19. PENSAMIENTO OCULTO

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Alice conocía muy bien a Andrew y sabía que estaba actuando muy extraño. Cuando la tomó de las manos... cuando le confesó que por ella seguía viviendo... Nuevamente una sensación extraña le recorrió todo el cuerpo y tuvo un presentimiento malo como aquella vez cuando el maestro de Andrew casi lo mata. Así que ella salió de la oficina del director y corrió para buscarlo.


(...)

— Castígame... aquella que ha cometido un gran crimen—dijo María quien seguía amenazada por la pistola de Andrew—si puedes jalar del gatillo... ¿de qué te sorprendes tanto? —preguntó al observar su rostro angustiado—¿es acaso porque no puedes disparar?

Andrew se percata al instante que no era capaz de mover ni un poco el gatillo. María se acercó más a él y lo tomó de sus dos mejillas.

— Pobre niño... te diré la verdad—dijo, al darle un pequeño beso en el mentón muy cerca de sus labios.

— No me toques...—dijo Andrew sin poder moverse.

— No puedes matarme—continuó María con una expresión fría en su rostro—no puedes matarme a mí tu amo, quien te ha dado tu vida como vampiro...

Al escuchar esas palabras, Andrew la empujó fuertemente alejándola de él y de nuevo le apuntó con su pistola y con una expresión de mucho odio.

— Eres el primero en no darte por vencido... buen niño, estoy contenta de haberte elegido—dijo María tocándose el hombro con el que recibió el golpe de Andrew—no importa como vea, eres tan bueno, Andrew... que me reconoces... a mí, quien tomó tu vida de humano.

— Es cierto... nunca lo olvidaré—continuó él sin bajar ni por un segundo su arma— Isobel Reuss. Ese día, tu rostro estaba bañado en nuestra sangre...

Alice estaba muy estupefacta. Al escuchar aquella conversación detrás de la pared se dio cuenta que María fue quien envió a Andrew a lo profundo de la oscuridad, y sabía que era contra ella quien Andrew quería vengarse.

— Este cuerpo no es mío, así que no quiero que seas demasiado violento.

Fue cuestión de un momento para que apareciera en el balcón, sobre ellos un hombre misterioso. Tenía el cabello oscuro, no muy corto y un poco despeinado; llevaba puesto un antifaz pero se le podían apreciar sus ojos azules, también se le notaba un poco de barba; era alto y con una tez muy blanca. Al instante sacó una katana aún en su funda y se la lanzó a María. Cuando ella la recibió ya estaba el arma sin la funda y la usó para defenderse de Andrew.

— No te atrevas...—dijo ella mientras bloqueaba la pistola con la Katana—¡¡a mirar a otro lado!! —continuó al darle un fuerte corte a Andrew en su pecho.


Cuando Alice se dispuso a entrar en la acción, alguien la tomó por detrás y le tapó la boca.

Quién es...

— No puedo perderte nunca—dijo Sebastian mientras hacía que Alice cayera en un profundo sueño— Estoy perdiendo mi fuerza... pero él... si él muere aquí no lo necesitamos—continuó diciendo a Alice, quien ahora estaba durmiendo en sus brazos.


Aún herido, Andrew seguía apuntando a María con su pistola. Y sin pensarlo le disparó en un costado.

— Como pensé... aunque es un poco difícil usar un cuerpo prestado... estoy decepcionada, le fallaste al corazón—dijo mientras se tapaba la herida con su mano—pero... empecemos de nuevo cuando tus heridas estén curadas.

Secretos de vampirosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora