El día siguiente me sentía fatal. No podía culpar a la resaca, después de todo ni siquiera había bebido tanto. El dolor que sentía era más emocional que físico. En mi cabeza solo daban vuelta las palabras de Luke, y sus besos. Más bien, ese beso.
Había sido simplemente hermoso. Pero hasta allí le permitía llegar a mis pensamientos, si seguía profundizando todo el asunto, iba a terminar corriendo a sus brazos y no me podía dar ese lujo.
Había llegado a la conclusión de que no saldría sola y así, evitaría el peligro de cruzarme con él.
Al parecer mi plan había resultado satisfactorio, en las dos semanas siguientes a eso, solo lo vi a través de la ventana cuando salía con su hermana en el nuevo coche. De Rosie no había tenido noticas, por lo que supuse habría regresado a su casa.
Hoy era el día tan esperado, Zac llegaba a Boston y al fin comenzaría a disfrutar del verano y divertirme.
Era mediodía cuando oí un coche aparcarse frente e mi casa. Inmediatamente brinqué de mi silla junto a la mesa y corrí hacia la vereda.
-¡Zac!- lo abracé –Al fin estás aquí-
-Veo que me extrañaste-
-No sabes cuánto, otro día más encerrada en esa casa e iba a volverme completamente loca- dramaticé – Que lindo es verte ¿Cómo estuvo el viaje? ¿Estás demasiado cansado? ¿Podemos salir esta noche?-
-Claro que sí, no puedo esperar a conocer esta magnífica ciudad, pero antes… ¿Ese qué está allí es el famoso Luke?-
Me volteé disimuladamente a un costado. Allí estaba él, detrás de la cajuela de su coche bajando unas cajas junto a su padre.
-Afirmativo- y de pronto, como si de una caricatura de tratara, una lamparita se encendió sobre mí, una idea admirable. –Bésame- dije.
-¿Qué… ¿Qué haga que cosa?- balbuceó.
-Que me beses tonto, esa puede ser la única forma de alejarlo de mí. El es muy respetuoso, dudo mucho que vuelva a intentar algo si cree que estamos saliendo-
-Estás loca-
-Vamos Zac ¿A cuántas chicas besas por noche? No te hará daño una más- coqueteé tirando del cuello de su camisa.
Después de un largo suspiro y de cruzar sus manos detrás de mi cadera, se acerco y me dio un corto y suave beso… ¡En la mejilla!
Pero no dejé que escapara, apenas se movió capturé sus labios y no dejé que se volviera a escabullir. Me abracé de su cuello incitándolo a profundizar el beso.
No tenía comparación con Luke, no había sentimientos, ni cosquilleos, ni escalofríos. Era solo un beso.
-Eres un pésimo actor o no te atraigo en absoluto- me quejé.
-Pienso que eres realmente hermosa, pero te considero más una hermana que cualquier otra cosa- me corrió un mechón de cabello detrás de mi oreja –Además, creo que él va a asesinarme, oh no, mira allí viene- murmuró por l bajo.
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On my way
Teen FictionLa vida de Amanda cambió para siempre con la muerte de su mejor amiga y vecina, Lily. Lo que Mandy no sabía, es que a veces, con la llegada de una persona especial, nuestra vida puede dar un giro tan grande como el de cuando otra decide partir.