El viernes había llegado y con eso la noche de la apuesta.
Extrañamente en el colegio todos seguían sin hablarme, a excepción del equipo de soccer, con quien almorzaba todos los días, y Char, y su grupo de amigas que siempre andaban extremadamente maquilladas y con la falda mucho más corta de lo reglamentario.
Pero ese no era un problema para mí. Mi único problema eran mis sentimientos y mi cabeza. No paraba de pensar en Luke y su extraña actitud. Cada día las llamadas eran más cortas y casi ni me enviaba mensajes. Me preguntaba si ya se habría olvidado de mi o si sentía que hablar conmigo por teléfono hacia mas doloroso el hecho de estar separados.
Había escogido para esta noche un vestido color plateado con unas finas cadenas cruzadas a la altura de la cadera en forma de cinto. Unos zapatos altos del mismo color y una chaqueta negra a modo de abrigo. Dejé suelto mi cabello liso y opté por un maquillaje llamativo que terminaba con un labial rojo pasión.
-Amanda tu amigo ya está aquí- me aviso mi madre desde el otro lado de la puerta de mi cuarto.
-En un minuto bajo- grité. Y me di un último vistazo frente al espejo.
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-Wow- dijo que Keb -Estás….- continuó observándome de pies a cabeza. –Asombrosa-
-Gracias- no pude evitar sonrojarme un poco.
-¿Vamos?-
-Sí, claro, mamá no me esperes despierta, yo tengo una lleve ¿Si? Descansa- me despedí dándole un beso en la mejilla.
Esta noche Ken había quedado en pasar por mí para ir a un bar, donde estaría reunido el equipo entero de soccer, y además asistirían alguno de nuestros otros compañero de colegio, que no querían perderse cómo una chica, derrotaría al gran Keb.
-¿Cómo va todo?- pregunté al subir al coche – ¿Listo para la derrota?-
-Esa deberías ser tu- sonrió – O si quieres, puedes retirarte, no me molestaría, lo digo enserio, así te ahorrarás la humillación- el auto comenzó a moverse.
-Deberías saber Keb, yo nunca me retiro de nada-
-Entonces, deberíamos hacer esto más interesante-
-Te escucho- contesté interesada en lo que pudiera decir.
-¿Qué tal si apostamos algo?- curvó sus sutilmente sus labios.
-Interesante ¿Qué tienes en mente?-
-Si yo gano, te presentarás en mi casa, ante mis padres cómo mi novia- se volteó a mirarme por unos segundos mientras frenábamos en un semáforo
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On my way
Teen FictionLa vida de Amanda cambió para siempre con la muerte de su mejor amiga y vecina, Lily. Lo que Mandy no sabía, es que a veces, con la llegada de una persona especial, nuestra vida puede dar un giro tan grande como el de cuando otra decide partir.