12. Landline

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Aquella mañana, Tiff se levantó muy animada. Sentía que el día iba a ser uno muy bueno, y no tenía idea de por qué. Lo primero que hizo al levantarse, fue desayunar y leer un poco. Después, decidió salir al exterior para limpiar su entrada. Al abrir la puerta, miró hacia su alfombra principal y divisó un paquete. Era el paquete. Un libro. Probablemente era obra del chico anónimo. Lo tomó entre sus manos y decidió abrirlo. Ante sus ojos se encontraba Landline por Rainbow Rowell. Rainbow era de sus autoras contemporáneas favoritas, y le alegraba demasiado tener al fin este libro entre sus manos. Rápidamente buscó la carta el chico anónimo había escrito y se dispuso a leerla.

"Tiff Venturi:

¿Qué tal todo? Espero que te encuentres de maravilla. Hoy decidí darte Landline por Rainbow Rowell, ya que es una historia que maneja el pasado y presente de una manera extraordinaria.

Georgie McCool es una mujer de 37 años que es casada. Como la mayoría de las parejas, tienen problemas en su matrimonio. Hasta que una noche, descubre que puede hablarle a su marido de 22 años atrás a través de su línea telefónica. ¿Aquello afectará de forma irreversible el matrimonio de Georgie?

Honestamente, siento que este libro es muy bueno y no es tan apreciado como debería. La historia es contada de una manera increíble y pienso que no hay algo igual a este libro.

Deseo que te guste mucho y que puedas disfrutarlo como yo.

Te deseo lo mejor, Tiff.

Atte: Anónimo"

Tiff sonrió al leer la carta. ¿Cómo podía saber que le encantaba la escritura de Rainbow Rowell? Era un total misterio para la pelinegra.

Tomó su celular y al revisar la hora, supo que tenía que terminar su reseña, ya que había quedado con Betsy de ayudarse la una a la otra.

Fue directamente a su habitación para cambiarse, y colocó el libro en su estante.

(...)

Tiff finalmente se encontraba con Betsy. Ambas realizaban la reseña final del semestre e intercambiaban opiniones para mejorar el trabajo de la otra.

—Tal vez si profundizaras más en la perspectiva del personaje quedaría mejor —comentó Tiff críticamente.

—Creo que tienes razón —contestó Betsy y comenzó a teclear rápidamente en su laptop.

Tiff consideraba a Betsy una de sus mejores amigas. Nunca tuvo un extenso grupo de amigos, pero entre sus amistades destacaban: Greg, Betsy, Chloë y Harry. Harry. Ahora podía decir que el joven de rulos castaños y ojos verdes era parte de sus amigos más cercanos. Aunque tal vez, solo tal vez, quisiera que fuesen más que amigos.

—Tiff, ya que recuerdo, no me contaste más sobre el chico lindo con el que hablas.

— ¿Harry?

—Sí, él. Dime más sobre ustedes —dijo Betsy con una expresión pícara en el rostro.

—No hay mucho que contar, no nos vemos desde hace dos semanas aproximadamente —contestó Tiff con una mueca—. Pero hablamos por mensajes.

—Ahí hay algo. Hay amor. ¿O no? —canturreó Betsy.

Tiff rió fuertemente. Básicamente, Betsy era la fanática número 1 de la relación inexistente de Tiff y Harry —shipper número 1, como se diría en los fandoms de internet—, y a la pelinegra le causaba gracia todo el asunto.

—Tiff, ¿quieres verlo?

— ¿A Harry?

—Sí.

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