
Entonces, cuando ya estaban a minutos de comenzar, entró Muerte, esto no era nada extraño de no ser que llevaba en sus labios una deslumbrante y hermosa sonrisa.

-Buenos días- saludó para luego sentarse alegremente junto a Amor que lo miraba con detenimiento.

Vanidad frunció el entrecejo y fingió estar hablando con Fortuna, Médico intentó hacer como que hablaba con Vida pero no sirvió de mucho ya que el verde miraba atentamente al de ojos ambarinos. Todos tenían sus miradas interrogantes en el Dios de pálida piel.

-Uh, Muerte, ¿Te sientes bien?- preguntó Amor en un tono muy bajo al más alto.

-Claro, me siento genial- Muerte sonrió ampliamente para luego pellizcar de forma cariñosa una de las mejillas de la chica.

Entonces, su mirada se cruzó con los ojos de Amor, esta intentó ver qué se ocultaba en su mirada como lo hacía siempre, sabía que Muerte escondía muy bien sus emociones pero aún así debía intentarlo.
Miró y miró, pero lo único que pudo ver fue un extraño velo oscuro opacando su entrada al corazón del Dios.

"Qué extraño" pensó "Jamás vi nada igual..."

-Disculpen, es hora de comenzar- Sabiduría comenzó la reunión, interrumpiendo la investigación de Amor.- Este mes ha habido menos interacción con las plagas, al parecer han reducido su apariciones...

Sabiduría siguió hablando y hablando, pero todos, hasta él mismo, sólo estaba poniendo totalmente su atención en el rostro radiante y sonriente del Dios de la muerte.
Pero Vanidad no soportó mucho tiempo aquella tensión y curiosidad que todos intentaban ignorar.

-A ver, ¿Qué le pasa a este?- su reclamo estalló como un aullido en todo el salón.

Muerte la observó indiferente, por primera vez, pareció no enojarse ni retaba a Vanidad con la mirada.

-¿Te refieres a mí?- preguntó inocentemente.

-A quién más iba a ser, "Chico lindo"

Para ese punto Muerte ya habría comenzado a mostrar un aura oscura y miembros afilados como sombras brotarían para mostrar su creciente enojo; pero en lugar de eso, su expresión era calmada y pacífica.

-No me ocurre nada, todo es perfecto- Y sonrió.

Esa sonrisa se clavó en el orgullo de Vanidad con más fuerza que si fueran miles de dagas ardientes.

Cuando La Muerte decide morir - AMOLAD (EDITANDO-ACTUALIZANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora