Capítulo 26

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- Es que no quería estar más en ese lugar- comenzó con un tono de voz que se fue haciendo agrío conforme hablaba.

Iba a conformarme con aquella respuesta, creyendo que él ya no seguiría hablando; pero su boca se abrió de nuevo... ¿estaba dispuesto a contarme a mí... todo?

- La razón fue una chica, Minha-su mirada estaba gacha, puesta atenta en el verde cojín del sillón-. Ella fue mi novia durante un año; estábamos bien, o eso creía yo, hasta que un día llegué a casa y mamá me dijo que Minha había ido y me había dejado una nota, una especie de carta o algo así...-se quedó en silencio y respiró de forma notable varias veces, mientras que yo sólo observaba cómo su perfecto abdomen se inflaba y desinflaba bajo la camisa azul que vestía; luego continuó-. Subí a mi habitación y me senté a leer la nota; decía que se iba, que no la buscara y que era el fin de nuestra relación. Que lamentaba que eso tomara tanto tiempo y que se iba simplemente porque se merecía algo mejor que... yo-su semblante de ángel ahora parecía como si estuviese tallado en piedra, con una expresión hostil y entristecida a la vez-. Terminé el año que me faltaba para graduarme y salí corriendo de ese lugar tan pronto pude; lo primero que se me ocurrió fue ir hasta Japón, pero llegué primero a Italia, aquí, me gustó y descubrí que era lo suficientemente lejos de ese lugar, así que decidí quedarme. Mi familia se mudó al año siguiente, cerca de mi apartamento. Mientras me iba esforzando en no recordar aquello ni nada de ese lugar. No te voy a negar, que sí me dolió. Yo la quería bastante y para ella simplemente no fue suficiente...-su voz se perdió y luego el silencio apareció de nuevo, y supe que ya no hablaría.

- Qué estúpida- farfullé, incrédula y él me miró.

- ¿Disculpa?

, es una estúpida-dije-. Me disculparás, pero, ¿que no eras suficiente? ¿Que se merecía algo más? ¿Acaso existe algo mejor que tú?-¡cállate! Me gritó la voz y capté la última pregunta que había salido de mi boca, el rubor corrió traicionero y sentí vergüenza; pero Jeonghan me miraba enternecido, y mi corazón se conmovió dentro de mí, así que seguí hablando pero ahora consciente de lo que decía-. Qué tonta fue-musité-, porque no vio que eres un chico increíble, talentoso, atento, divertido, además de muy apuesto.

Él esbozó una sonrisa de medio lado.

-Estoy segura que jamás encontró ese "algo mejor" porque simplemente no lo hay-continué-. Qué lástima que te haya dejado ir, porque no supo que lo que dejó escapar fue como un tesoro, que ya no recuperará; por eso digo que Seonghee es muy afortunada-en lo último de mi frase, la voz se me entristeció, pero él sonrió y aquella sonrisa le dio motivo a mi corazón para palpitar fuertemente.

- Que linda eres- musitó y el corazón comenzó a latirme más y más rápido, expandiéndose-. Gracias.

Sonreí, medio atolandrada.

- ¿Sabes?- me dijo-. Eres la primera persona a la que se lo digo.

Cuando creí que el corazón estaba de nuevo en su lugar, volvió a inflarse.

- Gracias por tenerme la confianza- murmuré.

- Gracias escucharme- sonreí-. Pero basta de mí, te toca- la sonrisa alegre volvió de nuevo a su rostro-. ¿Qué te inspiró a ser fotógrafa?

 -Mi papá-dije-. Le gustaba mucho tomarnos fotos, a mí y a mi mamá y me gustaba cuando me sentaba en sus piernas y me las mostraba una por una, decía "Mis chicas" y luego me daba un abrazo. Me hacía sentir protegida.

- Seguro que tu padre está muy orgulloso de ti, dónde sea que esté ahora- me acarició la mano con cariño y me sonrió.

- Gracias.

- Dime, ¿Qué hay con el chico de Corea?- inquirió y me reí con el cambio de tema.

- ¿Cuál chico?- dije medio confundida.

- Del que le hablaste a Minghao hoy, sobre tu amiga...

- ¡Oh! eso, ehm...- recordé mi pequeña mentira y rebusqué algunas palabras para formar la respuesta que él me pedía-. Bueno, como tú dijiste, eso quedó allá.

- ¿Te has enamorado alguna vez?- sus ojos marrones se clavaban con intensidad en los míos.

- Existió un chico, Jihoon- expliqué-, pero no funcionó.

- ¿Por qué no funcionó?

- Bueno, éramos muy distintos. Yo amaba la fotografía y el arte, y él... no era muy trabajador que digamos, pero era un buen chico.

- ¿Entonces buscas a alguien con quien puedas congeniar?

- No lo busco, Jeonghan. Tengo algo así como una creencia de que él sólo llegará.

- El destino.

- Quizá- me encogí de hombros.

-Dime, Minghao es...-parecía como si luchara con las palabras para encontrar las adecuadas-, amm... bueno, se nota que te llevas muy... bien, con él. ¿Te gusta?-sin embargo, parecía también apenado por su pregunta.

La fierecilla se emocionó al decir la pregunta que quería, "dile que sí, dile que sí"...


MANUALE DEL PROIBITO ; Yoon Jeonghan [ADAPTADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora