Parte 1

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[HIYORI]

Era una mañana cálida, los rayos del sol alumbraban por mi ventana, mis cabellos cafeses algo alborotados llegaban hasta mi cintura. Abrí mis ojos dando a conocer el color de mis pupilas que eran de color lilas, los tallé con mis manos para mejorar mi vista mientras bostezaba.

¿Mi nombre? Iki Hiyori, soy una chica de 16 años que actualmente va en la preparatoria.

Me levanté pesadamente de la cama pues sabía que mis padres no se encontraban y me habían dicho que regresarían dentro de un par de días, porque Rintaro mi padre le dijeron que tenía que salir de la ciudad, el es un gran doctor. Mi madre Miwa es enfermera por lo que decidió acompañarle ya que le ayuda bastante.

Baje por las escaleras cuándo de pronto escuché un ruido en la cocina, me paré pensando en "¿quien narices había entrado a mi casa?, Juraría haber dejado la puertas y ventanas cerradas."

Tenía una posibilidad de saber quien era pero como no me convencí del todo decidí agarrar una escoba que estaba al final de las escaleras, me dispuse a entrar a la cocina cuando vi a un chico, (bueno más bien a un Dios pobre), de cabellos negros algo largos hasta la parte baja de sus orejas con algunos mechones cayendo en su frente y ojos extremadamente bonitos de color azul y con un traje deportivo, ¿su nombre? YATO.

Baje la escoba y la recargué en la pared pero me sentí algo molesta porque estaba usmeando en mi refregirador.

-¡Yato! - alzé la voz.

El pelinegro volteó a verme con una milanesa en la boca, bebidas, latas de comida, trastes de comida de la cena de ayer y más carne. Cerró el refrigerador con todas las cosas en las manos, luego se dirigió a la mesa y se sentó.

Voltiee los ojos y me dirigí hacia el refrigerador al parecer Yato había dejado casi vacía la nevera, tomé una caja de leche y la puse en la mesa, luego me duspusé a bajar de la alacena un vaso, pero no lo alcanzaba me paré de puntitas pero aún así fue inútil.

Sentí una mano rozar levemente con mi mano agarrando el vaso que no alcanzaba y un cuerpo más alto detrás del mio.

-Gra-gracias Yato - No sé porqué me sentía tan nerviosa cada vez que Yato y yo estabamos demasiado cerca.

El soló asintió y se volvió a sentar, me le quedé mirando por unos segundos para después hacer lo que anteriormente dije que haría.

-Yato,¿No te han dicho que es ilegal meterte a una casa? - dije dándole un sorbo a mi bebida.

-Tenía mucha hambre y Daikoku no me dejó comer nada, así que me vine aquí - Sonrió.

-Aish~...No tienes remedio, Además, ¿Por dondé entraste? Yo dejé todo cerrado.

-Pues por tu ventana, la de tu cuarto.

-¡¿Qué?! - Solté sorprendida - Pero yo la dejé cerrada.

-No, estaba abierta - rió.

-No pero--

No puede ser... Recordé que si era cierto, Yato pudo haber haber entrado por allí porque la dejé abierta ya que hacía mucho calor, ¡Que tonta!, bueno por lo menos me alegro de que hubiera entrado él y no un ladrón o un Ayakashi.

-No te preocupes Hiyori, nadie entró a la casa.

-Suspiro - Bien - dije no muy convencida - ¿Y dondé esta Yukine-kun?.

-Se quedó dormido en casa de Kofuku.

-Mmm... Esta bien.

Me doy la media vuelta, subó a ducharme y luego a cambiarme.

𝐃𝐞 𝐂𝐨𝐧𝐟𝐮𝐬𝐢𝐨́𝐧 𝐀 𝐀𝐦𝐨𝐫 || 𝒚𝒂𝒕𝒐𝒓𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora