11. La Última Canción

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Tiff se encontraba haciendo una reseña sobre A Court of Mist and Fury, un libro que le había hecho sufrir, derramar más de una lágrima, y sentir muchas emociones encontradas. Tenía que redactar aquella opinión sobre el libro para un proyecto universitario, y no podía perder el tiempo. Se encontraba sentada en una mesa de una cafetería cerca de su casa. Sentía que, con el aroma del café, podía concentrarse mejor en su elaboración de la reseña. Le encantaba beber mucho café.

Mientras tecleaba en la laptop, se percató de que su celular comenzó a vibrar. Miró a la pantalla y resaltaba el nombre Greg. Inmediatamente contestó.

—Hey, Greg —saludó Tiff.

—Tiff —dijo Greg—. ¿Cómo estás? Me preguntaba si estás libre ahora porque me gustaría verte.

—De hecho estoy en una cafetería realizando un trabajo, pero puedes venir para vernos.

—Perfecto. ¿En qué cafetería?

Tiff le dijo el nombre del lugar, y él le aseguró que en diez minutos llegaría al lugar. Dicho y hecho, la chica distinguió a Greg entrar a la cafetería unos minutos después de colgar la llamada.

—Tiff, amiga —saludó Greg, mientras la envolvía en un abrazo. Tiff le devolvió éste, y acto seguido, él tomó asiento en una silla frente a ella.

La chica pelinegra cerró la laptop para poder hablar con su amigo.

—Decidí venir a verte porque ya tiene tiempo que no nos juntamos para vernos —comentó Greg sonriendo ampliamente.

—Es verdad, con la universidad y todos los pendientes no hemos tenido tiempo de salir —dijo Tiff.

—Cuéntame, ¿qué has hecho últimamente? Dejando de lado la universidad, claro.

—He pasado tiempo con mi familia, al igual que con un amigo, pero de resto no he hecho mu–

— ¿Un amigo? —preguntó Greg.

Tiff enarcó una ceja.

—Sí. Lo he conocido hace algunos meses, ¿puedes creer que ama la Literatura? Le encanta leer y es muy divertido.

— ¿Esa expresión en tu rostro significa algo?

— ¿Cuál expresión? —inquirió Tiff.

—Esa sonrisa que esbozaste al hablar del chico.

Efectivamente, Tiff había sonreído inconscientemente al hablar de Harry. Ni siquiera se había percatado de tal gesto, y en seguida sus mejillas tomaron un color carmesí ante tal comentario de Greg.

—Es muy buen amigo. Eso es todo.

Tiffelle sabía muy bien que aquello no era todo. ¿Podía ella estar comenzando a sentir algo más que amistad por Harry?

—No —replicó Greg—, ¿Tienes novio y no sabía del tema?

Tiff parpadeó sin comprender. Si tuviera novio, por supuesto que le diría a Greg. Y a Betsy. Y a su madre.

—Gregory August Jacobs, no tengo novio. Harry no es mi novio. Es un gran amigo.

Greg hizo una mueca de desagrado, por lo que Tiff se echó a reír. Sabía que Greg odiaba su segundo nombre, así que podía utilizarlo en su contra.

—Está bien, está bien. Me queda claro que no tienes una relación romántica con tu amigo Harry —el chico alzó las manos a la defensiva.

—Perfecto.

—Pero estoy casi seguro de que sientes algo por él.

— ¿Perdón?

—Quiero decir, ¿te gusta el tal Harry?

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