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Me rio, y es una risa, no ligera, que funde la oscuridad construyéndose en mi interior, que me recuerda que todavía estoy viva incluso en este extraño lugar donde todo lo que alguna vez conocí se está desintegrando. Sé algunas cosas. Sé que no estoy sola, que tengo amigos, que estoy enamorada. Se dé donde vengo. Sé que no quiero morir, y para mí, eso es algo... Es más de lo que podría haber dicho hace unas pocas semanas atrás.                                                                             -Verónica Roth, Allegiant.



La novena o la décima noche que pasábamos en ese lugar. Como si fuera nuestro hogar. Como si no conociéramos ningún otro lugar en el mundo, solo esa playa. Esa arena. Ese cielo.

Necesitábamos al resto del mundo tanto como ellos nos necesitaban a nosotros. Nada. Así que nos quedamos ahí, mientras el tiempo trascurría.

Los momentos que más me gustaban eran cuando, en el atardecer, nos sentábamos con Edd junto a la fogata y el trataba de mostrarme su mundo. Y cada día tomábamos más confianza.

Era tan raro estar aparte de todo lo civilizado, en un lugar oculto con la persona que menos te imaginabas que ibas a parar a un lugar así. Pero no fue a la última noche que lo entendí todo.

Estaba sentada en la arena, mientras Edd un poco más cerca del fuego, apilaba un poco de madera, tratando de hacer una torre.

-Es una casa.-me dijo orgulloso, cuando termino.-Aquí vienen a vivir los sentimientos, y yo, luego los echaré a la fogata.-rodeé los ojos.

Nos acomodamos cerca de la fogata, y Edd me miro ansioso.

-Tus preguntas...-Murmuró. Y yo sonreí. No sé porque eso se había convertido en algo tan normal para mí. Nuestro pequeño ritual antes de decir buenas noches.

Yo lo pensé. Quería que mi respuesta fuera especial. Que no fuera cualquier tontería. Y de repente se me ocurrió.

-¿Para qué quiere Will capturarnos?-Ví como esta pregunta tensó a Edd. Este me mira con un pánico reflejado en los ojos. Suspira y empieza a hablar.

-Will nos quiere solo por una cosa. Para él.-Fruncí el ceño.-Cada parte de nuestro cuerpo; cabello, piel, saliva o cualquier otra cosa más, tiene algo llamado sustancia divisna. Cada especie tiene una sustancia diferente, hasta los humanos tienen una.-tragó saliva y suspiro.-cada tipo de sustancia, si la extraes como se debe, donde y cuando se debe, y la mesclas en cantidades iguales con otras.... Forma algo.-me miro a los ojos.- puede salir de esa mescla un arma letal o hasta te puede hacer inmortal, incluso puede que no pase nada.-yo cerré los ojos confundida. ¿Tuve que haber preguntado algo que sabía que la respuesta sería difícil de entender?-Y eso sospecho que hizo Will.-Prosiguió Edd.-Encontró la forma de volverse inmortal.-Hizo una pausa y miro hacia adelante.-con nuestra fuente de vida propia. Consiguió aumentar su vida quitándonos las nuestras.-yo trague saliva. Un escalofrió recorrió mi piel, hacía calor pero en ese momento mi cuerpo perdió el temperamento tanto que si me hubiese quedado quieta, quizás me hubiera convertido en una roca.

-S...Soy esencial para esa fórmula, ¿no?-dije con él hilito de voz que me quedaba, Edd me miro.

-Cualquiera de tu especie. Si es que eres algo.-dijo.- se necesita asencia de algún Null's en su forma más rara, de algún Kira, de un elemental de fuego y sangre especialmente de alguien poderoso, que lleve la magia corriendo por sus venas. Pero eso solo son los ingredientes, el procedimiento es más complicado.-Yo me estremecí.- Will era un cazador... Solo nos cazaba por el placer de vernos sufrir... hasta que encontró la lista y ahora pasa la mayor parte del tiempo experimentando si algo sale bien.- suspiré y trate de pensar lo menos posible para no confundirme más. Will tenía una maldad sin límites. Eso estaba claro.-Y eso no es lo peor que hace Will, sigue cazándonos a su manera. Le gusta que le tengamos miedo. Le gusta estar cerca, pero no acercarse al tiro hasta el momento oportuno...

Tardes De OtoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora