Nuevamente me encerré en la casa y solo salía corriendo y saltaba dentro del coche de Zac cuando aparecía. No iba a cruzarme con Luke, moría de vergüenza después de esa noche seis días atrás. Aunque no iba a negar que lo veía a veces a través del ventanal de mi balcón que apuntaba al suyo.
-Ya debería haber llegado- suspiró estirando el cuello hacia atrás.
-¿Quién? ¿Porqué tanto misterio Zac?- me puse de rodillas en el sofá.
-No puedo decirte, es una sorpresa. Me dijo que te entretuviera hasta que llegara-
Levanté una ceja -¿Connor?-
-¿Cómo lo adivinaste?-
-Digamos que no eres demasiado bueno ocultando cosas – sonreí -Ahí llegó- me puse de pie tirando de mi amigo para caminar.
-¿Cómo lo sabes?-
-Conozco el sonido de su coche, como el tuyo y de los demás-
Abrí la puerta, pero antes de salir miré hacia ambos lados. -¿A quién buscas?-
-Vigilo que Luke no esté cerca, no quiero tener que cruzarme con él. Si no fueras tan idiota tal vez, no tendría que hacerlo-
-¿Ahora me culpas a mí?- apoyó la espalda contra el umbral de la puerta
-Por supuesto que sí-
-Vaya bienvenida – escuché detrás de mi e instantáneamente me di vuelta para abrazar al recién llegado.
-Connor, me alegra tanto verte-
-A mi también bonita, te extrañé-
-Déjame verte, estás distinto…- lo examiné, su cabello ahora estaba desordenado y lo que lo hacía ver aún más atractivo y su vestuario había cambiado bastante, mas formal, sobrio, elegante. -¿Qué pretendes con eso? ¿Cautivar a todas las chicas de Yale?-
-Tú sabes, no es cualquier universidad, es Yale, una Ivy League. Tenía que estar presentable-
-Tu cabello no está presentable, pareces un ídolo adolescente o algo así- reí despeinándolo aún más.
-Lo sé, pero me gusta como queda ¿A ti no?- miró su reflejo en el vidrio de la puerta.
-Estarías bien de cualquier forma para mi Connor. Ven pasa, con Zac contábamos los minutos para que llegaras…-
-Se supone que era una sorpresa-
-Ella es muy insistente- se defendió ante la mirada intimidante del rubio.
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On my way
Teen FictionLa vida de Amanda cambió para siempre con la muerte de su mejor amiga y vecina, Lily. Lo que Mandy no sabía, es que a veces, con la llegada de una persona especial, nuestra vida puede dar un giro tan grande como el de cuando otra decide partir.