Capítulo 2

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Encuentro

Era el momento de despertar, tenía que abrir mis ojos y levantarme para ir en busca de lo que he tratado de conseguir todos estos días, pero lo que estaba soñando era tan hermoso que me hacía más difícil darle paso a la realidad. Todo lo que veía parecía tan mágico y tan reconfortante; los brazos de alguien me tenían prisionera, se sentía tan cálido y tan agradable, que lo único que quería era permanecer así para siempre.

No podía ver a la persona que estaba junto a mí, por lo que intenté acercarme para visualizar su rostro y contemplarlo más de cerca, pero en ese momento todo el magnífico sueño fue interrumpido por el golpe que me acababa de dar contra el suelo.

— ¿Quién demonios era él? — Fue lo primero que dije al tratar de levantarme.

Por qué tenía que despertarme justo antes de ver su rostro, y por qué tenía que caerme de la cama; era obvio que si seguía durmiendo de esa forma terminaría con notables moretones en todo el cuerpo.

Ayer en la noche después de comer entré a mi habitación, me tiré en la cama y busqué la manera de olvidar el mal rato que había pasado con ese fantasma. No había tenido ninguna experiencia de esa forma, ponerme nerviosa era algo que jamás me pasó ni siquiera con los fantasmas que tenían una apariencia poco favorecedora. Este era diferente, había algo que lo hacía distinto a los demás.

—Ahora que lo pienso... él mencionó una fecha—me acerqué a mirar el almanaque que estaba encima de mi cómoda—Hoy estamos 1 de Marzo del mismo año... ¿Qué habrá querido decir?

Muchas otras interrogantes pasaban por mi cabeza en ese entonces, pero dado que ya eran las diez de la mañana, me apresuré a vestirme para ir en busca de mi futuro empleo.

Salí de mi casa tan rápido como pude, claro que primero me despedí de mamá y le dije que llegaría más temprano si es que podía. Lo siguiente que hice fue aventurarme a encontrar cualquier trabajo honrado que me proporcione dinero para mis ahorros.

Pensé que pasaría horas en busca de un letrero grande que diga "Necesito un empleado" o cualquier parecido; para mi suerte, me encontré con un restaurante en el que solicitaban una persona que esté a cargo de las cuentas y del atender a los clientes; cocinar no era lo que yo más sabía hacer, pero ser mesera o encargarme de la parte administrativa no era algo complicado para mí.

La encargada me atendió y por lo consiguiente empezó a hacerme la respectiva entrevista.

­ — ¿Cómo te llamas? — Me preguntó muy gentilmente una joven de más o menos mi edad.

—Mi nombre es Valentina Gómez, tengo 19 años y me gustaría trabajar en este lugar aunque no cuente con la experiencia necesaria— Dije en forma de monólogo.

— ¿Por qué necesitas el empleo? — Interrogó nuevamente anotando los datos en un cuaderno.

—Porque quiero ahorrar dinero y con eso poder ir a estudiar al extranjero— Contesté de inmediato.

Ella me inspeccionó por unos segundos para finalmente decir—Tienes el trabajo.

— ¿Qué? ¿Así nada más? ¿No me hará más preguntas, una prueba o algo?

— ¡Sí, así nada más! — Cerró su cuaderno de apuntes— Sabes, me da la impresión que eres una chica de confianza. Créeme... Soy una persona muy perspicaz y sé cuándo la gente miente— Me quedó mirando fijamente—Me caes bien.

Tiempos Memorables ||TERMINADO||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora