XIV

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Mi vista sigue el andar del rey en el salón principal del castillo, desde que se le mostró la carta, no le ha quitado los ojos de encima, la leyó, la releyó y aún lo sigue haciendo, en conjunto con la marcha de un extremo a otro por el lugar intentando analizar las palabras. A este paso terminará abriendo una brecha en el piso.

Cuando encontré la susodicha carta, a la primera persona que acudí fue a Karsten, el cual se llevó una gran sorpresa sólo con ver el sello lacrado en el sobre, expresión que se intensificó cuando la leyó, esperaba una opinión acerca de lo que estaba sucediendo, pero el noble salió disparado de su habitación en busca del rey y mostrarle el trozo de papel que actualmente reposa entre sus manos. En un vago intento en el recorrido de Karsten para llegar donde el rey Eryx, le pregunté por ella, a lo que resumió en pocas palabras: "es imposible", por lo que me encuentro en el salón principal junto a la reina, Miranda y Karsten esperando una explicación del sumo monarca.

—Es imposible —suelta al mismo tiempo que niega con su cabeza.

«¿Es en serio?».

—Bueno, es muy posible, Eryx, es una carta de Brandryliax donde mencionan a Adara, y, por si fuera poco, le están ofreciendo un cupo.

—Pero lo que no entra aquí es: ¿por qué lo harían? No tiene sentido, Brandryliax es arcaica y respetan las leyes al máximo, y una de ellas es la inminente prohibición de hibrixters en sus instalaciones —cerciora Karsten.

—Sin embargo, tenemos que recordar que este año se hizo una reestructuración de la directiva en conjunto con el departamento administrativo, puede que ese estilo arcaico y rígido a las leyes no abarque por completo los ideales de los nuevos prefectos —informa Miranda mientras observa sus uñas perfectamente pintadas. Podrá ser una mujer mayor, pero se comporta como una adolescente.

El rey se sienta en uno de los muebles del salón y escudriña la carta en su mano por enésima vez y la arroja al suelo, pero la hoja de papel pergamino se desdobla por sí sola y vuelve a quedar como nueva, quisiera preguntar cómo es eso posible, pero el momento no amerita a que venga una chica con cientos de dudas en su cabeza, quien se ha adentrado a un nuevo mundo al que le tenían prohibido ingresar por su indebida formación genética.

—Es una hoja de Satimia —Me saca de dudas Karsten. De seguro mi expresión ha sido demasiado evidente—. No pueden ser destruidas a no ser que el remitente decida finalizar el tiempo de conexión con ella y romper el encantamiento. Son muy útiles para cuando quieres esperar una respuesta de alguien especial y éste se tome toda la vida para responder, estaremos el resto de nuestras vidas conectados a ellas esperando, literal.

—Podría ser, Miranda, pero, hay un problema en ello —habla por fin el rey—. Gran parte de la directiva conformada actualmente está comprendida por nobles de Zerstodow y ellos se oponen no sólo a la ley que se quiere aprobar que dicta el rechazo hacia la discriminación contra los hibrixters, sino también a que permanezcan con vida. ¿Por qué aceptar a Adara si la quieren muerta?

—No lo sé, puede que ciertos individuos de Zerstodow no se apeguen tanto a las ideas arcaicas de sus predecesores...

—Estamos hablando de nobles de Zerstodow, madre, prácticamente aprenden a decir primero matemos a los hibrixters, que gugu tata —interrumpe Karsten.

—De acuerdo, tienes razón —dice mientras pones sus ojos en blanco—. Puede que la nueva rectora haya tenido algo que ver en esto, hasta donde sé, es una nobleza de Helligkshine.

—Shirley fue la consejera de Brandryliax durante décadas y una de las principales activistas en el movimiento para reformar la ley del linaje impuro cuando fue miembro en el magistrado de la Corte Imperial de Midgadriel. Que ahora sea la directora de la academia tendría un poco de sentido del porqué Adara ha recibido esa carta —habla la reina.

—Sin embargo, no sería tan fácil para Shirley pasar por sí sola ante una directiva donde predomina la decisión final de los nobles de Zerstodow. Hay algo más, algo que no estamos viendo y, por si fuera poco, no podemos dejar pasar por alto de cómo se enteraron tan rápido de lo sucedido con Adara y la abolición de la ley del linaje impuro por el amparo real de la familia de Aqueser. ¿Quién habrá sido el que pasó la información? He prohibido la divulgación de los hechos hasta tener todo bajo control.

—Pudo haber sido ese hombre que acompañó a su hijo el día del juicio —pienso en voz alta, ganándome las miradas de todos los presentes.

—¿Aidas? —pregunta retóricamente el rey—. No, en definitivamente no, él no lo haría, ni él, ni su hijo, ¿qué ganaría el rey al revelar que el príncipe le salvó la vida a una hibrixter? Desprestigio total de su pueblo y de los reinos aliados.

—Además de que tendrían un mal comienzo en el Xictum —dice Karsten.

—¿Xictum? —inquiero.

—Es un periodo de diez años que se le otorga a cada reino, en el cual serán ellos los que tomarán la decisión final en las Sesiones fantásticas de la Corte Imperial de Midgadriel.

—¿Y que se lleva a cabo en la Corte Imperial de Midgadriel?

—Toda sesión y juicio que garantice la paz entre los ocho reinos —Me responde la reina.

—Entonces, ¿por qué mi juicio no fue allá?

—Porque es algo que sólo le compete a Aqueser, no al resto de Midgadriel, además, no representas ninguna amenaza para los otros reinos, sin ofender, pero eres un asco luchando —responde Karsten.

—¡Eh! Eso fue rudo —reclamo ofendida, pero sólo se limita a responder levantando los hombros.

—Ya basta los dos —suelta el rey cansado—. Hay cosas más importantes que discutir las dudas o la poca destreza de Adara.

—Vale, ahora todos contra la hibrixter.

—Nobleza híbrida —Me corrige Karsten junto a un guiño de ojo.

«Bipolar».

—Creo que la decisión está clara, ¿no es así, Eryx? —Se dirige la reina al rey.

—No es algo que se pueda rechazar, todo noble tiene la obligación de asistir a Brandryliax para su formación real.

—Eso quiere decir que...

—Sí Adara, irás a Brandryliax como la damisela apadrinada por los reyes de Aqueser, mientras que nosotros averiguaremos cómo y por qué alguien te recomendó a la academia sin nuestro consentimiento. Así que Karsten, refuerza el entrenamiento.

—Esperen, ¿cómo que reforzar?

—Que te partiré en cuatro si sigues fracasando en mis entrenamientos —Me responde Karsten.

—Por favor, díganme que no dijo eso —suelta la reina asqueada.

—Sí y ojalá fuese cierto, pero al único a quien partirán en cuatro, será a él —asevera Miranda.

—¡Ya basta con vuestra partición en cuatro! —brame exasperado el rey.

«Mal juego de palabras».

—Por otra parte, ustedes... — El rey señala a la reina Clarisse y a Miranda—. Os encargareis de reforzad la educación de Adara, no entrará a esa prestigiosa institución con un déficit académico, su presencia debe ser impecable, ya que después de todo ingresará bajo nuestro apadrinamiento.

—Eso quiere decir que será como si fuese... —intenta explicar Miranda, pero el rey la interrumpe.

—Exacto, como si fuese la princesa de Aqueser.

—Exacto, como si fuese la princesa de Aqueser

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Nobleza HíbridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora