De compras en el supermercado

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Sasha abrió los ojos y se dio cuenta de que estaba en la sala principal, sintió un dolor en la espalda y recordó que se quedó dormida en el suelo donde había llorado hasta el sueño. Se levantó lentamente y miró a su alrededor. La casa estaba hecha un desastre, había vasos rotos, bebidas derramada por todas partes, uno de los muebles estaba volcado y varios espejos rotos.

—¿En verdad hice todo esto? —dijo en voz alta.

No recordaba mucho, estaba tan furiosa la noche anterior que le costaba trabajo recordar todo lo que había hecho.

Miró su cuerpo y notó que no tenía el crop top puesto y estaba descalza, tenía simplemente su sostén en la parte de los pechos y su falda estaba intacta, tenía manchas de ponche pero aun lo tenía puesto. Comenzó a mirar en todas las direcciones buscando su prenda y la encontró justo al lado de donde se había dormido, tal vez se lo había quitado en la madrugada.

Caminó hasta las escaleras con cuidado de no pisar algún vidrió del suelo y subió hacia su habitación. Abrió la puerta y se encontró con la segunda parte del desastre. Todo su maquillaje y perfumes yacían en el suelo completamente arruinados. Buscó algún cambio de ropa y se dio una ducha rápida, pues tenía que limpiar toda la casa.

Salió del baño, se vistió, bajó a la cocina, tomó una bolsa de basura, recogió todos los pedazos de vidrió grandes, buscó una escoba, barrió los restos de vidrio, fue por un trapeador y limpió todo el liquido que había derramado. Casi había terminado, solo faltaba limpiar los muebles y sacar la basura. Tomó un trapo y comenzó con los muebles, al terminar comenzó a sentir un hambre terrible y decidió preparar algo. La casa estaba completamente en orden de nuevo y Sasha estaba más calmada.

Fue a la cocina y abrió la puerta del refrigerador buscando algunos ingredientes para preparar sándwiches, para su sorpresa el refrigerador estaba casi vació, y recordó que tenía que ir al supermercado. Se puso unos jeans, una blusa roja con escote y los mocasines con los que siempre salía. Fue a la habitación de sus madrastras y buscó el dinero que le habían dejado para emergencias. Bajó a la sala y recordó que aun no sacaba la basura así que fue por las bolsas y salió de la casa. Puso las bolsas en el contenedor que estaba junto al buzón y comenzó a caminar en dirección al supermercado.

Mientras caminaba pensaba en todo lo que había pasado la noche anterior y recordó que era lo que la había puesto tan furiosa pero también recordó a John y eso la puso un poco triste. Comenzó a pensar positivamente, después pensó en su graduación y como se le vería el vestido que tenía pensado comprar. Era un vestido largo en color rosa con piedras brillantes en la parte superior. Le parecía hermoso y a sus madrastras le encantó cuando les mostró la fotografía que le había tomado en la tienda de ropa

—Ese vestido te quedará hermoso, y haría juego con una cadena y unos pendientes brillantes —dijo Alicia.

Alicia, Alicia. La persona a la que más quería en el mundo, siempre era muy dulce con ella y la apoyaba en todo lo que necesitará, nunca olvidaría todo lo que hizo por ella. Si no fuera su madrastra seguramente estaría enamorada de ella, sabe que no es correcto sentir algo así por ella pero a veces no lo puede evitar.

Agitó la cabeza para intentar no pensar en eso y siguió caminando, ya casi estaba llegando al supermercado pero entonces sintió algo, era esa sensación que tienes cuando sientes que alguien te observa. Se detuvo un momento y miro a su alrededor, la calle estaba completamente vacía salvo por un hombre en un automóvil pero aquel hombre estaba ocupado recogiendo algo que se le había caído. Siguió caminando hasta que llegó al estacionamiento del supermercado y vio que no había ningún auto, aun no llegaba nadie porque recientemente habían abierto

Entró por la puerta y sonó una campanilla.

—Buenos días —saludó una empleada.

—Buenos días.

La sombra detrás de miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora