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Sus ojos se nublaban, sus manos apretaban los hombros masculinos de Yoongi y sus piernas se flexionaban y se retorcian, aprisionando el cuerpo del mayor que se encontraba encima suyo.

Yoongi continuaba mordiendo su lobulo y acariciando su trasero con sensualidad. Muy lento acariciaba sus muslos tambien para despues volver a subir a sus gluteos.

Jennie trataba de besar todo lo que encontraba a su paso pero desafortunadamente no podia ubicar los labios de su amante y mucho menos seguir el ritmo, el pelinegro era muy apasionado.

Y experto.

Mordió sus labios tratando de quitar esos pensamientos de su mente y se decidió a disfrutar lo que sea que su novio haga con ella. Nunca se habia sentido tan... sensual. Jamas habia experimentado alguna sensacion parecida, ella era Jennie la simplóna, la matona, la drogadicta. Nunca Jennie, la chica normal con un novio de su edad y un futuro claro.

Cerró sus ojos con fuerza y gimió cuando las manos -algo dubitativas- del profesor se acercaron a sus pechos. Con una sola mano, moldeó uno de sus senos por encima de la camisa, haciendo que la jovencita tirará su cabeza para atras.

Nunca nadie la habia tocado asi. Nunca nadie la habia hecho sentir tan bien. Se sentía en una nube.

Pensó un poco. ¿Serían las caricias o el hecho de que fuera Yoongi quien se las propinaba? Sonrió con gusto cuando los labios delgados pero humedos del mencionado avanzaron para posarse en su cuello y una de sus manos volvió a colocarse en su muslo, frotando y pasando sus dedos con gentileza.

Cuidada, protegida y querida. Asi se sentía. No había otra forma de explicarlo, era demasiado para ella. Sentía que explotaría del gozo.

Yoongi, por otra parte, estaba excitado como nunca antes. Aquel cuerpo joven y virginal lo volvía loco. Sus reacciones ante su toque hacian sus pantalones mas ajustados que antes.
Sus ojitos apretados, sus labios rosados y mordidos, sus suspiros agudos y sus manos delicadas en sus hombros y acariciando sus mejillas lo hacían delirar como un loco.

Debía aguantar pero estaba a punto de volverse loco. Lo que comenzó como una forma de levantarle el animo y subir el autoestima de su novia terminaba como una sesion de besos calientes y toqueteos traviesos.

Estaba segurisimo de que era la primera vez de Jennie haciendo algo asi asique debería ser delicado y tierno con ella. Lo haría, haría cualquier cosa por su pequeña.

Volvió a sus labios y la chica lo recibió con hambre y desesperacion. Le dio ternura el que no pudiera seguir el ritmo de sus besos pero ya pronto se acostumbraría, esta no seria la ultima vez que lo hicieran. Era tan solo el comienzo.

- Que hermosa eres asi...

- Y-yoongi...

- ¿Cómo te dije que debías llamarme? -sopló su cuello luego de lamer.

- O-oppa. -gimió pero Yoongi negó.

- ¿Y el otro?

- Yo n-no c-creo que... ¡Ah! -gritó cuando apretó su pecho y su nalga a la vez.

- Anda, dilo. Me gustaría escucharlo. -presionó mientras la embriagaba con su tacto y veía sus ojitos brillar.

- ¡Ah, Yoonie!

- Si, cariño. Asi me gusta.

Se separó de sus labios y cuando se impulsó hacia arriba para verla de nuevo, su bajo vientre se meció sobre la entre pierna de Jennie, haciendo que ambas intimidades se frotaran. La castaña lanzó un gritito al aire y Yoongi gimió de forma grave y masculina. Eso se habia sentido muy bien.

¡Profesor Min! 《yoonnie》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora