Seonghee me hizo seña de que la siguiera y luego volvió a girarse para seguir a la señora. Apenas iba a dar el primer paso, su mano me ató del antebrazo, con fuerza pero sin causarme daño alguno, no hizo falta que me girara para comprobar que era Jeonghan, conocía sus manos muy bien.
Pero el sólo contacto de su mano con mi brazo, hizo arder mi piel. Me giré a mirarle, esperando algo parecido al extraño comportamiento de ayer, pero su mirada era distinta, era como siempre había sido, tierna, inspiradora, brillante.
- ¿Podemos hablar un momento?- pidió.
Asentí y me soltó.
- Creo que...-comenzó y al instante bajó la mirada- que te debo una disculpa-musitó, pero yo me quedé en silencio, porque en realidad no sabía qué decir. Entonces él levantó su mirada marrón y capturó mi rostro, como no dije nada, continuó hablando-. Por lo de ayer, la... extraña discusión que tuvimos, yo... eh... debí agradecerte, aunque no le veo nada de malo darle una simple flor a una amiga; pero tienes razón.
- ¿En qué tengo razón?- pregunté, hablando por primera vez en el día.
- En que a quien debo de darle ese tipo de cosas es a Seonghee, ella es mi novia- esbozó una tenue sonrisa- ¿No?
Me quise morder la lengua. Retractarme de las palabras que había dicho ayer, pero ya no podía, además de que era verdad, yo tenía razón, y me dolía tenerla.
- Claro, sí- sonreí, aunque fingidamente.
- Entonces...- vaciló- ¿Estamos bien? Digo, somos amigos, ¿verdad?
Amigos. La palabra rebotó en mi cabeza como pelota de ping pong.
- Claro, amigos- esbocé una tenue, apenas visible sonrisa.
- Genial- su sonrisa se volvió amplia.
- ¡Haneul, Jeonghan! ¿Por qué se quedaron allí?-Seonghee salió de nuevo a la vista y nos tomó de la mano a cada uno, llevándonos con ella- Haneul, vi unos vestidos preciosos, te encantarán-me dijo, animada. Le sonreí, fingiendo entusiasmo.
Nos llevó hasta el fondo de la tienda, en donde ella ya había hecho selección de tres vestidos; uno en verde, otro en morado y el último en tono tinto.
- Ve y escoge alguno que te guste, Haneul, anda- me instó y me señaló un apartado con elegantes vestidos.
Me giré a ellos y comencé a pasar la mano sobre cada uno, distraídamente. Rosa, rojo, negro, amarillo. Los colores pasaban por mi mente, pero nada más; porque en realidad no le estaba prestando atención alguna al diseño del satín.
Amigos. Aquella conclusión de él me decía que ese era nuestro destino, nada más. Si yo tenía sueños, esperanzas o cualquier tipo de especulación acerca de una posible relación futura, tenía que echarlas a la basura. Nada iba a pasar, nunca, sencillamente porque él era el novio de mi mejor amiga.
- Creo que el azul se te vería estupendo- dijo a mi lado, haciéndome volver a la realidad.
- ¿Cómo?- preguntó atolondrada.
-El azul-señaló un maniquí portando un precioso vestido largo, en tono azul violeta tornasol, o un azul Copenhague, no supe bien. Con diseños en dorado.
Me acerqué a él, sumamente atraída. Jeonghan me siguió.
- Muy espacioso, ¿no crees?- dije, admirando el amplio faldón.
-No tanto. Perfecto, diría yo-me dijo-. Se te vería estupendo, como la blusa que tenías el día que salimos con mi hermano, ¿recuerdas? Además, es mi color favorito-añadió.
¿Que si lo recordaba? Lo que me sorprendí era que él lo hiciera.
El vestido era realmente precioso, así que me lo probé, justo como Seonghee lo hacía con los que había elegido. Mientras que Jeonghan esperaba sentado afuera.
te ve hermoso-dijo Jeonghan, cuando Seonghee le preguntó qué tal, entre tanto que yo me esforzaba por meterme en el vestido, torpemente.
Me pregunté qué color era ahora el que Seonghee vestía, ya que se había probado primero el vestido en tono tinto. Corrí la cortina y salí del vestidor cuando por fin logré acomodarme el elegante atavío.
Ambos me miraron asombrados.
- ¿Me veo tan mal?- pregunté, un tanto cohibida por la mirada de asombro de ambos.
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MANUALE DEL PROIBITO ; Yoon Jeonghan [ADAPTADA]
Fiksi PenggemarFalso y pérfido eran sinónimos de mi nombre. De todos los papeles que pude protagonizar, era dueña del único que todo el mundo en mi situación, rechazaría. Lo peor era que esta no era una obra de teatro, cuyo objetivo es sólo representar, actuar y f...