El lunes por la mañana mi despertador sonó a las 5.30 hs. Había decidido que a partir de hoy comenzaría una nueva vida.
Antes que nada retomaría mi hábito de correr todas las mañanas, ir de compras, vestir al último grito de la moda, tener motivos para festejar siempre y por supuesto, no perderme ninguna fiesta.
Mi madre aún dormía, por lo que sigilosamente entré a su habitación y agarré su tarjeta de crédito. Al bajar, tomé un jugo de naranja exprimido antes de salir a correr por el vecindario.
Eran las 6.30 cuando llegué y terminé de ejercitarme corriendo por las escaleras hasta llegar a mi cuarto. Me di un rápido baño y me coloqué el uniforme.
Esta vez, encantada me puse los zapatos de tacón, la falda la acorté doblando unos centímetros la cintura, y me dejé el cabello suelto con unas ondas. Delinee mis ojos, un poco de máscara de pestaña y un brillo labial, no demasiado suave.
Afortunadamente, mi teléfono no se rompió por el golpe que le di contra la pared el sábado por la madrugada. Lo miré por unos segundo pensando en quien llamaría. Me decidí por Connor, desde que había llegado, él siempre estaba conmigo, para todo. Si bien los demás también eran unos amigos increíbles, él tenía algo especial.
Aunque también podría haber llamado a Keb, le había ganado la apuesta después de todo, pero tenía un mejor uso para eso. Luego me encargaría de ese asunto.
-Buenos días guapo-
-¿Mandy?- respondió.
-¿Quién más sino?-
-¿Estás bien? Te noto… distinta-
-Esa es la intención Connor. Escucha ¿Puedes pasar por mi hoy? No quiero tener que soportar a mi madre todo el camino-
-Seguro, en unos minutos estoy allá-
-Gracias-
Diez minutos después la bocina del coche sonaba en la puerta de mi casa. Me despedí de mi madre con un simple adiós al cruzar la puerta.
-Buenos días- sonreí al entrar a la camioneta.
-Wow Mandy, estás radiante-
-Acostúmbrate, esto es lo que verás todos los días a partir de hoy-
-¿Segura que estás bien? ¿No tomaste ningún estimulante, energizante, antidepresivo o algo así?-
-Por supuesto que no, me estás ofendiendo Connor- me llevé una mano al pecho.
-No, lo siento. Estoy feliz de verte así. Estás… hermosa-
-Gracias- hizo que me sonrojara. –Creo que deberías arrancar el coche, se nos va a hacer tarde-
ESTÁS LEYENDO
On my way
Teen FictionLa vida de Amanda cambió para siempre con la muerte de su mejor amiga y vecina, Lily. Lo que Mandy no sabía, es que a veces, con la llegada de una persona especial, nuestra vida puede dar un giro tan grande como el de cuando otra decide partir.