6. LA PROMESA

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 Andrew era un vampiro.


— Alice... yo...

Comenzó a dar un paso hacia ella, pero al ver que se encontraba muy asustada decidió detenerse.

— Alice!

De repente se escuchó una segunda voz, para Alice era señal de tranquilidad y seguridad.

— Se... sebastian—ella pronunció su nombre de forma nerviosa.

— Así que finalmente has caído a la sed de sangre de las bestias... Andrew Black—Sebastian se puso al frente de Alice con una velocidad inimaginable, solo veía a Andrew con un rostro furioso.

...

"Eres una desgracia para todos los vampiros"

Alice recordó en ese instante la noche en la cual Sebastian salvó su vida y cómo eliminó a aquel monstruo de solo un golpe... un fuerte miedo comenzó a apoderarse de ella, pero no era miedo de Andrew, sino un gran temor de lo que Sebastian le podría hacer a él.

— ¡No, Sebastian!

Rápidamente se puso en la mitad de ambos. No podía permitir que dos de las personas que más amaba se destruyeran entre sí. Segundos después, Alice cayó para atrás, desmayada en los brazos de Andrew.

— Alice...?

— Tu sed debe haber sido insaciable para haber drenado su sangre al punto que no puede estar de pie—dijo Sebastian mientras se acercaba a Andrew y cargaba a Alice entre sus brazos como si cargara una pequeña niña de porcelana—La sangre de Alice... ¿fue en verdad tan deliciosa?

Con aquellas palabras Andrew por fin comprendió la magnitud de sus actos, había lastimado la persona más importante para él... tenía toda su sangre en sus manos. Estaba en frente suyo, sufriendo por él y en brazos de otro hombre.

— Andrew...—Alice abrió lentamente sus ojos y lo miró fijamente. A ella no le importaba el dolor que estaba sintiendo, pero sí el dolor que estaba sintiendo Andrew en esos momentos— Sebastian, ¿por qué...? ¿Por qué Andrew...?

— Director—fue lo último que dijo Sebastian antes de llevarse a Alice.

— Sí... lo sé.

ENFERMERIA DE LA ACADEMIA CROSS...

— Sebastian... estoy bien. Estaré bien si me siento por un rato—Alice se sentía mal al hacer preocupar a Sebastian por algo que consideraba innecesario.

— Déjame ver—dijo Sebastian, mientras sujetaba su mandíbula delicadamente para poder ver el cuello de Alice—ya casi dejó de sangrar, pero la herida aún es profunda—continuó mientras observaba dos enormes agujeros en su cuello—te mordió agresivamente, Alice... ¿te duele?

Cuando la miró fijamente, pudo observar una grandes lagrimas caer por sus mejillas...

— ¿Le temes a los vampiros ahora?

Alice solo apretó sus ojos y negó fuertemente con la cabeza. Tenía la mirada hacia el suelo y no pronunciaba ni una sola palabra. Sebastian no soportaba verla de esa manera, tenía tantas ganas de eliminarlo pero sabía que con eso ella sufriría más, así que decidió solo abrazarla. De inmediato comenzó a llorar como nunca antes lo había hecho, las lágrimas no paraban de salir, tampoco podía hablar, solo se aferraba fuertemente a él y pedía a gritos que no la soltara. 



Knock Knock...

— Sebastian, ¿podrías regresar al dormitorio de la luna por un rato? —el director Cross llegó poco después de que Alice ya se había tranquilizado un poco—La clase nocturna se está inquietando con el olor a sangre en el aire.

Secretos de vampirosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora