XXIII

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El barco atraca en el puerto, yo sigo en la proa, asustada por la inmensidad de Brandryliax. Al principio estaba maravillada por la hermosura de esta enorme ciudad, estaba decidida a demostrar a los nobles quien soy, pero ahora tiemblo al igual que una gelatina al ver el puerto abarrotado de nobles de todos los reinos. Ha vuelto la vieja Adara y se niega a bajar del barco. No quiero ser atacada por lo que soy, ya aquí no están los reyes para defenderme y Karsten no creo que quiera hacerlo después de haberlo atacado. Vuelvo a estar sola, a pesar de que ya sé controlar el wunderment de Aqueser, aún me siento desprotegida.

La bocina de un barco me hace salir de mi trance y volteo a un lado al ver a la otra nave aparcar junto a la nuestra. Analizo la bandera, azul con rayas diagonales doradas y el logo del medio es un hipocampo, más nobles de Aqueser han llegado a Brandryliax. Inhalo y dejo salir el aire paulatinamente antes de bajar del barco.

—¡Lady Adara! —llaman a mi espalda y volteo enseguida al reconocer la voz.

—¿Cynara? —pregunto cuando veo a la doncella de baja estatura y cabello azulado hasta el cuello.

Cynara corre hasta dar con la salida de su barco, yo imito su acción y salgo de la nave por la que he viajado durante dos días. Cuando me ubico frente al barco, la veo correr en mi dirección y su reacción me sorprende, ya que ha saltado hacia mí y me ha abrazado con fuerza, a tal punto que casi caemos al suelo. Ella nunca había actuado de esta manera, acerté al predecir que era un chica dulce y afectiva, pero nunca me la imaginé de este modo, supongo que se cohibía porque estábamos en el castillo.

—¿Qué haces aquí? —pregunto mientras me aparto de ella.

—¿No es obvio? También venimos a la academia Brandryliax —responde otra persona.

Observo por encima de Cynara y me impacta ver a mi segunda doncella salir del puente elevado que conduce hacia su barco. Raissa luce diferente, se ve más elegante y alta usando pantalón, no lleva su largo cabello suelto, sino recogido en un complicado y magnífico peinado trenzado. Camina en nuestra dirección y debería sentirme ofendida al ver su impecable manera de andar, solo le hace falta una corona para lucir como una princesa, ya que la actitud y el físico lo tiene.

—No eres la única que puede asistir a Brandryliax, lady Adara —dice y hay algo que no me agrada en la forma en que lo pronuncia, es como si quisiera demostrar superioridad ante mí—. Tenemos que irnos Cynara, debemos apresurarnos si no queremos llegar tarde.

—Hasta luego, lady Adara —Se despide Cynara y las veo desaparecer entre la muchedumbre arrastrando sus maletas.

—¿Sorprendida de ver a tus doncellas? —inquiere Karsten.

Ya esa chispa alegre que antes reinaba en su voz no está presente, se escucha apagada, dolida y yo soy la culpable de eso.

—La verdad es que sí, no pensé que ellas pudieran asistir.

—Son nobles, cualquier noble puede asistir a Brandryliax para su formación profesional y así salir del estrato al que fueron obligados a vivir —Me informa y lo veo jalar del carro dónde vienen nuestras maletas, ya no hay ningún noble de la servidumbre que nos ayude—. Aquí somos nobles del estrato cero.

—Había escuchado al rey Eryx hablando sobre los estratos, pero no le había prestado atención a ello.

—Deberías haberlo hecho, los estratos rigen la jerarquización de las familias reales. Estrato cero, nobles de la servidumbre. Estrato uno, nobles del ejército. Estrato dos, nobles profesionales. Estrato tres, nobles de la corte. Estrato cuatro, nobles de la realeza. Estrato cinco, nobles imperiales. Así es como se fracciona la nobleza de Midgadriel.

Nobleza HíbridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora